Qué bello Abril
Los días soleados se acercaban, pero para Mary y Remus eran oscuros.
Tres días habían pasado desde la transformación de Remus y tres días desde que el chico no le dirigía la palabra. Mary caminaba por los pasillos del castillo llena de culpa y triste porque nunca tuvo la oportunidad de pedir disculpas cómo debería. Remus se encerró en sí mismo incapaz de dirigirle la palabra en ese momento.
El día después a su transformación, Mary intentó alcanzarlo por absolutamente todos los rincones del castillo, hasta que lo encontró en la Biblioteca, alejado de todos.-Remus, tenemos que hablar... ¡Lo lamento! - le había dicho Mary el día posterior a su transformación - Solo quería saber si estabas bien...
-No tienes idea lo que pudo haber sucedido... Podría haberte matado - decía un Remus histérico.
- ¡Me iba a ir en un segundo...!
-No te creo Mary... no sé de lo que eres capaz.Así de duro había sido Remus, pero él tenía sus razones. Podría haberla matado, podría haberla lastimado. Si Mary permanecía cinco minutos más allí, la historia sería otra... él no podía perdonarse aquello y sobre todo no podía perdonarse ser tan ingenuo de no haber previsto aquello.
A eso se le sumaba que Sirius y Lily también estaban enojados con ella, pero James parecía mantenerse al margen del asunto porque según Lily No eres muy objetivo con ella pero James pensaba lo contrario: No era nadie para enojarse con Mary como lo hacían los demás, sobre todo porque ninguno estaba en sus zapatos para intentar comprender.
Marlenne era la única que no comprendía lo que estaba sucediendo, pero más inteligente que el resto, se dedicó a observar desde afuera qué fue lo que hizo Mary que enojó a todos.
Lily se tambaleaba constantemente entre no ser tan dura con su amiga, pero le aterraba que Mary no comprenda el grado de peligro al que se expuso y al que arrastró a James. Tal vez eso le daba más culpa a James, ella pensaba que él solo estaba allí por haber perseguido a Mary y salvarla de una muerte segura.
En parte, Mary cargaba con la doble culpa de un secreto que él debía mantener.
En el cuarto día de no hablarse y habiendo provocado una fricción dentro del grupo, Sirius y James miraban a Remus un tanto preocupados mientras hacía los deberes de Pociones en la Biblioteca.
Lily había avisado a James que ellas lo harían en la Sala Común y así se dividían todo. En el cuarto día, todos estaban hartos.-uuuuf, tu mal humor se extiende como la neblina en Londres, Moony... - se quejó Sirius mientras entregaba su trabajo terminado a los demás para copiar.
- ¿Eso es Transfiguración? - preguntó Remus pasando por alto el comentario de su amigo.
-A James le toca Pociones, a ti Defensa - contestó Sirius - Peter, tú mejor no hagas nada...
- ¡Necesito a Lily para pociones! - se quejó James tapándose la cara con ambas manos.
-¿Y por qué no la llamas? - preguntó tímidamente Remus.
-Créeme Remus, me encantaría llamarla... - contestó James de mal humor - Pero resulta que hasta que no resuelvas tus problemas con Mary...
-Mis problemas con ella, no tiene nada que ver con ustedes...
-¡tienen que ver! - gritó James. Los alumnos que estaban cerca lo miraron mal - ¿Cuánto tiempo más vas a estar así...?
-Todo el del mundo - contestó Sirius sonriendo - Lo que hizo Mary es completamente...
- ¡Pero tampoco es para tanto...! - contestó James mirando a Sirius con el ceño fruncido - Solo lo dices porque te sientes amenazado por ella...
-No me siento amenazado por nadie... - contestó Sirius sin dejar de sonreír.
- ¿Pueden callarse? - les pidió Remus apoyando con fuerza sus libros. Los tres amigos lo miraron de reojo. Remus se sintió culpable y decidió suavizar el tono - Debemos entregar esto mañana...
-Cómo gustes - masculló James. Pasaron los siguientes minutos en silencio (menos Sirius qué se mecía en su silla) haciendo lo que quedaban de sus deberes.
-Quiero probar algo nuevo... - dijo de golpe Sirius asustando a los demás. James lo miró con los ojos como plato.
- ¿Acaso no lo hiciste ya...? - pregunto desconcertado. Sirius frunció el entrecejo.
-No entiendo... - Sirius realmente no entendía. James se movió incómodo en su silla y se ruborizó en poco.
-Bueno... Quiero decir, sabes que te apoyo completamente en todo lo que... emprendas - dijo James mirando para todos lados menos a su amigo. Remus lo miró con intriga.
- ¿Estas bien, James? - preguntó el hombre lobo.
Sirius dejó de mecerse en su silla y se apoyó sobre la mesa bruscamente derramando un tarro de tinta en los apuntes de Remus.
- ¿Tan mal te hace estar alejado de Lily...? ¿Se te derritió el cerebro? ¡Habla bien! - dijo Sirius riéndose, omitiendo la cara de enojo de Remus.
-Bueno... - comenzó James, sintiéndose observado - Hace unos días... cuando estabas con Marlenne.
- ¡Sabía que era eso! - interrumpió Sirius señalándole con el dedo. Remus lo miró sin entender.
- ¿De qué hablan? - preguntó sonriendo por primera vez en cuatro días - ¿Qué hiciste?
-¡Nada...! - se defendió Sirius - James malinterpreto todo...
-¡Solo digo qué puedes hacer lo que quieras...! - se apuró a decir James - Tu cuerpo es tu cuerpo...
-¡Por el amor de Merlín! - dijo Sirius ruborizándose. Sirius NUNCA se ruborizaba.
-¿Nos dirán a Peter y a mi qué pasó o debemos preguntarle a Marlenne...? - dijo Remus con una mueca graciosa.
-¡NO! - gritaron escandalizados Sirius y James. Volvieron a chistarles que bajen la voz - A Marlenne ni se te ocurra...
-Veras...Estábamos teniendo un momento intimido... - comenzó diciendo Sirius en voz baja - Para ser más precisos, yo estaba arriba dándolo todo...
-Por favor, ahórrate los detalles - le pidió Remus cerrando los ojos y haciendo una mueca de asco.
- ¡Tonterías! Cómo si nunca lo hubieras hecho... Es agradable poder molestarte con lo mismo... - dijo James riéndose de la cara de Remus.
- ¿Arriba o abajo, Remus? - le preguntó Sirius riéndose junto a James. Remus negó con la cabeza.
-Estábamos hablando de ti... no desvíes la conversación... - dijo incómodo Remus.
- ¡Vamos! Te contaré el delirio que pensó ver James, pero...
- ¡No les diré lo que hago en mi intimidad...! - Remus se pasó cinco minutos intentando esquivar a sus amigos.
-Si nos dices lo contaré... - dijo James muerto de risa.
- A veces abajo - susurró Remus completamente rojo - La diferencia de altura... ¡Ni se te ocurra, Sirius...! - se adelantó Remus.
Su sonrisa se desvaneció y James pareció darse cuenta de eso así que retomó el tema de conversación.
-La cuestión, Moony, es qué nuestro querido amigo perruno estaba en una posición perruna... - le dijo intentando contener la risa. Remus se ruborizó nuevamente pensando exactamente qué decir para que no se abra otro tema de conversación similar a él y su intimidad.
- ¿Y...? ¿Está mal? - preguntó en un susurro. James y Sirius estallaron en carcajadas. ¡Si vuelven a reírse así los echaré de la Biblioteca! Se escuchó de Madame Pince.
-Eres un travieso, Moony - contestó Sirius riéndose. Remus quería levantarse e irse - ¡Espera...! Acá viene lo mejor... James entró en ese momento, pero no estaba haciendo nada... quiero decir, yo estaba reposado en la cama...
-Estabas en cuatro patas, Sirius - dijo James cerrando los ojos evitando volver a pensar en eso.
- ¡Estaba así porque me había tirado el ciático...! - se defendió Sirius rojo de la vergüenza.
-¡Amigo, solo digo...! No pasa nada si quieres experimentar cosas... - dijo James gesticulando con las manos - Tal vez un par de nalgadas...
- ¡James, por el amor de dios...!
-... y tal vez algo en tu... bueno, ya sabes...
- ¡Nadie me dio nalgadas ni tampoco me pusieron nada en mi trasero! - gritó Sirius exasperado.
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Merodeadores superando las expectativas
RomanceLa historia de como Lily y sus amigas comienzan a conocer a los Merodeadores en una edad tan complicada, donde los sentimientos están a flor de piel. Humor, amor y enojos para estos adolescentes que comienzan a cursar el 6 año en Hogwarts.