Cruel como un monstruo pero hermosa como una flor.
La brisa fría acaricia mi piel mientras cierro los ojos disfrutando de la sensación de tranquila y quietud, apoyo mi cuerpo del barandal del balcón que hay en la habitación que comparto con Angie y sonrío ante tanto silencio.
Es alrededor de la media noche y aunque no todos están dormidos el silencio prevalece, está parte de la casa da directamente con la habitación de Maya y antigua habitación de Aitana, todo allá está a oscuras deduzco que están dormidos; descuidé a mi madre y es algo que en cierto modo me atormenta, no todo el tiempo fuí cercana a ella pero aún así al menos debo ir a visitarla pero es que siento que al verla a los ojos descubrirá lo podrida que estoy y los secretos que cargo en mi espalda.
Abrazo mi cuerpo cuando una ráfaga de viento azota con fuerza trae consigo el olor a nicotina avisando de la presencia de alguien más.
Su figura se ciñe por encima de la mía y no es necesario voltear a ver ya que ese inconfundible olor a perfume caro solo pertenece a Andreus.
—¿Hablando con tus demonios? —cuestiona cerca de mi oído.
—Serían más bien monstruos, los demonios son crueles y despiadados mientras que los mounstros suelen ser hasta encantadores —susurro con la mirada puesta en la ventana de mi hermana—, pero tienen algo en común, ambos son enfermos y buscan el modo de saciar su sed de sangre cueste lo que cueste.
No dice nada ante mi respuesta al contrario da un paso al frente y se recuesta del barandal quedando frente a mi de manera que podamos vernos cara a cara.
—Haces muchas preguntas —dice pensativo—, en la cena parecias inquieta así que antes de que te vayas a dormir responderé una sola pregunta y trata de valorar está oportunidad.
Giro mi rostro en su dirección y busco cualquier rastro de burla en su expresión, al no encontrar ningún indicio me acomodo mejor en mi lugar para luego sonreír con un toque de malicia.
—Hagamos algo mejor, ambos nos vamos a responder preguntas —me acerco a el—. Y si uno no quiere responder tendrá que quitarse la ropa e ir a la playa bajo la lluvia sin nada que le cubra la desnudez.
Entrecierra los ojos e imita mi acción y se acerca a mi, de pronto sucede algo que me toma por sorpresa, es como si el tiempo se detuviera cuando sostiene mi mano y sus ojos verdes se encuentran con los míos.
—Hecho, y que todo sea verdad, nada de mentiras —pide sosteniendo una hembra suelta de mi cabello.
—Hecho. —me alejo de el— ¿Cuál es tu mayor secreto?
Desvía la mirada y saca algo de su bolsillo a lo que no le presto atención, necesito sacarle toda la verdad posible aunque para eso deba de ser por primera vez en mucho tiempo sincera con alguien.
—Es una estupida pregunta aunque no esperaba más —recita dándole una calada a su cigarrillo—. Buenas noches.
Se da la vuelta dispuesto a marcharse por lo que ruedo los ojos con fastidio antes de retenerlo agarrándole de la muñeca.
—¿Por qué te acercaste a mi? ¿Qué significo para tí? ¿Cómo supieron que soy una asesina? ¿Para quien trabajan? —lo bombardeo con preguntas y solo me detengo cuando vuelve a mirarme.
Sus ojos verdes parecen gritar lo que su boca no se atreve a pronunciar, es la primera vez que lo veo tan expresivo y creo que hasta vulnerable.
—Voy a ser sincero, desde que soy amigo de tu difundo hermano te había observado y note que eras diferente, que ocultas secretos por lo que decidí acercarme —sacude su mano para que lo suelte y toma asiento en el piso del balcon—. Fiera ni yo mismo sé lo que significas para mi, a veces siento que te odio en otras quiero protegerte pero también muy en el fondo quiero matarte y decorar mi habitación con tu sangre.
ESTÁS LEYENDO
Los Monstruos También Aman. ©
Misterio / SuspensoLos errores del pasado de algún modo siempre terminan afectando nuestro futuro y Eloisa Spencer es testigo de ello ya que luego de una trágica noche que marcó su vida tiene que enfrentarse a un admirador secreto y tres chicos cuyo objetivo es desper...