"Tomás Herrera"

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El día estuvo gris. Y no era para menos. La vida errante de Tomás Herrera había llegado a su fin. La lluvia de la mañana acompañaba la de nuestros ojos.

No veía tanta tristeza en mi padre, desde que murieron mis abuelos.

El doctor que atendio a mi tio fue a buscar a mi familia rápidamente, por una nota escrita por Tomás.

Un doctor joven, con aspecto de intelectual y religioso, que después de hablar con las enfermeras, se nos  acercó

-Perdón por todo señor Antonio, al ver los ojos de su hermano al tenderme la nota con su dirección me di cuenta lo importante que era para él estar con usted. Conozco esas miradas, la de la última voluntad. Hicimos todo lo posible, pero su estado de cirrosis era muy avanzado, presentaba multiples golpes, y su estado de ebriedad parecio mantenerse por días. Tendremos más detalles cuando terminen la autopsia.

-Gracias de todos modos. Dios lo cuide doctor.

El doctor se inclinó hacia mi padre y le tendió un abrazo amistoso, el cual mi padre no rechazó.

-Entiendo su dolor, yo perdí a mi hermano mayor también, el año pasado, todavía no puedo superarlo. Por si me necesita para alguna consulta ya sabe, no se olvide de buscarme. En una hora podrán llevarse el cuerpo.

-Gracias por todo doctor Aparicio.

-Hasta luego señor Herrera. Acompañe a su padre muchacho, mi más sentido pésame para su familia.

Al retirarse me palpó la espalda. Sin siquiera conocerlo, no me caía bien, por alguna extraña razón.

Mientras esperaba en la sala, mi padre fue a una cabina para  notifificar del fallecimiento a todos los que pudo, y asi pidió que todos difundieran la noticia.

Al fin lo había encontrado, donde nunca imaginaria el resto.  

Muchos mencionarían de nuevo aquella brujería que una mujer le había hecho a mi bisabuelo y su familia; cuya intención decía que dos integrantes  morirían por año y mi padre había visto con sus propios ojos, lo mismo que yo estaba viendo, morir a otro Herrera.

Era solo un mito, simples casualidades, más que todo cosas del destino, las maldiciones, no existen. Muchos familiares mios padecían varias enfermedades.

Estaba acostumbrado a los velorios. Este sería el segundo más doloroso de todos.

Me llamo la atención ver a dos policías llevándose a una mujer de cabello rojizo, de aquel hospital, no pude ver sus rostros, pero a la vez parecían discutir algo.

Nunca tuve buena memoria, pero de pronto me vino la sensación que aquella mujer era la que estaba con Tomás en el boliche hace un poco más de dos semanas.

Quize seguirla, me levanté y sentí una mano apoyándose en mi hombro en ese mismo momento. Era el doctor Aparicio.

-Me informaron que ya esta todo listo, pueden velar a Tomás Herrera.Por cualquier duda, el informe de la autopsia esta en este sobre. Necesito que firme aquí.

La firma que siempre hacia era simplemente mi nombre. Por lo cual al momento supo como me llamaba.

-Muy bien Santiago, mi más sentido pésame a su familia, mi trabajo termino. Saludos a tu padre.

-Muchas gracias doctor

-De nada, Es mi trabajo

Mi padre demoró un poco más en llegar.

Los mismos oficiales, se ofrecieron a continuar su investigación, y a informarnos las novedades, aunque dudaba que fueran a hacerlo, mi tio era sospechoso de dichos cargos, y además de sus antecedentes. Para ellos era culpable, no se molestarían en limpiar su nombre.

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