Jamais Vu - Jeon JungKook

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La mañana comenzó algo agitada, no pude despedirme de Jungkook en persona porque su vuelo se adelantó así que en su lugar hicimos una videollamada, prometí que pronto lo alcanzaría en Seúl, tal vez en un par de semanas o quizá un mes en lo que arreglo todo aquí, él por su parte dijo que esperaría pacientemente. Se le veía sonriente y emocionado.

La primera reunión del día fué con diferentes jefes de área del hotel y el presidente, tomé nota de los puntos más importantes de la reunión para así facilitar el trabajo, se tenían que visitar a los proveedores de alimentos en lo que restaba de la mañana y por la tarde a los de las bebidas del bar, soy consiente que la asistente que tengo me aligera demasiado el trabajo, es muy inteligente y capaz.
Regresé a mi oficina para tomar mi abrigo ya que la temperatura comienza a descender un poco, los cambios climáticos son un gran problema hoy en día, me llevé la sorpresa de encontrar un gran oso de pelaje marrón con un lazo azul sobre su cabeza, me acerqué un poco confusa y ví la nota que se escondía en su brazo.

Señorita Seo, nunca ví en su habitación algo parecido y me dije a mí mismo "tal vez podrías ser el primero en regalarle uno" espero te guste y seas consiente de que te cuidará hasta que te reúnas con su padre en Seúl. Vamos a darle una familia feliz...

Jungkook.

—Eres increíble Jeon—rodé los ojos riendo bajo, dejé la tarjeta en el escritorio y aprecié mejor el regalo, sentí la necesidad de abrazarlo y así lo hice, en verdad era grande que me cubrió por completo, sé que cada vez que lo vea recordaré todo lo que me llevó a ésta situación, que me estoy enamorando de Jungkook y mi vida cambiará por completo a partir de hoy.

—Jefa, necesito que...—entró a la oficina Lili con su tablet en mano quedándose estática al ver el enorme oso acaparando la escena—Waaaaooh, está hermoso, ¿Jungkook? ¿Es su novio?

Dió un vistazo rápido a la tarjeta y sonrió de oreja a oreja

—No, bueno sí—dije algo apenada—¿Viste cuando lo trajeron?

—Si, el jóven pelinegro y uno de cabello grisáceo lo subieron por las escaleras, para su mala suerte el ascensor no funcionaba, entonces...—abrió enormemente los ojos y se quedó mirándome fijamente, cubrió su boca con su mano y yo aún no entendía que pasaba—¿Su novio es del grupo que se hospedó hasta hoy?

—Pues...

—Por dios jefa, yo los admiro mucho—sonrió emocionada y se sentó en el asiento frente al escritorio—he sido su fan desde hace dos años y son increíbles, no puedo creer que usted sea la novia de Jungkook

—Para mi defensa no sabía que era famoso, ¿Lo son mucho?

—Su popularidad crece constantemente, de hecho le iba a pedir que me enseñara coreano, así podría escribir una carta para V—colocó su codos sobre el escritorio y recargó su barbilla en ambas manos—es el que más me gusta

Imité su acción y la empecé a cuestionar, me hará bien estar más informada

—No sé quién es V, de hecho no los conocí personalmente

—Se llama Kim Taehyung en realidad, afortunadamente pude obtener su autógrafo—extendió una hoja que acababa de sacar de su carpeta y me la mostró, era su firma acompañada de un corazón—por cierto jefa, ¿Cómo es que manejará su relación? Por lo que sé ellos tienen prohibido iniciar relaciones sentimentales

—Eso no lo sabía—claro que lo tenían prohibido y no lo pensé antes, es como el estereotipo de personas que se dedican a mantener el amor en muchas pero al mismo tiempo no tener a ninguna, es parte de.

La tarde y noche pasaron más rápido que la mañana, me decidí a hablar con el señor Burell y extender mi carta de renuncia, no lo tomó nada bien porque después de todo por algunos años confío en mí, pero yo ya tenía una decisión tomada y nada lo iba a cambiar, en una semana estaría volando a Asia para reencontrarme con mi pasado. Cada que lo pienso el corazón se me acelera y pienso en qué haré primero, visitar a mis padres o a mi hermano, o quizás evitar que sepan que estoy allá, no lo sé.

La noticia también afectó a mis amigas, por un momento me odiaron por no decirles que tenía un novio, Eunbi me sorprendió cuando dijo que también se iría a Corea, su relación con Suho era más seria de lo que pensé y ahora darían el paso de conocer a sus familias, Yuna también se apuntó al viaje pero ella llegaría un poco después, tendría que arreglar todo lo relacionado con su tienda de ropa y pensaba abrir una en Seúl, Dahye como era de esperarse dijo que se iría conmigo, desde que murieron sus padres se quedó sin ningún familiar y siempre hemos estado juntas, ¿Qué haríaa yo sin ella?

—¿Te pintaste el cabello Yerim?—tomó un mechón y lo acercó hasta poder observarlo adecuadamente

—¿Me veo bien?—coloqué mis manos en forma de v debajo de mi barbilla tratando de parecer tierna, sólo gane unas miradas de extrañeza, ésto no me funciona

—Por supuesto que te ves bien—Yuna chasqueó los dedos y me guiñó un ojo para después levantarse de la cama e ir por la caja que tengo dentro del armario—Yeri...¿Qué harás con esto?—extendió la caja frente a mí y bueno, hacía tanto tiempo que no le prestaba atención

Era una caja de cartón de tamaño mediano, en ella tenía todo lo relacionado a mi amigo de la infancia,  cuando ingresé al internado lo primero que hice fué enviarle una carta para que supiera en dónde estaba y así también pudiera responderme, durante 10 años le escribí contándole todo lo que pasaba a mi alrededor y lo mucho que lo extrañaba, algo bueno del internado era que nos enseñaban a ser independientes, claro, independientes desde los seis años, y aprendí a enviar cartas, los días cinco de cada mes mi carta salía rumbo a Corea del Sur, para ser exactos a Daegu.
De los 10 años él sólo me respondió 8, es mucho tiempo ahora que lo reflexiono y también me decepcionó mucho, tal vez se aburrió de mí.

Lo que más me emocionó fué ver la foto que guardo como un tesoro sagrado, ambos sentados debajo de un árbol el día de mi cumpleaños y recuerdo que ese día el no paraba de reírse por se me acababa de caer un diente, es uno de los cumpleaños más felices que he tenido.