𝐕𝐈𝐈𝐈

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______.

La tensión estaba en medio de los dos, quería irme pero él no me lo permitía. Tenia dos opciones en mente que quizás el haría, "burlarse de mí" ó "burlarse de mí parte 2". Pasaría una de esas opciones, el café estaba por terminarse ese era un gran alivio para mí pero carajo, nunca había visto una expresión tan seria cómo la de esté hombre.

¿Dónde quedó la _____ segura de sí misma?, ¿dónde quedó la _____ qué mandaría al carajo a Allan?, ahora me doy cuenta de que soy una verdadera tonta, esté hombre me puede tener cómo quiera, pero no, espero qué no... mis planes de seguirle el juego aún están en pie.

Lo miro detenidamente, tenía un perfil perfecto. Tengo qué detenerme ó de mi boca saldrá otra estupidez, debo hacerle notar qué no me interesa en lo absoluto.

- Di algo, me siento estúpida ante lo qué dije. Sólo no te burles de mí sí es que hablarás y si no, sólo déjame ir, estoy cansada

- ¿Te arrepientes de lo qué dijiste? - Me mira atentó.

- No, soy una chica de palabra, bueno... sí y no, pero fue verdad eso que dije - Agachó la mirada, me sentía apenada y sobre todo podía sentir lo rojas qué ahora mismo estarían mis mejillas.

- No pensaba burlarme de ti. - Suspira y deja su taza a un lado ya qué se pega más a mí. - He de confesar qué contigo todo es diferente, podría pasar horas contigo y simplemente el tiempo no lo sentiría. Quizás no eres Vane, pero se siente tan bien estar contigo

¿Vane?, vaya cabrón. Hay qué ser valiente para mencionar a tú ex en una conversación cómo esta, no sé sí reírme o creer lo qué está diciendo.

- Eso quiere decir qué...

- Qué también me gustas _____. - Levanta mi mirada agarrando mi barbilla para que lo mire a los ojos. - No te avergüences de lo qué digas, al final está bien

- No lo haré Allan, solo quisiera qué esto fuera más lento, ó simplemente conocer más de ti, no sabemos nada el uno del otro. Somos dos extraños qué se gustan y qué intentan sentir algo por el otro, pero he de confesar que eso no suena tan mal... - Sonrió un poco y él aleja su mano para seguir mirando al frente.

Qué alivió fue escucharlo decir que también le gustaba, después de años he vuelto a escuchar con emoción esas palabras. En parte no sé si este bien esto pero lo tomaré como qué sí, digo, es Allan. En tan poco tiempo no me había sentido tan cómoda como me siento con él, a excepción de las veces que me dice parlanchina.

Aunque ahora me doy cuenta de qué así haya pasado solo un día, es más qué evidente de qué Allan tiene la química suficiente para atraer a cualquier chica.

- Digamos qué ahora mismo no podemos tener una relación, en eso te doy la razón. Tan sólo llevamos poco tiempo de conocernos, pero no te negaré que podremos salir ó yo qué se, hagamos las tonterías qué hacen las personas que se están conociendo - Ríe.

- Por mí eso está perfecto, todo al tiempo

Creí que de una buena vez podría besarlo, anheló demasiado poder besarlo, tiene unos labios qué dios mío, es tan irresistible no poder ver sus labios todo el tiempo. Vaya tonta, primero lo maldigo y ahora ya quiero besarlo.

- Mañana pensaba ir a recorrer la ciudad, ¿quisieras venir? - Me mira con una pequeña sonrisa en el rostro, ¿de verdad me está invitando?, cosas nuevas que anotaré en la lista de cosas buenas qué ha hecho.

- Me encantaría, ¿será por la tarde?

- Pasaré por ti mañana a las siete de la mañana, tendremos un recorrido largo. Te llevaré a desayunar a un lugar qué estoy seguro qué amarás - Me guiña un ojo.

- ¿Tan temprano?, a esa hora sigo en mi quinto sueño - Hago una mueca, pero él sin pensarlo mete su manos en mi pantalón sacando mi teléfono.

- Te anotaré mi número y yo agregaré el tuyo. No hay problema, yo seré tú despertador el día de mañana - Una gran sonrisa aparece en sus labios, dios, este hombre es todo un madrugador, ahora creó qué no seríamos una buena pareja.

- Allan, debo irme. Ya es un poco tarde, y si quiero levantarme mañana tendré que dormirme en cuanto llegue al departamento

- Vamos, te acompaño. Tengo que pasar a comprar unas cosas

- ¿Cartón de leche?

Ambos reímos ante lo qué he dicho, ese momento será inolvidable para ambos ya qué por eso fue la manera en la qué nos conocimos.

- Trata de abrigarte bien mañana, no querrás enfermarte - Sonríe mientras cierra la puerta de su departamento.

- Es demasiado acogedor, ¿no te sientes solo?, digo... es un departamento tan grande como para que sólo tú vivas en el

- Para nada, es mucho mejor. - Alza sus hombros un poco mientras camina a mi lado hacia las escaleras.

- Espero volver a venir, me enamoré de tú balcón

- Cuando quieras - Salimos del edificio y el aire que pegaba era aún más frío de lo que se sentía arriba en el balcón.

- ¡Qué frío! - Pego un grito mientras me aferró más al suéter que aún traía de Allan.

- Menos mal qué no vives tan lejos, sé que la pasaremos muy bien. Tienes un carisma impactante, pocas personas llegan a caerme bien y tú has sido una de las afortunadas - Me mira y después empieza a caminar apresuradamente.

- Demasiado afortunada diría yo - Río. - Y gracias, yo también pienso que la pasaremos de lo mejor mañana

No quería regresar al departamento, es cómo si sólo me quisiera quedar con él. Sí todas las personas tuviéramos la oportunidad de tener un Allan a nuestro lado, créanme, todos serían felices.

- Es aquí, gracias. - Le sonrío.

- No te olvides de mañana, sube el volumen de tú teléfono. - Se voltea para empezar a caminar, pero yo agarró su mano para que vuelva a voltearse hacia mi.

- Despídete por lo menos. - Beso su mejilla, y rápidamente corro hacia la entrada del edificio. No quería ver su reacción, no estaba lista para verla.

Sabía qué él me llamaría, pero aún así pondré una alarma para arreglarme, al final había pasado demasiado tiempo desde que había salido con un chico en una cita.

11:11, qué mañana salga bien todo con Allan. Lo siento, le tengo que rogar hasta el último dios para qué no haga alguna estupidez que pueda llegar a arruinar todo esto.

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𝐸𝑙 𝑟𝑜𝑐𝑒 𝑑𝑒 𝑛𝑢𝑒𝑠𝑡𝑟𝑜𝑠 𝑙𝑎𝑏𝑖𝑜𝑠 | 𝑁𝑎𝑡𝑎𝑙𝑎𝑛 𝑦 𝑡𝑢 |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora