Dos Almas De Fuego

#11) ¿Y ahora que?

Al centir las manos de Timothée subir por mí espalda, unos escalofríos que no puedo explicar sólo hacen mí temperatura aumente y, mientras me llena de una lluvia de besos en el cuello, solo puedo lanzar boraces suspiros de desesperación.

–Eres...–En eso...¡Llega una profesora que se dirige con paso firme hacia mí coche!

–Mierda.–Me bajo de él y me hago en el asiento del copiloto.–Haz cualquier cosa–.

–Vale–.

Ella llega hasta mí coche y toca la ventana con fuerza y puedo notar su cara de enojo.

Me tenso y finjo cara de enojada mientras que Timothée abre la ventana.

–¿Si?–Decimos los dos al mismo tiempo.

Ella nos mira con desaprobación y frunce aún más el ceño.

–¿Perdón? ¿A caso interrumpo algo? Les recuerdo que esto es una universidad y merece respeto, no es un motel donde pueden estar teniendo sexo como si nada–.

–¿Perdón?–Finjo estar ofendida– Le recuerdo que también merecemos respeto señora profesora, ¿Cómo nos puede creer capaces de una cosa tan baja? Ni sabe lo que estábamos haciendo, ¿O si?– Timothée hace cara de ofendido mientras pasa su mirada entre ella y yo.

–Si.–Suelta un bufido–Pero si es muy obvio lo que están hicuendo jov...–La interrumpo.

–Pues no. Por más que su mente cochina y retorcida piense... Eso, no lo estábamos haciendo. Lo que realmente paso fue que yo estaba descansando un poco en el coche... Por un trabajo que me llevo todo el fin de semana. Ni siquiera pude dormir y Timothée está aquí para avisarme cuando tengo que entrar para mi clase– Ella lo mira esperando alguna respuesta de él.

–Si, lo hago yo porque si pone la alarma la ignora entonces puede perder la clase... Mientras tanto yo le platico algunas cosas. Ya sabe, para que su mente no se duerma por completo.–Me regala una sonrisa.

–Pues huele alcohol, no ha que estuvo todo el fin de semana estudiando... No tiene que fingir que estudió todo el fin de semana, solo diga la verdad–.

Mierda, me olvide que este coche apestaba a alcohol.

–Si... Pero creo que sonaba muy irresponsable si lo decía–.

–Todos hemos llegado ebrios en algún momento, son jóvenes y es entendible... ¡Pero no los quiero volver a ver dentro del coche! Esto es una universidad y merece respeto. No soy idiota ni retrasada.–Sin más... Se va.

–Dios, casi pensé que nos iba a llevar a la dirección.–Digo aún nerviosa.

–Claro que no... Si somos mayores de edad, ya no estamos para que nos reten.–Dice soltando un suspiro.

–Bien, creo que mejor lo dejamos para después porque ya es hora de nuestras clases...te juro que me dejaste con ganas. Me las vas a pagar–Digo entre risas.

–Tranquila...te las pagaré y se que te va a encantar–Se acerca a mi oido–Sé que será así. Cuando te vuelva a ver no me importará que suceda, donde estemos, quienes estén presentes, etc. Porque te follaré tan duro que tus gritos los escucharán hasta china, ¿Entiendes?–La punta de nuestras narices se unen.

–¿Es una amenaza?–.

–Si–Lame mí labio inferior.

–Entiendo... Espero que nos veamos lo más pronto posible–.

–Yo igual–Muerdo mi labio y lo miro con mi mejor cara de seducción.–Bien, bien. Si seguimos así, no bajaremos de este carro hasta que te folle. Vamos.–Río y asiento.

–Vamos–.

Sonrió y salimos del coche. Timothée me pone el brazo al rededor de los hombros y entramos a la facultad.