☠ Capítulo 30☠

4.1K 562 136
                                    

El amor es una ironía.

Despertar y darte cuenta de que todo lo que pensaste que era un sueño resultó ser una cruda realidad es terrible y peor si el panorama no te garantiza algo bueno. Llevo una mano a mis ojos cuando los fuertes reflectores de la jeepeta que parece no tener freno aparca frente a la entrada de Andreus, las luces nublan mi vista por mínimos segundos en los que busco refugio en el chico que me abraza a su cuerpo quien no ha querido dejarme ir.

—¡¿Dónde mierda esta mi hermana?! —grita una imponente Aitana saliendo del vehículo como un rayo— ¡Si la dejaron morir juro que todos me las van a pagar!

Detrás de ella vienen cuatro hombres armados y una chica rubia que lleva una laptop en mano, de un momento a otro estamos rodeados de desconocidos y no hago más que mirar a Andreus.

—Tranquila —susurra como si leyera mis pensamientos.

Puedo decir que luego de los pequeños minutos que dure inconsciente sirvieron para calmar un poco mi conmoción pero aún la ira y la sed de venganza prevalecen en mi interior.

—Asima fue por ella —informa Angie.

En ese mismo instante el susodicho sale prácticamente corriendo de mi antigua casa.

—Aún tiene pulso —declara con el cuerpo de Maya en brazos, la piel de mi hermana es tan pálida que llego a dudar de lo que dijo pero susurra: —Es casi imperceptible debemos darnos prisa.

Los ojos de Aitana encuentran los míos y es como si por un momento no supiera que hacer o decir es como si el estado de Maya la hubiera desequilibrado pero tan rápido como me mira desvía la mirada y endurece su expresión.

—¡Hay que darnos prisa! —vuelve a decir Asima pero está vez con desesperación.

—Traela conmigo, yo la mantendré a salvo —ordena Aitana acercándose.

—Ella no se moverá de este lugar sin mi —declara Asima.

—¿Estás cuestionando mi orden? —cuestiona mi hermana.

Vuelvo a mirar a Andreus pero él sigue absorto en la pequeña escena de la cual somos espectadores al igual que Athan, Angie y la intrusa que llegó hace unas horas.

—No es que me importen mucho tus órdenes —refuta Asima acercándose con mi hermana en brazos.

—¡Por favor, chicos no es tiempo de discutir! —exclama la pelirroja intrusa interrumpido la conversación.

Asima entra a la jeepeta junto con el cuerpo inconsciente de mi hermana, Aitana me dedica una última mirada antes de imitar la acción de Asima y poco a poco desaparecen sin dejar rastro.

—¿Qué acaba de pasar? —pregunta Adrián saliendo de la casa con un sándwich en la mano.

—Buena pregunta —dice Angie mirando el lugar por dónde se fueron.

—¿Estás mejor? —cuestiona Andreus en susurro para que solamente yo escuche.

—Si, gracias —intento ponerme de pie pero no afloja el agarre que tiene alrededor de mi cintura.

—¿Estabas hablando en serio hace unos minutos? —pregunta con interés sin apartar la mirada de mi.

—¿Sobre qué?

—Matar a Ronaldo.

Su respuesta me deja pensativa por lo que aparto la mirada, Ronaldo debe pagar pero la muerte nunca es suficiente.

Los Monstruos También Aman. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora