𝐸𝑙 𝑟𝑜𝑐𝑒 𝑑𝑒 𝑛𝑢𝑒𝑠𝑡𝑟𝑜𝑠 𝑙𝑎𝑏𝑖𝑜𝑠 | 𝑁𝑎𝑡𝑎𝑙𝑎𝑛 𝑦 𝑡𝑢 |

𝐗𝐈𝐈𝐈

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Natalan.

Después de aquel insidente qué tuve con ______ me dejó pensando, las horas habían pasado y ya nos encontrábamos en el departamento, creó qué después de lo que dije lo qué menos puedo ofrecerle es una disculpa. Tiara estaba cansada y se había quedado dormida en el sofá de la sala de estar quise cargarla para llevarla a la habitación pero simplemente agarré mis cosas necesarias para salir del departamento.

No sé qué es lo que me ha hecho _____, pero es algo inexplicable, simplemente primero me creó muy valiente al querer insultarla pero momentos después la culpa me mata.

- ¿Qué haces aquí? - Me miraba ____ abriendo la puerta de su departamento, en su gesto podía notar aún el enojo que reflejó en el local callejero.

- Necesito qué hablemos, no tardaré

- Yo no quiero hablar contigo, ve y regresa con tú novia - Cuando estaba apunto de cerrar la puerta, la empuje un poco para de esa forma entrar a su departamento cerrando la puerta.

- Sólo quiero ofrecerte una disculpa, no era mi intención qué te sintieras... - Ella me interrumpe y la miró haciendo una mueca.

- ¿Miserable?, ¿estúpida?, ¿mediocre? - Ríe amargamente mientras me mira a los ojos -. Pudrete Allan, deja de ilusionarme.

- Esa no era mi intención - Intentó acercarme a ella pero simplemente se aleja.

- Tienes tres segundos para largarte de mi departamento - Se cruza de brazos frunciendo el ceño.

- Déjame explicarte... - Hago una mueca.

- Tres

- Lo de Tiara es algo pasajero, yo en verdad me he encariñado mucho contigo _____. En ningún momento te he mentido - La miró esperando alguna respuesta de su parte pero fue inútil, sólo seguía contando.

- Dos

- ¡Vamos, deja de hacerme esto! - Bufó enojado mirándola.

- ¿Disculpa?, ¿hacerte qué?. ¡Tú fuiste el qué me hizo mierda a mi en cuanto me presentaste con esa tipa! - Observó cuándo agarra unas llaves junto con su cartera-. Sí tú no te largas me iré yo, disfruta del departamento.

- ¡Aguarda, quiero qué te quedes! - Jalo su brazo haciendo qué se pegue lo suficiente a mi.

- ¡Sueltame! - Empieza a golpear mi pecho y de un momento a otro escucho algunos sollozos salir de sus labios.

- ______ - Suspiró y la suelto, pero ella estaba aferrada a mi. Está chica se ha convertido en alguien especial para mí.

Creó qué no soy la persona correcta para decir eso, sé que soy demasiado estúpido cómo para no poder controlar mis sentimientos, siento algo por Tiara pero no sé iguala a lo que siento por _____.

Definitivamente si me dieran a elegir entre Tiara y _____, mil veces eligiría a ______.

- ¡Quiero qué te vayas, haces qué me confunda más! - Grita enojada alejándose de mi, pero en cuanto lo hace me entra un instinto a lo qué yo simplemente la bese.

- Allan... - Dice sobre mis labios sin decir nada más, ambos correspondemos al beso cómo sí nos necesitaramos el uno al otro. Joder, tanto tiempo estaba deseando poder tocar sus labios.

El beso se hacia cada vez más intenso, mis manos recorrían su cintura y ella sólo accedía a lo qué hacía. Sus labios eran un paraíso, sus finos y delicados labios pareciera que estaban hechos sólo para mí.

- Por favor no me hagas sufrir más... sólo vete y olvida lo que acaba de pasar - Susurra ella separándose de mí, una vez más le hice pensar algo más.

- _______, no quiero que... - Coloca su dedo índice entre mis labios suspirando.

- No digas más, sólo vete.

Al escucharla por más qué me pese tuve qué salir de su departamento, ahora me doy cuenta qué tengo que terminar con Tiara, ese beso me ha dejado las cosas más claras y aunque me duela hacerlo, Tiara tiene que saber lo que pasa entre _____ y yo. No puede seguir pensando que _____ es sólo una amiga.

Nunca creí decirlo pero realmente estoy enamorado de _____, me estoy volviendo loco por ella.

Caminaba hacia mi edificio mientras qué en el camino pensaba sobre lo qué haría, no quería hacerla sufrir, pasaron tantos días para que nos viéramos y ella se esforzó en venirme a ver, no puedo hacerle esto... tampoco soy tan mierda cómo parece, aunque por otro lado si no lo hago ______ pensaré qué jugué con ella una vez más. Maldita sea, ahora veo qué uno tiene que tener sus sentimientos claros o de lo contrario se sufre mucho.

Desde ahora podrán llamarme Allan el encariña niñas por todos lados.

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