Él se encuentra solo, en pleno silencio, de pie y con los brazos cruzados, completamente inmóvil a un costado de la fuente , contemplando las personas que recorren la plaza Belgrano, mientras el sol, apunta el mediodía sobre la ciudad de San Salvador de Jujuy.
Es un muchacho joven, aparenta un poco más de 20 años, tiene la cara ovalada, cabello negro despeinado, unos ojos profundos y marrones, su aspecto es desarreglado, y su estatura mediana. Un chico de barrio, uno más de la ciudad, de condición humilde.
Nadie nota su presencia, todos cruzan por su lado y él sigue ahí, erguido y pensativo. Saca las manos de los bolsillos de su campera, que a pesar del calor parecen no haberle provocado sudor alguno en la frente. No espera a nadie, empieza de a poco a caminar ,con pasos lentos por lña diagonal que lleva hasta la esquina de las calles Belgrano y Sarmiento, se detiene a observar el pequeño cabildo, la iglesia y aquel reloj que casi nunca funciona correctamente.
El perro lazarillo de un ciego empieza a dar unos frenéticos ladridos apuntando en su dirección,aun así eso no le molesta en absoluto, pareciera ser que no escucha nada o lo ignora completamente. Tras cansarse del bochorno el hombre ciego se ve obligado a regañar a su perro y trata de continuar su camino y él también lo hace, cruza por la calle con total imprudencia, nadie lo advierte, ni siquiera los automovilistas.
Sube por la calle Belgrano, se pasea con toda tranquilidad entre las personas y como un peregrino, se detiene a mirar cada vidriera que encuentra. Se mueve despacio, mientras dobla por la calle Otero en dirección al puente San Martín. Cruza la calle para mirar de frente a la clínica, hacia una ventana de la que parece esperar el saludo de alguien , no sonríe pero se le nota felicidad en sus ojos. Decide seguir su camino y esta vez un poco mas rápido, cruza la rotonda sin darle importancia al tráfico, se muestra cada vez más impávido ante los peligros de ser arrastrado por los autos, así llega hacia la vereda de la Avenida Fascio. Se detiene y apoya sus manos con dedos largos sobre la medianera, para contemplar aquel maravilloso paisaje que se pinta alrededor de sus ojos ,el río, los valles , los barrios. se queda admirando ese punto de la ciudad , tal vez meditando ,o tal vez esperando algo; gira solamente su cabeza a la dirección que desea mirar.
Esta muy tranquilo, pero a la vez pensativo, esperando...que pase algo, o alguien.
De pronto se ve sorprendido por una adolescente grávida , que camina rápidamente esquivando a las personas en la vereda, tiene menos de 18 años, y unos ojos color miel entristecidos que apagaban su juventud. Él se mueve junto a ella, como si fueran a entablar una conversación, sin embargo la joven continúa su camino sin notar la presencia de aquel muchacho que tiene la osadía de acompañar sus pasos, en completo silencio.
A los pocos metros, aquella pareja se pierde por el tumulto de personas que esperan los colectivos.
El joven se iba y sin mencionar su actitud nada parecia raro en la Tacita de Plata, hasta que un ruido estremecedor a los pocos minutos hizo temblar a todos. Hubo gritos desgarradores de pánico. La mayoría decide acercarse a ver que pasaba.
Al llegar observan el terrible cuadro estremecedor; aquella joven embarazada fue impactada por un taxi compartido que venía de cruzar la esquina Lavalle, cuando se impulsaba ciegamente sobre la vereda.
Tuvo que pasar en menos de un segundo, el corazón de los espectadores dejaba de latir, para llenarse de miedo y conmoción durante los momentos siguientes, todo parece detenerse justo ahí ,cuando observan como el cuerpo de la joven salía volando por el aire hasta golpear sus huesos con el asfalto, tras la caída quedó totalmente inconsciente, y perdiendo sangre.
La gente reacciona rápido y se apresuran a tratar de ayudar, pero la desesperación se apodera de todos los presentes y era peor l ver que no habían signos de vida en la joven, tenía los ojos mortecinos, sus anchos labios jaspeados de sangre , y de sus ojos prominentes le brotaba una pequeña cascada de lágrimas, no respondía signos de vida. Aquellas personas observan el cuerpo inerte y frío, se miran entre ellas, todos asienten y a la vez niegan con sus cabezas, con ciertas lágrimas de impotencia en sus ojos. Ninguno sabia que tenia que hacer. Todos están desesperados, algunos examinando signos de vida en la joven, buscando reacción , estan asustados , presenciando como una joven, luchaba por su vida y la de su vientre.
El sol seguía alumbrando en Jujuy , pero en aquel sector de la ciudad, los ojos crispados solo veían grises, un óbito apaga la claridad, hasta un ciego presiente la muerte cuando la tiene cerca.
Ante el miedo y la desesperación, todos piden lo mismo :un milagro.
Unos policías informados de lo sucedido se apresuran a llegar al lugar y se detienen a examinar el cuerpo y tratar de reanimarlo y también se presenta un doctor que pasaba de casualidad y se detuvo a ver la situción. Segundos después de examinar el cuerpo, tratan de reanimar a la jovencita. Más de una persona se junta las manos para contemplar el suceso con mucha tensión en las venas.
De pronto aquel muchacho imperceptible, se muestra caminando en dirección hacia el lugar. Detiene sus pasos frente de la desesperante intervención, no hay signos de pavor en su mirada, pareciera que aquello era familiar de ver para él, aún más que para el doctor, pero se nota preocupado, agacha su cabeza, y parece decido a intervenir. El mismo doctor empieza a desesperarse, la joven ya no presentaba signos , una vida se apagaba delante de los presentes que se animaban a ver la terrible desgracia, los últimos momentos de una vida que empezaban a desteñir el color naranja de su piel. La tristeza no necesita presentarse, todos la conocen, siempre llega, sin invitación y se apodera de cualquier otro sentimiento que tenga valor,produce diferentes reacciones pero la misma sensación, y tiene que existir por una regla de la vida y nada le impone sus límites.
Cuando todos se encuentran completamente atónitos ante el hecho,la figura de aquel joven se inclinó frente al cuerpo de la joven, la observa detenidamente , se arrodilla subiendo su cabeza , un pequeño resplandor insignificante ilumina el cuerpo, aquel joven desaparece por completo y un remolino invisible sorprendio a los más cercanos al cuerpo. Un silencio atroz se encargó de colmar a todos. La esperanza es tan grande que nunca se acaba, llega como puede , pero llegó para hacerse presente. Un carraspeo repentino de la joven, y sus ojos abriéndose de nuevo a la vida provocan la felicidad de todos.
Una ambulancia llega al lugar minutos después, el doctor la acompaña hasta el hospital. El joven doctor sabe que todo será complicado, que la mujer todavia corre riesgo de muerte, y podría perder al bebé que lleva en su vientre. Cuando todos le preguntan si sobrevivirá la chica, el asiente y promete hacer todo lo posible, y es la unica respuesta que le da a todos.
No acostumbraba prometer, pero sí esforzarse por salvarla.
Se apura a subir el cuerpo a la ambulancia, la joven empezaba a tener reaccion en sus dedos. Hacia un esfuerzo por hablar , una sola palabra salió de su boca, mientras la ambulancia iniciaba su marcha, fue así que aquel doctor quedó pasmado al escuchar ese nombre, no habia sido la primera vez que lo escuchaba en lo que va del dia. Quiza encuentre una respuesta sobre aquello, pero ahora solo habia que salvar esas dos vidas.
LLegan al hospital, se apuran a bajar la camilla, los pasillos y la luz contraen los ojos de la muchacha , tanto que sólo ve sombras cubriendo los rostros que la rodean. No siente mucho dolor a pesar de las heridas, pero no puede ni siquiera girar su cabeza, se cubre de agonia, siente pánico, las puertas se abren a su paso hasta llegar al quirófano, donde se adormece de a poco.
"Santiago " es lo que vuelve a repetir antes de cerrar los ojos. Tras cerrarse la puerta delante de la presencia de aquel doctor, quien se formula varias preguntas, girando en torno al nombre que pronunció la joven. Habrá sido una casualidad, presiente que esta cerca y que ya tendrá su oportunidad de encontrarlo, mientras también se dispone a intervenir en la cirugía.
Las agujas del reloj empiezan a sincronizar con los latidos de su corazón, no se pueden equivocar, no pueden fallar, ahora les toca a ellos intervenir, cualquier paso en falso puede significar un terrible error, comienzan la operación, y una figura incorpórea se precipita de repente a contemplar el suceso, la figura de aquel que solo fue visto por la joven accidentada y que minutos después mencionaría su nombre.
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Alma errante
RandomSantiago herrera es un alma errante que se encuentra vagando por la ciudadde San Salvador de Jujuy, tratando de superar su pasado, después de haber muerto en un accidente, mientras su mente se encontraba desordenada por el odio. Solo así, descubre...