☠Capítulo 21☠

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Si la vida es tan simple, ¿Por qué sufrimos tanto viviendo?

Nunca he sentido celos, al menos no siendo conciente; o talvez si y no me he dado cuenta, pero en este momento estoy experimentando un mal sabor de boca mientras un tic tac resona en mis oído y solo reparo en la rubia que dice mi nombre.

—Quisiera quedarme a charlar pero tengo que hablar con alguien —murmura pasando por mi lado.

Me le adelanto colocando mi cuerpo en medio de la puerta cerrada y ella, vuelve su mirada a mi confundida sin entender nada.

—¿Eres la hermana de Athan? —pregunto lo obvio.

—Si —responde segura—, tengo que hablar con él.

Intenta empujarme pero pongo resistencia, la presencia de Adrián saliendo del auto llama mi atención, luce casual y desalineado, tiene el cabello trenzado hacia atrás y camina hasta nosotras con toda la calma posible; vuelvo a enfocar mi atención en Angie quien a intenta entrar a la casa.

—¿Por qué te acostaste con Andreus? —cuestiono pretendiendo que no parezca reclamo pero fallo vilmente.

Su rostro se contrae por la sorpresa, entre cierro los ojos mirándola de manera acusatoria, quiero pensar que no estoy enojada pero no estaría engañando a nadie mas que a mí misma.

—Perdón, pero eso no te importa —dice cruzándose de brazos—, Es un asunto privado.

—No es privado si te metes con mi novio. —las palabras escapan de mi sin siquiera procesarlas.

—¡¿Qué?!

—¿Qué? —repito. Muerdo mi mejilla interna ante la llegada de Adrián temiendo que haya escuchado mi declaración.

Evito cualquier contacto visual con él y regreso a la casa, Andreus enciende otro cigarrillo mientras se encuentra alejado de Athan, el susodicho está tal cual lo deje en el sofá; me acerco de prisa a él tomándolo por sorpresa.

—¿Ojitos? —casi no puede abrir los ojos por la hinchazón de su cara.

El malparido de Andreus casi me lo mata.

—Mira tú. —llamo a Andreus pero me ignora— Señor no sé cumplir ninguna promesa lo estoy llamando.

Voltea a verme prácticamente enviando dardos con su mirada, río internamente por su reacción antes de acercarme solo un poco, la puerta vuelve a abrirse y Adrián junto a Angie entran con cara de querer matar a alguien, la segunda jadea al ver el estado de su hermano.

—¿Dónde está la cocina? —le pregunto a Andreus.

El muy maldito me vuelve a ignorar mantenimiento su mirada en la hermana de Athan, resoplo en mi lugar buscando su atención pero sigue ignorándome; en pocos minutos me harto de ser un costal de papas la cual es ignorada y me aventuro dentro de la casa de Andreus, es un poco acogedora y hogareña aunque desde afuera da otra perspectiva de lo que en realidad es por dentro.

No me toma mucho tiempo encontrar la cocina ya que está muy cerca de la sala de estar, busco hielo para posarlo en las heridas de Athan sin obtener resultado ya que la nevera no tiene más que comida congelada y productos caducados.

Los Monstruos También Aman. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora