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Fin de semana, apenas llevaban dos semanas de rodaje y Penélope necesitaba distraerse en algo. Llamó a Cheryl para preguntarle que tan mal había dejado la casa de las brujas, pues era una casa demasido tétrica por así decirlo.

Terminaron de grabar lo que tenían que hacer ese sábado y todos ya se iban, cuando los detuvo.

— Fred, Hiram, Hermoine, FP, Alice, Tom — vió a Lucy que iba saliendo — tú también quédate

— ¿Qué pasa? — preguntó la joven mientras se acercaba al grupo

— ¿Quiero saber si tienen planes para hoy en la noche?

— Tenemos una bebé en casa por si no recuerdas — habló Alice

— Fred y Hermoine nunca hacen nada — sonrió — Tom ¿Tu esposa está ocupada hoy?

— De hecho hoy descanso ¿Porque la pregunta?

— Les enviaré a sus teléfonos la dirección de mi casa y los espero ahí a las 8 en punto

— ¿Para qué? — preguntaron todos al mismo tiempo

— Queridos amigos, ahora que todos entramos a grabar, hay bebés, parejas nuevas. Daré una fiesta para quitarnos del estrés que hemos tenido últimamente. Revivamos nuestra juventud, una última oportunidad para recordar nuestros mejores años

— ¿No estamos viejos para eso? — preguntó FP — A excepción de algunos, claro — miró a Lucy

— Por esa razón el evento será una fiesta de llaves — todos estaban confundidos — Oyeron bien, tendremos una ronda clásica y bastante adulta de intercambios sexuales. Emparejaremos al azar nuestras llaves y sí, así lo desean los ánimo encarecidamente a darle vuelo a todos y cada uno, de sus impulsos sexuales — sacó su teléfono de su bolsa — Les estoy enviando los detalles, pero lleven sus llaves — los celulares de todos empezaron a sonar — No pueden faltar

— Penélope, dijiste ronda adulta de intercambios sexuales y Lucy tiene 24 años, nosotros tenemos 40 y algunos hasta más — habló Hermoine

— Ya pasa de los 18 — se encogió de hombros — Recuerden, a las 8 en punto

La pelirroja se fue del lugar con una sonrisa en el rostro, dejando a los demás aún asimilando lo que les había propuesto.

Hermoine y Fred estaban en el auto del director estacionados frente al edificio en el que vivía la latina. No habían tocado el tema de la fiesta de Penélope.

— ¿Si ya nos bajamos? — preguntó la pelinegra

— Claro — cuando iba a abrir la puerta para salir el auto ella lo detuvo

— ¿Vamos a ir?

— La verdad no sé — se volvió a acomodar en el asiento — Nunca he hecho eso

— ¿Con cuántas mujeres has estado Fred? Quiero nombres

— Tú, Mary... Y Alice

— Okey, Alice. Este... No sé si quiero ir o no, estoy indecisa

— Si quieres ir vamos, pero recuerda que puede pasar de todo y todo es con el permiso del otro — la pelinegra se mordió el labio

— Lo tomaré como un vamos Hermoine

— Está bien. En ese caso iremos

— Si me toca con Hiram o con FP ¿Te enojarías?

— Si me toca con Alice ¿Te enojarías?

— Supongo que no

En la residencia de los Keller, Tom irrumpió en la biblioteca para encontrarse con su esposa leyendo. Pasó los ojos por todos los libros de derecho penal que había ahí, pensando en como decirle a su esposa de la fiesta de Penélope.

Detrás de cámarasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora