Si tan solo existiera una forma de volver al pasado sabia que lo tomaria; sin dudarlo; despertar en un nuevo día y no tener idea sobre la existencia Ivana o Antonela, ser libre y no deberle nada al mundo, salvo lo que tenia que dar; pero no se puede, así como suponer que ellas fueron un sueño.
Mucho menos Daniel, ni Horacio, debia haber una estrecha relacion entre ellos, y era algo que debia investigar por mi cuenta, así como saber que paso realmente con mi tío, ya que los dos me lo nombraron.
Caminaba seguro de buscar venganza y era lo único que tenia en mente.
El nombre de Fernando Aparicio, enrojecia mis orejas de odio; era un desconocido que me robo lo que más queria, y ademas, amigo de Horacio Sanchez,cualquier cosa podria pasarle a Antonela con un tipo como él a su lado.
No parecia tan complicado de hacer, pero antes de desaparecer del barrio debia dejar sobre el piso las máscaras de varios enemigos.
Estaba dispuesto a descubrir la verdad de todo, recuperar a Antonela y sacar de la ciudad a Ivana.
Si bien no era tan culpable, por no saberlo, nunca imaginaba que sus historias estarian entrelazadas, de lo único que me arrepentía era de no haberlo sospechado. Desenredar toda esa trama no seria fácil, pero lo único que me importaba era tratar de no perder para siempre a cualquiera de las dos; sabia que algo mucho peor podia llegar a pasarles,lo sospechaba, después de escuchar las palabras de Horacio, advirtiendome que me alejara de ellas; aquella noche en la que tropecé con alguna de sus víctimas, que corria desde el interior del jardín de aquella mansión, ella me empujo al piso, distrayendo su atención hacia mí, y yo pagando el precio de mi curiosidad, facilitandole a ella tiempo para escapar, si es que realmente lo había conseguido.
Despues que decir lo que paso, algo era seguro, todavia no habia terminado, dependía de mí acabarlo pronto.
Contaba con el tiempo de poder investigar algo, y rellenar los huecos que envolvían las dudas acerca de esa historia.
A decir verdad no tenía la más mínima intención de visitar ese lugar, pero era el único donde podría buscar respuestas a la situación de Ivana, y saber si Horacio Sánchez se encontraba allí; aparte de eso necesitaba mantenerme fuera de casa y escapar de posibles amenazas; sabía que lo peor estaría por venir tambien para mí si es que aquellos policias hubiesen muerto y sus amigos vinieran por venganza ; el mejor escondite sería entrar en la boca del lobo.
Esa dirección la encontré aquella vez que fui al despacho de tribunales en la oficina de aquel abogado, pedí sus antecedentes laborales y cartas de recomendación a su secretaria como si fuese un cliente, antes de dejarle la denuncia escrita; junto a sus referencias, hubo un anexo que se ubicaba , sobre un club de San pedrito; un edificio que de noche funcionaba como un prostíbulo. Quedaba en la zona roja.
Por algo la secretaria estaba nerviosa, sabia que recibi alguna información extra, pero su responsabilidad no recaia sobre las mias si es que ella no hubiese hablado al respecto.
Era el lugar ideal para esconderme de la policía, y un sitio estratégico para no levantar sospechas al abogado.
El resplandor de un gran relámpago aparecio cuando estuve intentando arrancar, la moto. El viento anunciaba una fuerte tormenta, próxima a caer sobre la ciudad de Jujuy.
Odiaba la lluvia, porque así como la realidad, te puede arruinar un buen dia.
No debia perder tiempo, algo me apuraba y nada podia impedir que siguiera esa noche.
La soledad me ayudaba a seguir sin pensar más opciones.
Al llegar hacia ese sitio, la lluvia todavía no habia caido;las calles estaban solitarias pero con varios autos estacionados en las veredas; ubiqué la moto debajo de un árbol de naranjas, y fui corriendo hasta la puerta, donde un guardia robusto, se reservaba el derecho de admisión, tenia buena cantidad de plata en mis bolsillos así que pude ingresar pagando la entrada.
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Alma errante
RandomSantiago herrera es un alma errante que se encuentra vagando por la ciudadde San Salvador de Jujuy, tratando de superar su pasado, después de haber muerto en un accidente, mientras su mente se encontraba desordenada por el odio. Solo así, descubre...