Dicen que si los miras por mucho tiempo notarás el magnetismo en su mirada.
Nuevamente me encuentro confundida, el olor a distintos aromáticos llegan a mis fosas nasales, un leve mareo me aturde por un momento pero aún así Cassie no se detiene y continua dándome a probar diversos perfumes que tiene.
—El olor de una mujer habla muy bien de ella y tú hueles a ropa guardada —regaña—, Toma todos estos, llevatelos y espero que los uses con sabiduría —me entrega alrededor de diez perfumes de distintas formas y colores.
—Pero son tuyos... —objeto tratando de ponerme de pie pero vuelve a empujarme a la silla.
—Eloísa en este hotel hay hasta spa, ¿Crees que unos simples perfumes me harán falta? —niega con la cabeza y sostiene mi cabello—. Ahora mismo estás muy tensa y necesitamos relajarnos, vamos.
Me sostiene del brazo y empuja mi cuerpo lejos de su habitación, nos dirigimos por un pasillo alto hasta dar con el ascensor el cual nos sube hasta la última planta, nos encontramos con algunos personas las cuales se encargan de la decoración, el trayecto es en completo silencio exepto por el suave golpe que da Cassie con su zapato.
Si creía que este hotel no me podía sorprender aún más pero estaba equivocada, este espacio si que derrocha lujo, ¿En qué estaban pensado esas personas cuando construyeron este hotel? Las paredes son todas de cristal, hay todo tipo de cosas para el cuidado personal, una piscina de barro, máquinas de relajación, música relajante y un sin número de cosas más que no me detendré a detallar.
Cassie se adelanta y camina hasta la piscina de barro.
—Empezaremos con el barro, necesitas hidratar tu cuerpo y no hay nada mejor que eso —indica despojándose de su ropa hasta quedar en ropa interior.
Luce una provocadora lencería de color negra la cual hace contraste con su piel bronceada.
Me quedo en el mismo lugar, mientras que ella con cuidado entra a la piscina no sin antes cubrir su cabello rubio para que no se ensucie.
—¿Qué esperas? —voltea a verme enarcando una ceja.
Suspiro y procedo a desabotonar la camisa negra que traigo puesta, lo hago con mucha lentitud, nunca me había desnudado de día y menos frente a una chica, a diferencia de ella que prácticamente es perfecta yo llevo un boxer de mi hermano y el mismo brassier de ayer, al terminar envuelvo mis brazos alrededor de mi cuerpo tratando de así tapar las cicatrices que permanecen en mi abdomen plano, no son tantas pero son suficientes para hacerme día con día revivir el pasado.
Entro primero un pie a la piscina de barro el cual se hunde de inmediato, me armo de valor y entro por completo sosteniendo mi cabello con una peineta que me proporciona Cassie.
Trato de relajarme, la temperatura del barro es agradable y no es tan profundo por lo que puedo recostarme sin ningún problema.
—El propósito de esto es que te relajes y no pienses en nada malo —indica.
—Esta bien, hablemos de algo; es un buen modo para distraerme —manifiesto cerrando los ojos.
Se queda en silencio, parece que no quiere hablar así que intento mantener la calma.
—¿Qué significan? —cuestiona.
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Los Monstruos También Aman. ©
Tajemnica / ThrillerLos errores del pasado de algún modo siempre terminan afectando nuestro futuro y Eloisa Spencer es testigo de ello ya que luego de una trágica noche que marcó su vida tiene que enfrentarse a un admirador secreto y tres chicos cuyo objetivo es desper...