𝐸𝑙 𝑟𝑜𝑐𝑒 𝑑𝑒 𝑛𝑢𝑒𝑠𝑡𝑟𝑜𝑠 𝑙𝑎𝑏𝑖𝑜𝑠 | 𝑁𝑎𝑡𝑎𝑙𝑎𝑛 𝑦 𝑡𝑢 |

𝐗𝐈𝐗

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Natalan.

Mirándola detenidamente sabía qué un gran futuro nos esperaba por delante, sólo esperó qué esto vaya de maravilla como ahora lo es, creó qué conocerla a ella es una de las primeras cosas de las qué no me arrepiento.

- Allan, yo también te quiero - Musita ella sonriendo.

- Anda, vayamos a la cama. El desayuno puede esperar - Jaló su mano en la qué no tenía la quemada.

Ambos sonriendo caminamos hasta su habitación, el clima era frío, no paraba de llover y yo simplemente quería estar abrazado con ella, no hay mejor plan qué este.

- Allan, cariño. En verdad quiero qué siempre te quedes en mi vida, soy tan feliz a tú lado

- Jamás me iré pequeña. - Beso su frente mientras ahora ambos miramos hacia el techo.

- Pero mientras tanto, quiero terminar la Universidad y después podemos crear mil planes - Aprieta mi mano.

- Yo puedo esperar todo los necesario nena, apenas estamos empezando con esto. Podría esperar toda una vida por ti

- Eres tan lindo, sin duda nada qué ver al Allan qué conocí al principio - Acaricia mi cabello.

- Este amor podrá llegar muy lejos si nos lo proponemos - Sonrió ampliamente.

- Tengo miedo a qué me dejes como lo hiciste con... - Coloco mi dedo índice sobre sus labios.

- No digas nada por favor, olvídate de todo por un momento - La miró haciendo una pequeña mueca.

- Tienes razón, ahora sólo somos nosotros dos, sólo disfrutemos del amor qué nos tenemos

Nos besamos lentamente, y a los pocos segundos nos separamos, miró sus ojos y cierro mis ojos por un momento. Jamás me imaginé llegar a tener una chica cómo _______, me he ganado todo con ella y por nada puedo arruinar esto.

Sin ella el mundo se me viene abajo, ahora me doy cuenta de qué sin ____ no podría estar en paz, es todo lo qué quiero y necesito.

- Allan, amor... - La interrumpo.

- Aguarda cariño, no hables - Sonrío.

En verdad hay miles de cosas qué quisiera decirle ahora mismo.

- _______, eres y serás lo qué siempre quise. Te agradezco por seguir aquí - Acarició sus mejillas.

Me abraza fuertemente como si sólo existieramos ella y yo en el momento, por unos minutos me he olvidado completamente de todo y cómo no sí ya tengo todo lo qué estuve buscando por mucho tiempo. A pesar de los inconvenientes qué tuvimos, las discusiones e incluso peleas, ahora sólo miren lo felices qué estamos. No puedo creerlo, aún pienso qué es un sueño.

Ahora me doy cuenta qué sin pensarlo, por un simple cartón de leche surgió está historia de amor qué apenas está empezando.

Y al final obtuve todo lo qué siempre deseé desde qué la ví por primera vez, al final pude obtener El roce de nuestros labios.

¿Continuara?

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