Acaricio su labio inferior antes de juntar mi boca con la suya, acción que causó una explosión de sensaciones en mi cuerpo. Nunca imaginé que besar al amor de tu vida se sentiría tan increíble.Mis manos bajan por su cuerpo hasta que se entretienen con el borde de la camiseta que llevaba cubriendo su desnudez.
—¿Acaso no te gusta como me queda?— susurró sobre mis labios.
—Me gustaría más verla en el suelo de la habitación.— respondí rozando mis labios con los suyos.
Sus mejillas no tardaron en teñirse de color rojo pálido, una sonrisa se dibujó en mis labios al recordar que ella había sido criada por humanos y por lo tanto no teníamos la misma forma de pensar con respecto a un tema tan natural.
—Vamos a tener que trabajar con tu vergüenza.— opiné ladeando la cabeza.
—Creo que no es lo único en lo que debemos de trabajar.— murmuró mordiéndose los labios—. Me ayudarás con eso de ser loba, ¿no?
Chasqueé mi lengua ante su pregunta y asentí con la cabeza a modo de respuesta.
Lo mínimo que podría hacer era ayudarla, aunque las formas que utilizáramos no fueran mis favoritas.
—¿Cuando empezamos?
—Cuanto antes, estamos en temporada de caza y es importante que te controles...— dije por lo bajo—. No soportaría perderte.
—¿Qué pasa si me transformo sin querer?
—Esa pregunta me da opción a muchas respuestas... Pero lo más importante es que puedes hacer daño a alguien o peor todavía, alguien te puede hacer daño a ti.
—Eso es una mierda...— susurró desviando su mirada hasta el despertador que había en la mesita de noche—. Maldición, me he pasado aquí toda la tarde.
—¿Algún problema con eso?— alcé una ceja.
—Que sigo viviendo con mis padres y son ellos los que me ponen la hora de llegada.— murmuró fastidiada—. Debo de irme.
Su mirada bajó por su cuerpo, dándose cuenta de que lo único que la cubría era una simple camiseta mía, volvió su mirada a mi llena de vergüenza.
Entendí a la perfección que no iba a salir así ni aunque le pagasen por ello.
—Yashua, ven de una maldita vez.— dije en voz alta, sabía que se encontraba en casa y que se escucharía sin necesidad de que alzara la voz.
—¿Qué?— preguntó ella totalmente desconcertada—. ¿Qué dices?
—No estoy loco, sé lo que digo.— murmuro mirando en dirección a la puerta, es cuestión de segundos para que Yashua toque esta y acto seguido entre con una bolsa en las manos—. Gracias, hermano.
—No hay de que.— respondió con una sonrisa divertida en los labios para después abandonar la habitación cerrando la puerta detrás de su cuerpo.
—Todavía tienes mucho que aprender con respecto a los lobos, pero tienes toda la vida para eso.— le guiñé un ojo antes de darme la vuelta para dejar que se vistiera.
Cerré los ojos para centrarme en el sentido de la audición, escuché detalladamente como se ponía cada prenda en el cuerpo, estaba casi seguro de que sabría como le quedaba la ropa incluso sin tener que mirarla.
Ventajas de ser lobo.
—Ya estoy lista.
Ya lo sé.
—No tengo ganas de dejarte ir... — confesé abriendo los ojos—. ¿Por qué no te vienes a vivir conmigo?
Ella abrió sus ojos sorprendida y me miró como si estuviera completamente loco.
Ah, es verdad, criada por humanos.
—Creo que eso sería tomar una decisión precipitada...
No, no... Que precipitada ni que nada, ¿acaso no te das cuenta que eres mi mate? Necesito pasar el resto de mis días a tu lado...
—En humanos si, pero no en nosotros los lobos.— murmuré soltando un suspiro—. Ya lo entenderás más adelante.
—No quiero entenderlo más adelante, quiero entenderlo ahora.
—Leyre, no quiero hacer o decir algo que pueda alejarte de mi...— confieso llevándome las manos al cabello, no quería desesperarme bajo ningún concepto pero todo esto me resultaba complicado.
Toda mi vida pensé que encontrar a mi mate sería algo completamente normal, yo iría a ella y ella vendría a mi, sabría como funcionaban las cosas y todo sería fácil.
Leyre no había sido criada en una manada, no tenía ni la menor idea de lobos ni de nada relacionado a ellos. ¿Cómo le explicaría todo sin que se lo tomara mal o en broma?
—No voy a alejarme de ti.— confesó tragando saliva—. Es muy pronto para comenzar a amarte pero no soy quien de mandar en mi propio cuerpo, tal vez esto de ser medio animal me está causando la sensación y...
—Eso es.— dije asintiendo con la cabeza—. Tu loba es la compañera de vida de mi lobo.
—Eso quiere decir...
—Que te eres mi mate.— confirmé—. Mi alma gemela, la mujer con la que quiero pasar el resto de mi vida.
Escuchar como sus pulsaciones se aceleraban incitó a que las mías hicieran lo mismo.
No se lo había tomado a mal, eso me dejaba cierta tranquilidad en el cuerpo.
Muchas no veían bien el simple hecho de estar atada a alguien por el resto de tu vida, era cuestión de perspectiva, nosotros lo teníamos como algo normal. Hemos vivido siempre de una forma diferente, a pesar de que nos unen algunas cosas a los humanos.
Mañana tocaría explicarle cómo serían los días de Celo, hablarle acerca de la marca... Temas con los que se sentirá incómoda sin tener razones para estarlo.

ESTÁS LEYENDO
White Wolf
Hombres LoboLeyre es una joven loba que vive entre los humanos desde que nació, mantiene su naturaleza en secreto por temor a no ser aceptada. Richard , alfa de la manada White Wolf, no tarda en darse cuenta del problema de la omega y no duda en brindarle su a...