𝐗𝐕

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Natalan.

Ver la emoción de _____ para mí significaba mucho, desde qué la bese las cosas quedaron más que claras para mí, ahora era momento de decirle sobre mi ruptura con Tiara, quizás después de todo ella no seguiría con la estúpida idea de seguir con Roier. Aunque me es poco posible creer qué después de todo lo qué le hice, ella pueda llegar a creer en mí otra vez.

- ____, cariño. - La miró sonriendo ampliamente.

- No me digas cariño, en verdad me dolerá qué se lo digas también a tú novia - Agacha la mirada pero de inmediato me acercó aún más a ella para agarrar su barbilla haciendo qué me mire.

- ______ escúchame, Tiara se fue hoy porqué terminé con ella. Es algo loco, pero le expresé todo lo qué sentía por ti - Sonrió al mirar su expresión, se veía realmente tierna -. Quiero qué estemos juntos, por favor vuelve a mí ____

Su silenció era de miedo, no decía nada. Minutos después de aquello qué dije, ella me abrazo y sin dudarlo me besó repentinamente. Correspondi a su beso de manera inmediata, sentir sus cálidos labios me hacían sentirme cómo en un sueño.

- ¿Eso es un... - Ella me interrumpe sonriendo, he de confesar qué nunca la había visto sonreír así.

- ¡Qué sí tonto! - Entrelaza nuestros dedos y me jala para que empecemos a caminar.

- Nunca imaginé todo esto, qué llegáramos tan lejos - Río mientras miró las banquetas en las qué caminábamos, la nieve caía sobre nuestra ropa y ambos disfrutábamos del momento.

- Tiara ahora mismo me estará odiando

Se detiene mirándome, acaricia mis mejillas y de manera inmediata se hace presente una mueca en sus labios.

- No fui tan duro con ella, aparte las personas no estamos obligados a estar con alguien a quién no queremos

- Lo sé, es por eso qué también necesitaré hablar con Roier - Un gruñido sale de mis labios interrumpiendola y ella ríe.

- No me gustaría que hablarás a solas con él, no me da confianza

- ¿Celoso Allan? - Sonríe besando la comisura de mis labios.

- Sólo sí... - Me agachó agarrando una bola de nieve para arrojarsela en el cabello.

- ¡Está muy fría! - Suelta una carcajada, y ella hace lo mismo creando una competencia de nieve.

El tiempo pasaba y a su lado no sentía los minutos, nunca me había divertido tanto cómo ahora, después de esto estaba seguro qué mi destino era estar con ella y mi promesa era no volverle a fallar cómo ya lo había hecho antes.

- ¿Te parece ir a comer hamburguesas?

- Claro, sólo recuerda qué por la noche quedé de verme con Roier y no puedo dejarlo plantado, en verdad quiero arreglar esto qué aunque no le creas también le hice creer cosas qué no a él

- ¿De verdad quieres aclararle las cosas a ese pendejo? - Ella me mira con un pequeño puchero a lo qué yo sólo suspiró -. Está bien, pero no olvides en llamarme por si pasa algo

- Tranquilo, así qué andando qué unas hamburguesas nos esperan - Sonríe y continuamos con nuestra caminata pero ahora en dirección al primer local de hamburguesas qué encontremos.

Su teléfono no dejaba de sonar, pareciera qué el intruso ya la estaba buscando pero carajo, ella dijo qué se verían por la noche y recién no pasaban de las cinco. Sí por mí fuera, ya hubiera arrojado su teléfono al vacío. Llegamos al local, y ella apresurada ordenó lo qué pediría al igual qué yo.

- Puedes mandarle mensaje y decirle qué ahora estás ocupada. - Le expresó con un tono molesto.

- Hey tranquilo, sí es él pero puede que me esté llamando porqué quizás piensa que si lo dejaré plantado. - Agarra mi mano por encima de la mesa -. Ahora estoy contigo, no pienses cosas qué no Allan

- ______ no estoy pensando nada, sólo qué no confío en él pero olvídalo. No quiero arruinar nuestro momento con el simple hecho de estar hablando de él. - Beso su mano, y en cuanto llega nuestra orden empezamos a comer.

- Son muy buenas - Sonríe mientras disfruta de cada bocado de su hamburguesa.

- Pero no son más buenas qué tú - Le guiñó un ojo y ella nerviosa agacha la mirada. Sus mejillas estaban rojas, está mujer me está volviendo loco.

Habíamos terminado de comer después de un rato, ojalá hubiéramos durado una eternidad comiendo para qué no se fuera con el otro cabrón pero bueno, no todo es bueno en está vida.

Miré cuándo se iba apresurada, quería acompañarla pero ella no me lo permitió y yo simplemente respete su decisión. Ahora estaba seguro de qué mis pensamientos estarían a todo lo queda pero vamos, tengo qué estar tranquilo, prometió llamarme en cuanto estuviera en su departamento.

Pero, ¿saben la ventaja de todo esto?, bueno es qué ahora _____ es mía y con mucho orgullo lo digo.

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𝐸𝑙 𝑟𝑜𝑐𝑒 𝑑𝑒 𝑛𝑢𝑒𝑠𝑡𝑟𝑜𝑠 𝑙𝑎𝑏𝑖𝑜𝑠 | 𝑁𝑎𝑡𝑎𝑙𝑎𝑛 𝑦 𝑡𝑢 |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora