☠Capítulo 15☠

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No todas las verdades se dicen.

—¡Eloísa! —exclama Brenda trotando hacia mi con unas bolsas en las manos—. Te estuve buscando por todas partes, no me dejaron verte en la comisaría y cuando te liberaron yo me había ido.

Me abraza con euforia pero yo no le devuelvo el abrazo si no que trato de alejarme.

—¿Por qué están en el departamento de mi hermano? —cuestiono cruzada de brazos.

Lentamente la sonrisa que había en el rostro de Brenda se va desvaneciendo y Arturo rasca su nuca con nerviosismo.

—¿Qué tal si vemos una película? —ofrece el chico caminando a la sala de estar.

Brenda asiente aún con las bolsas en la mano camina detrás de Arturo, suspiro, conociendo a la que en su momento fue mi mejor amiga no me dirá la verdad hasta que se sienta lista.

Hay un sofá individual y uno normal así que tomo asiento en el individual ya que ese me permite ver a mis acompañantes sin que ellos se den cuenta.

Brenda navega por Netflix buscando una película que la entretenga mientras que Arturo come del contenido de las bolsas que no es más que pizza, dulces y refrescos.

—Parece como que iban a tener una pillamada —comento sonriendo falsamente— Brenda se supone que eres mi mejor amiga y no me invitas.

—No era una pillamada —aclara colocando al fin una película.

Esto lejos de ser agradable es incómodo, yo tengo un frío que me está matando aunque la ropa está húmeda aún no puedo dejar de sentir que me estoy congelando, las personas presentes se mantienen con la mirada en el televisor y parecen muy entretenidos, la película transcurre y cuando reacciono me doy cuenta de que yo también la estoy viendo; trata de una chica y un chico que se conocen en un hospital y al final no pueden estar juntos porque son como veneno el uno para el otro.

—Escucha Eloísa —habla Brenda— No estamos haciendo nada malo, respeto a tu hermano y Arturo y yo solo somos amigos.

—No te estoy juzgando Brenda.

Bufa molesta antes de responder: —Te conozco lo suficiente como para saber que estás actuando a la detective —se cruza de brazos—. Estás toda mojada, te puedes resfriar y solo te importa que hacemos en este departamento.

Ruedo los ojos sin dejar de mirarla, Arturo por el contrario mantiene su mirada fija en el televisor aún estando apagado.

—¡Perdóname por querer saber que hacen dos desconocidos en el departamento de MI hermano! —exclamo remarcando el «MI» con fuerza.

—¿Desconocidos? —responde indignada— ¿Eso soy para tí Eloísa, una desconocida?

Arturo se remueve incómodo en su lugar mientras yo cruzo las piernas para hacerle frente a Brenda.

—¿Y acaso yo no fui eso para ti cuando preferiste a mi hermano en vez de a tu mejor amiga?

Sus ojos negros se llenan de lágrimas, lleva la mano a su boca acallando un sollozo, Arturo voltea a verla y niega con la cabeza envolviendo su cuerpo en un abrazo.

—Patética —susurro llendo a la cocina— Ahora no tengo ni tiempo ni ganas de escuchar la razón de el estar en un lugar que no les pertenece pero mañana escucharé ansiosa sus explicaciones.

Los Monstruos También Aman. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora