Merodeadores superando las expectativas

Ser otra persona

Aclaración importante: Escribí esta capitulo transitando una cuarentena obligatoria en un hotel en Asia (Me mandaron en el medio de la pandemia por trabajo) No es como los demas capitulos porque inconscientemente refleja un poco el malestar que tenía de estar encerrada 14 días seguidos sin poder salir del hotel habiéndome hecho 7 pcr y acostumbrándome a la comida tan particular de esa región.

-...Y me parece completamente egoísta tener que pasar mi último viaje en este maldito tren enojada, porque él no se dignó a pedir perdón. Quiero decir ¿Quién hace eso? -

Marlenne estaba frente a Mary y Lily en camino a su último año en Hogwarts, pero en vez de mirar por la mirada con nostalgia como lo estaban haciendo Mary y Lily, se había dedicado a despotricar contra Sirius todo el viaje.

Mary pidió a los muchachos viajar en compartimientos separados, no solo por Marlenne y Sirius, sino porque en su cabeza quería recordar ese viaje de la misma que lo comenzó: con sus amigas.
Faltaría Severus, porque en el momento que Lily salió disparada del compartimiento que tenían Sirius y James siete años atrás, entró junto al chico al compartimiento en el que estaban con Marlenne.

La pelirroja pensaba casi lo mismo que Mary, pero no lo veía como algo nostálgico, sino como una etapa cerrada que era mejor no volver a abrir.

Los rumores de Severus durante el verano cesaron, pero al vivir cerca, Lily notó comportamientos extraños, los cuales no compartió con nadie.
En la estación del tren lo vio usando ropa más sobria de lo normal y se movían como una sombra junto a sus amigos. Ese día le dio escalofríos, que rápidamente desaparecieron cuando vio a James con una sonrisa de oreja a oreja.

Estaba demasiado entusiasmado, demasiado para James Potter; Ayudó a los alumnos de primer año a subir sus pertenencias al tren y sacó la cabeza de la ventanilla para saludar a los gritos a medio mundo.
En los cinco minutos que intentó preguntarle qué diablos le pasaba, Mary tiró de su manga y se la llevó al compartimiento.

- ¿Me están escuchando? - decía Marlenne mirando a sus amigas que despertaban de sus propios pensamientos.

-Si, Mar... - dijo dulcemente Mary - Pero esperar una disculpa de Sirius va a ser complicado...Deberían dialogar.

- ¿Qué quieres decir? - dijo la rubia de mala manera. Lily ya podía sentir lo que se vendría.

-Lo que Mary quiere decir, es que Sirius no cree haber actuado mal - dijo Lily en su intento de apaciguar la situación - Si tan solo...

- ¡Me dejo a la deriva! - se defendió Marlenne.

-Hizo lo que creía conveniente para que tus padres no se enfaden más - dijo Mary con demasiada calma. Eso también era raro.

- ¿Lo defiendes? ¿A él? ¡Siempre se están provocando...! - chillo Marlenne.

-Tú eres mi mejor amiga... pero esta vez creo que tiene razón - contestó Mary, nuevamente calmada.

 Marlenne la miró sin poder creerlo y luego miró a Lily, buscando algún tipo de complicidad.

- ¿Qué diablos pasa con nuestra amiga? ¿Dónde está Mary McDonald, el huracán más grande que haya visto Hogwarts? - Marlenne se arrodillo para inspeccionarla.

- ¿Estas bien? - sumo Lily mirando a la chica.

Mary puso los ojos en blanco y levantó su brazo para mostrarles un brazalete de plata en su muñeca.

-Me lo regalo Remus... y le ha encantado para que me de pequeñas descargas de energía cada vez que me altero o... bueno, tengo otro episodio.

Episodio. Si así se lo podía llamar...

El día que Mary volvió a su casa, descubrió que las cosas no estaban tan bien como pensaba: El retrato que tenían de su madre en la cocina, ahora estaba hecho polvo por los ataques y aunque sus hermanos intentaron restaurarlo, era demasiado tarde. Su padre pasó varios días encerrado en su habitación por la vergüenza de que su hija lo viera así. 

Estuvo así hasta que Alastor llegó una noche en la que Mary estaba cenando sola en su enorme comedor y sacó de las orejas a su viejo amigo para meterlo en la ducha y hacerlo reaccionar. Las personas adultas, también tienen el derecho de tener momentos de debilidad y llorar, aunque sea a escondidas.