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Alice se levantó más temprano de lo normal, ya que tenía muchos planes para ese día. Desde la vez que salió con Hermoine y Penélope de fiesta, no se había permitido salir a divertirse o siquiera ir a comer.

Bajó a la sala un rato y la puerta de la entrada fue abierta, dejando entrar a Lucrecia con una maleta y en pijama.

— Cariño ¿Qué haces aquí? ¿Y vestida así?

— ¿Qué tiene de malo mi pijama?

— Nada pero ¿Esa maleta?

— Por fin terminé de grabar Élite anoche y la verdad, no tengo ganas de quedarme en mi casa y limpiar, lavar trastes, hacer de comer — se dejó caer en el sofá

— ¿No sé supone que faltaban dos semanas?

— Penélope nos engañó

— ¿Y tú maleta?

— Quería un lugar donde me consintieran

— ¿Nada más viniste para eso?

— Claro que no

— ¿Qué quieres para desayunar?

— Panqueques con chocolate — sonrió

— Iré a prepararlos. Juguead, Betty, FP y Dylan no deben tardar en despertarse y tú aprovecha para dormir un rato. Sube a tu habitación — se paró y le dió un beso en la frente

— Te amo, eres la mejor mamá ,

— Yo también te amo

La rubia se fue a la cocina y empezó a hacer los panqueques favoritos de su hija mayor. La noche anterior con Hiram Lodge había sido intensa, pero le había gustado. Hubiera preferido mil veces a su novio con Hermoine, Sierra, Mary o Penélope que con esa niña.

Una hora después todos los integrantes de esa rara y disfuncional familia estaban ya en la mesa. Betty jugaba con su hermana pequeña, mientras que Lucrecia le prestaba toda la atención a algo que Juguead le enseñaba y Dylan leía un libro.

— Quita tus manos Forsythe

La voz de Alice se hizo presente en el comedor y el hombre Jones quitó sus manos, dándole acceso a la ojiazul de colocar su desayuno.

— ¿Hay menú hoy? — la tomó de la cintura

— Si. Para Lucrecia son panqueques, Juguead, Dylan y tú, tocino con huevos y para Betty su licuado verde y su fruta — sonrió y se fue para regresar con la demás comida

— Gracias por encargarte de Mädchen Betty — se sentó al lado de FP

— No es nada mamá — la dejó en su carrito

Todos empezaron a comer. Los adultos hablaban y los adolescentes se concentraron en sus alimentos.

— Por cierto ¿A qué hora llegaste? — preguntó Juguead a su hermana

— ¿De qué hablas? — la castaña lo miró

— Que he estado hablando contigo y no me dí cuenta a qué hora llegaste, solo apareciste

— Llegué temprano y con maleta — se encogió de hombros

— Niños, FP — habló dulcemente la mujer rubia — Les hice su desayuno favorito a cada quien por una sencilla razón. Tiene tiempo que no salgo y creo que a la niña le caería muy bien, algo de sol y a nosotros convivir con Dylan

— ¿Conmigo?

— Sí contigo. Cómo Lu ya terminó de grabar su serie, creo que deberíamos de salir a comer y andar un paseo

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