Era el verano antes de comenzar la escuela, y Aurora estaba preparándose para entrar a su último año en Hogwarts.
Los planes de tranquilidad y soledad cambian cuando su padre decide que el joven Malfoy se quedará mayor parte del verano en la Man...
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El día 1 de Septiembre había llegado, y Aurora se encontraba en la Plataforma 9 ¾ lista para subir al tren.
Como cada año, la estación estaba llena. Los padres despidiéndose de sus hijos, amigos reencontrándose y riendo, y por supuesto, los pequeños de primer año.
Ella sonrió al recordar la primera vez que estuvo ahí, emocionada, mientras Susan y su padre lloraban, y Thomas — quién iba tres año arriba — la llevaba de la mano hacia uno de los vagones.
—¡Hey, Rora!
Una voz femenina se escuchó a su espaldas. Aurora sonrió al ver a sus mejores amigos a la distancia, agarrados de la mano.
Se giró hacia Susan, la cuál la había ido a dejar hasta la plataforma, y la abrazó fuertemente.
La mujer le devolvió el abrazo de inmediato, dándole un pequeño beso en la mejilla.
—Ya, anda, antes de que comience a llorar —dijo la pelirroja, con los ojos aguados—. Te amo, pequeña, no dudes en mandar una lechuza si necesitas ayuda o simplemente desahogarte.
—Te amo más, Susy, por favor cuida de mi padre —dijo Aurora, a la vez que le apretaba el brazo cariñosamente antes de ir hacia sus amigos.
—¡Y disfruta tu último año! —escuchó a sus espaldas, cuando ya iba a mitad de camino.
La castaña fue a paso rápido hacia uno de los pilares al fondo de la plataforma, con cuidado de no empujar a nadie en su trayecto.
Cuando se acercó más, pudo ver cómo la madre de Sonja estaba parada al lado de ella y Nicholas, sonriéndole a lo lejos. Era señora de cabello rosa — similar al de Sonja — pero un poco más largo y unos ojos azules que adornaban su rostro.
—Mira nada más, mi bella Aurora —saludó la señora cuando finalmente llegó a su lado, y la atrajo en un fuerte abrazo, el cuál ella correspondió de inmediato.
—Hola Georgia, hace mucho que no te veía —murmuró contra su hombro, mientras inhalaba el caro perfume que traía puesto.
—Um, ¿hola? —la voz de Sonja sonó a su lado, en un intento de llamar su atención.— ¡Sí, soy yo, tu mejor amiga! ¿Podrías darme atención?
Aurora se separó del abrazo de la señora Rosier, y giró a ver a su mejor amiga.
Cruzó sus brazos frente a su pecho, y le dedicó una mirada de confusión.
