Ahora mismo estaba atando los cordones de mis tenis torpemente, las manos me temblaban y el culpable de que mi ritmo cardíaco se descontrolara era ni más ni menos que Jeon Jungkook, ese chico pelinegro de piel blanca y labios increíblemente rosas, sus ojos color avellana y su cuerpo me parecía una gran obra de arte, se ejercitaba lo suficiente y se veía tan elegante de cualquier manera, incluso ahora que trae puesta ropa deportiva se ve increíble.
—¿Estás lista?—preguntó sonriente frente a mí
—Eso creo—hice una mueca de inconformidad que pareció extrañar al pelinegro—tiene muchos años que no me subo a una bicicleta y sinceramente me da miedo
—Te aseguro que es sencillo—acercó la bicicleta color negro que tenía a un costado y se montó en ella—solo debes hacer equilibrio y pedalear—hizo la demostración dando una vuelta alrededor de mí lo que me pareció gracioso—y ahí lo tendrás, será sencillo porque tienes las piernas largas—se detuvo apoyando su pierna derecha en el piso
—Lo intentaré—con algo de temor subí y quise pedalear pero algo lo impedía
—Tienes que soltar los frenos si quieres avanzar—rió seguido de su comentario y ahí me di cuenta que por el miedo mis manos estaban aferradas a los frenos, sentí como mis mejillas se ruborizaron y la vergüenza me invadió
Poco a poco avancé y aunque me iba de lado a lado logré controlar el equilibrio dejándome llevar, Jungkook siempre se mantuvo a lado mío y por fin el miedo se esfumó, era un grandioso día soleado pero no tan caluroso, empezamos a recorrer los senderos de Central Park admirando las vistas del parque, admito que fué una gran idea venir a pasear un rato. De ves en cuando quito la vista del frente y miro hacia un lado, encontrando la atracción más hermosa que mis ojos han captado, Jungkook concentrado en el camino sin percatarse que tiene mis ojos encima, su perfil es tan único que no puedo imaginar cómo sobreviven las personas de su alrededor. Es cierto que al inicio éramos perfectos desconocidos pero con el paso de los días todo cambia, su forma de ser, tan extrovertido y alegre, su valentía y habilidad para hacer cualquier cosa. La primera vez que me invitó a salir fue hace casi dos meses y me llevó a una pista de patinaje sobre hielo, acepté sin rechistar pero todo se vino abajo cuando estando dentro mis piernas temblaban, al contrario de él que patinaba perfectamente dando giros cada tres segundos sin perder el ritmo, me incitó a seguirlo cuando tomó mi mano y ambos avanzamos, mi vista estaba clavada en el hielo y mis pies tratando de hallar la mejor forma de sincronizarse, cuando creyó que lo tenía entonces soltó mi mano y dió una seña para que lo siguiera.
La felicidad me duró tal vez dos segundos porque entonces ya estaba yo con la espalda sobre el hielo, la segunda vez fuimos a montar a caballo y como lo esperé, también era bueno en eso. Así ocurrió con la salida al boliche cuando de un sólo tiro logro derribar los diez pinos.
—¡Cuidado!—escucho una voz infantil gritar y sacarme de mis pensamientos, giro nuevamente la vista al frente y un perro viene corriendo en mi dirección, como puedo me hago a un lado perdiendo el equilibrio que me costó trabajo conseguir y derrapo sobre el piso, la bicicleta va a parar contra la acera y yo tendida con un ardor en el cuerpo insoportable, para ser exactos, en las manos y las rodillas
—Por Dios Yerim—preocupado Jungkook se baja y corre para quedar agachado frente a mí—¿Estás bien?—examina mi cuerpo y se centra en las rodillas que están ya manchadas de sangre
—Duele—me quejo al sentir su tacto sobre mi piel y entonces toma una de mis muñecas para ayudarme a ponerme en pie
—Te llevaré a casa—admite y entonces me carga como si fuera una bebé, tratado de no dañar mi cuerpo, lo que me preocupa es que las bicicletas quedaron ahí tiradas y debemos devolverlas—alguien se encargará de eso—dice si más, su rostro capta mi atención al tenerlo tan cerca y me parece maravilloso, podría quedarme así todo el día si es posible
Llegamos al lugar donde aparcó su Hybrid color negro, me bajó un momento para rebuscar las llaves y desactivar la alarma, ayudó a subirme en el asiento del copiloto estirándose sobre mí y poner el cinturón de seguridad e inmediatamente se dió la vuelta para subir al suyo
—Perdón por arruinar el paseo, te veías emocionado—agacho la cabeza mientras él introduce la llave y hace sonar el auto empezando el viaje de vuelta
—No digas eso, creeme que no arruinaste nada sino al contrario, me la pasé estupendo—volteó la mirada rápidamente hacia mí regalandome una gran sonrisa que vuelve a ruborizarme
El camino se me hace eterno y es que ya comienza el ardor a hacer de las suyas, doy pequeños soplidos en mis palmas para apasiguarlo un poco y no funciona, reconozco el lugar y por fin llegamos a mi casa, Jeon baja primero y con las llaves que entregué hace un momento abre la puerta y regresa por mí para cargarme de nueva cuenta.
Me reposa sobre el sofá y como rayo trae el botiquín de mi habitación, no tengo ningún problema porque se sienta como en su casa
—Déjame ver—descubre mis rodillas doblando un poco el pants que tengo puesto y aplica agua oxigenada para desinfectar, lo hace rápido pues cuando reacciono ya está con mis manos, ¿Qué hice todo este tiempo?, Sí, admirar su cara nuevamente, no me canso de hacerlo incluso en esta circunstancia, me parece extraña la forma en que apareció en mi vida pero aún más que esté tan cerca de mí, que me siguiera buscando con intenciones que desconozco, lo que sí se es que me causa emociones nuevas, totalmente satisfactorias, hace que mi corazón se acelere cada que veo un mensaje suyo, una llamada entrando, su cara detrás de mí puerta por las mañanas o por las noches cuando va a mi oficina y lleva comida para cenar juntos
—¿Estás haciendo un psicoanálisis de mí?—indaga con un poco de burla tomando un isopo y llevándolo a mi mejilla, no tengo idea de porqué hasta que siento arder ahí, me raspé un poco al parecer
—No sé cómo se hacen así que deja de preocuparte—bromeo con dificultad y agradezco que las palabras fluyan, su cara que ha sido el centro de mi universo hoy de nuevo está a tan sólo centímetros de la mía, admiro sus labios tan apetecibles que me dan impulsos de cocharlos contra los míos. Mantén la calma Yerim, repito para mí misma observando cómo guarda todo en la caja y regresa su vista a mi mejilla quedando cerca otra vez
—Parece que ya está—sonríe posando sus ojos sobre los míos, me pongo nerviosa y parece notarlo pero no hace la mínima intención de alejarse, al contrario, deja de mirar mis ojos y ahora mira mis....¿Labios?—no creo resistir más—habla con un hilo de voz
—R-resistir qu...—mi oración se ve interrumpida porque Jungkook pasa su mano por detrás de mí cuello y me acerca a él, logrando lo que tanto esperaba y eso es la unión de sus dulces labios con los míos, encontrando la perfecta sincronía y poder moverse a gusto, el ardor que sentía se desvanece por arte de magia y entrelazó mis manos detrás de su cabeza, jugueteando antes con su cabello tan suave y así acercarnos más si es que se puede. Toma mi cintura y me apega a su cuerpo haciendome estremecer como no tiene idea, si no estuviera sentada desde hace rato ya hubiera caído al suelo porque las piernas me tiemblan de forma descomunal, el beso sigue y lo agradezco porque así descubro que tiene un delicioso sabor a cereza, algo a lo que podría volverme adicta sin ningún problema. Un remolino de emociones y sensaciones yace en mi interior y pequeños choques eléctricos atacan mi corazón enviando señales de alerta a todo mi cuerpo, la suavidad de sus labios seguía unida a los míos haciendo cada vez más difícil que yo razonara la situación, lo que pasaba es que me estaba comenzando a enamorar de Jeon Jungkook...
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Jamais Vu - Jeon JungKook
Fiksi PenggemarDe pequeña, ansiaba crecer lo más rápido posible y convertir mis sueños en realidad a lado de mi amor de la infancia, pero después de habernos alejado, de un día para otro, me ignoró por completo y no volví a saber nada de él. Pasaron los años y se...