Suero, era lo único que podía ver frente a él. Eso y la luz blanca de la habitación.
Desde hace tiempo, esa era la primera vez que volvía a sentir una suave y cálida cama, pero sin duda eso no evitaba que su cuerpo dejara de doler. Con cuidado de no lastimarse miro a un costado de la cama, donde a solo un metro, estaba su hermano descansando en una cama de hospital. Al juzgar por su estado, podría decir que estaba inconsciente; la mayoría de su cuerpo estaba vendado , tenia hematomas, raspones, y al lado de su cama había vendas llenas de sangre.
Por inercia trato de mirarse a si mismo, quería saber que tan mal estaba. Lo ultimo que recordaba fue la vez que fue llevado aquella habitación por los mismos hombres, para que después comenzaran los golpes.
Lo extraño, era que no tenia vendas, ningún golpe, ni rastros de sangre. Su respiración se hizo cada vez más rápida y su vista borrosa.
Todo volvió a tornarse oscuro, no podía ver nada. Una presión se hizo presente en su pecho y garganta, todo eso lo estaba molestando, no poder ver nada, ni sentir nada, lo único que tenia era la misma escena frente a él, la sensación de la sangre en su cara y manos. -No, no ¡No!, no quiero verlo. -se decía así mismo, una y otra vez mientras sujetaba su cabeza y cerraba con fuerza sus ojos, no quería ver ni oír más.
De repente todo cambio, la presión había desvanecido. Para cuando abrió los ojos pudo ver que se encontraba en el despacho de su padre, la ultima vez que estuvo ahí recordaba que todo estaba hecho un desastre, pero ahora estaba muy bien ordenado tal y como era cuando aún vivía ahí.
Fuera de aquella habitación, escucho ruido que prevenía de uno de los pasillos. Sin que pudiera controlarse, su propio cuerpo comenzó a moverse por si solo, dirigiéndose únicamente a la habitación de la que provenía el ruido. Mientras se acercaba, más fácil le era distinguir el sonido; eran golpes, el típico sonido que hace el metal al chocar, "estaban entrenando" fue lo único que pudo pensar.
Cuando se acerco a la puerta, pudo ver que dentro de aquel cuarto de entrenamiento había un hombre que estaba concentrado al practicar con su katana. Sin darse cuenta había causado que un par de armas cayeran al piso llamando la atención de aquel hombre dentro del cuarto. A causa de ello, un escalofrió corrió por su espalda, si lo recordaba bien, sabia lo que estaba por venir.
-Garu, hijo no te vi llegar. -dijo Takeshi mientras guardaba katana en su funda. -ven, pasa.
Sin duda eso si lo sorprendió, no esperaba ese tipo de reacción de él. Pero en cuanto se miro a si mismo, noto que su tamaño había reducido como si volviera ser aquel niño que una vez vio a sus padres sin tanta codicia.
/Por otro lado/
Todos estaban en la sala de estar, a la espera de que sus dos amigas aparecieran por los pasillos.
Cuando lo hicieron, ambas corrieron a donde se encontraba el resto, todos estaban nerviosos. Sabían que habían llegado juntos, pero ellos no les habían contado el estado de sus amigos, querían que todos estuvieran presentes.
Yoana: ¿están bien? -dijo casi en llanto.
Ryo: ellos están bien, están en el hospital los estaban terminando de revisar esta mañana.
Kenji: podemos ir después del desayuno.
Yoana: les diré a los niños, querrán saber de ellos. -estaba a punto de ir a despertar a sus hijos, pero fue Hanan quien la detuvo.
Hanan: es mejor que se enteren después. -dijo mientras hacía que se volviera a sentar. -es mejor que primero los vean ustedes, para después decidan como decirles.
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[PAUSADA] Ahora Me Toca A Mí... [Garucca]
FanfictionCuando todo iba para mejor, las cosas se vienen abajo. Se propagó la noticia que la siguiente heredera al trono, sería la primera nieta de la emperatriz y una hija de clanes, dos de los mejores. Siendo ella un buen objetivo para una recompensa. Tal...