Cap~20

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El ruido se hizo presente, no solo de uno, sino de ambos lados. Al parecer habían arrojado granadas, el ruido en los pasillos fue más abundante. Todos corrían de un lado a otro, en busca de sus armas, reuniéndose con sus escuadrones. Haciendo sus formaciones de ataque, de defensa, todo con tal de poder retenerlos.

Sin duda todo se volvió un escandalo y el momento perfecto para salir de aquel lugar e ir a los calabozos en busca de todo aquel que este siendo sometido.

Pasaron por pasillos, por las escaleras. Siempre y cuando, tenían cuidado de no ser vistos por muchos. Aquellos que los veían terminaban tendidos en el suelo.

Para cuando llegaron, no podían creer el estado en el que se encontraba todo el lugar. Había sangre en los pasillos, comida regada en los suelos, partes de ropa rasgada, la suciedad en los barrotes, Todo estaba hecho un desastre, la gente que se encontraba encerrada temieron de ellos por su forma brusca de entrar, peor al ver los signos de sus clanes, comenzaron a pedirles que los sacaran de ahí. Sus ojos, que a un inicio parecía estar sin vida, comenzaron a tener un rayo de esperanza, sus voces casi apagadas por el llanto, sus manos llenas de tierra y rastros de sangre seca era lo que más resaltaba en ellos.

Sin tener que pensarlo, todos comenzaron a abrir las rejas para comenzar a sacarlos; se encargaron de hacer pequeños grupos de rehenes, para poder sacarlos más fácil y llegar al sótano. Tenían que apresurarse, no los demás no aguantarían el tener que pelear.

Por más que buscaban, les era imposible encontrarlos, cada vez eran menos las celdas en las que retenían a la gente, y en ninguna de ella había rastros de ellos.

Ring Ring: No están, ellos no están aquí. -dijo algo alterada.

Muji: ¿Qué? tiene que estar. -pregunto mientras miraba a su alrededor.

Ring Ring: ya los busque, no hay rastros de ellos.

Samurai: pueden estar en otra área, puedo ir a buscarlos.

Ambos le pidieron al miembro del clan Shibata, que los guiara hasta ese ligar, si iba él solo le seria complicado traerlos. Antes de irse, ordenaron a todos que salieran lo más rápido que pudieran.

/En otra parte/

Aquel cuarto estaba demasiado obscuro, solo podía ver un pequeño destello de luz justo frente a él. No podía definir de que se trataba; una vela, una lampara o una pequeña ventana.

La silla era incomoda, apenas y podía soportar el dolor punzante en su espalda, el ardor en sus muñecas comenzaba a picar. Comenzó a ver a su alrededor, al parecer lo habían vuelto a traer aquel cuarto húmedo. El sonido de los pasillos era casi inaudible, apenas y podía definir lo que era, -"¿granadas? ¿gritos? ¿más torturas?" -no podía ni concentrarse.

Kyoko: que bueno que despiertas.

Por mera inercia, miro al lugar del que provenía la voz, esa mujer, que como siempre se encargo de trabajar primero con su hermano, aprovechándose de su estado, para después tener que chantajearlo con tener que salvarlo, a cambio de información.

Kyoko: porque vas hacer tu él que me diga ¡¡¿Que esta pasando ahí afuera?!!

/En los pasillos/

Los tres continuaban corriendo por los pasillos, siguiendo al hombre que aseguro encontrar a sus amigos.

Ring Ring: ¿falta mucho?

Samurai: estamos cerca, es al otro lado de este pasillo.

Continuaron a donde dijo. El lugar estaba conectado a unas escaleras que daban a una planta mas baja, conectando únicamente con una puerta.

[PAUSADA] Ahora Me Toca A Mí... [Garucca] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora