Merodeadores superando las expectativas

Los salvo la capa

- ¿Qué secretos tienes conmigo, James?

Había dos opciones: correr o mentir. Y James estaba cansado de ambas.
Miro de reojo a Sirius dándole a entender que ese era el momento y el lugar, las cosas pasan por algo y después de todo, él ya era un adulto.

Sirius intento susurra un deberíamos hablarlo intentando en vano frenar a James, porque en ese pequeño secreto no solo estaban ellos dos, estaba Peter y Remus, quién solía sentirse culpable por ser el motivo de violar quinientas normas mágicas para convertirse en animagos.
El mapa y la capa pasaban a segundo plano, pero también era un arma de doble filo, porque si James explicaba a Lily que podía ver todos los movimientos de todos, la cuestión se transformaría en algo controlador.

-Lily... - murmuró James acercándose despacio a su encuentro. Lily miró a Sirius con determinación

- ¿Nos dejas unos minutos a solas con James? - le pidió a la pelirroja que intentara respirar despacio para no evidenciar su nerviosismo.

-Lo lamento, Lily... pero no - contestó Sirius haciendo una mueca

- ¿Qué...? - Lily no comprendía. Suponía que era un secreto que tenía James con Sirius, pero ambos parecían ocultarle lo mismo.

-Mira... Antes que nada, quiero que.... Lily, acércate a nosotros - decía James viendo como la pelirroja, desconfiada daba unos pasos hacia atrás

- Puedes confiar en un sacerdote - dijo Sirius riéndose. Pero ninguno de sus amigos reía - De acuerdo... Amigo, terminemos con esto.

-Espera un poco Pads... - le pidió cansado James. No podía ser tan brusco, Lily merecía paciencia y explicarle las cosas bien.

- ¿Qué hicieron? - dijo Lily comenzando a enfadarse - ¿Qué hicieron los dos? ¡Si atacaron a Severus porque hemos compartido una tarea...!

- ¡No! ¡No, Lily! - se defendió rápidamente James.

-Ganas no me faltan... - murmuró Sirius, pero por la mirada asesina que le dedicó James, decidió callarse.

-Me estoy inquietando... - susurro Lily - Sea lo que sea, por favor díganlo... Temo que sea algo serio.

-No es nada serio, Lily... - intentó calmarla James - Depende de cómo lo mires...

James dio un paso al frente y tomó las manos de ella para acariciarlas, tal vez el contacto físico le dé a entender que nada malo pasaba.
Lily cerró los ojos intentando respirar hondo y dejó que James le pase esa energía tranquilizadora. Sirius miraba la situación pensando en que tal vez estorbaba, pero acostumbrado a hacer todo en conjunto con James, se quedó. Después de todo, él consideraba a Lily como su mejor amiga y entre los dos podrían evacuar sus dudas.

- No sé si recuerdas... pero hace unos meses, llegué a la Sala Común con Mary en brazos... Nunca me hiciste preguntas de cómo supe que estaba allí o qué hacía en ese lugar, para ser más exactos...

-...Mary fue a ver a Remus, antes de su transformación... - susurro Lily con los ojos cerrados, pensando en aquel momento. Era verdad, tenía preguntas que nunca había hecho.

-Exacto. No fue casualidad que esté allí, de hecho...Todas las lunas llenas, estoy allí - Lily abrió los ojos inmediatamente.

-No es posible. No eres un hombre lobo - dijo apretando las manos de James. El chico hizo una mueca de dolor, pero no soltó sus manos.

-No lo soy... pero hacemos compañía a Remus de otra forma - contestó James haciendo contacto visual con ella.

Había algo en James que le impedía transformarse allí, no solo por el problema de que alguien más lo viera, sino porque no sería tan normal ver un ciervo en el medio de los terrenos de Hogwarts.
Siguió mirando a Lily buscando las palabras exactas, cuando sintió a Sirius tocar su hombro y mirarla.
Sirius comprendía lo que pasaba por la mente de su amigo y tal vez un perro enorme en los terrenos de Hogwarts podía pasar desapercibido.
Con un pequeño "plop" Sirius tomo la forma de un enorme perro negro que miraba con sus ojos amarillos a Lily.