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Aunque Alice no estaba de acuerdo con la decisión de su hija, no le quedó de otra más que aceptarla, claro, delante de ella. Bajó a buscar a FP y lo encontró en el despacho.

— ¿Podemos hablar? — se asomó por la puerta

— Si — le sonrió

— Yo no quiero que Lucrecia se vaya a vivir sola — se sentó en el escritorio, quedando de frente con FP

— A mi tampoco me gusta la idea, pero ya la escuchaste. Lo hará nos guste o no — puso su mano sobre la rodilla de Alice para demostrarle apoyo

— No vivió conmigo por 8 años, y de la noche a la mañana nos dice que se va — dijo con cierta indignación en la voz y puso los ojos en blanco

— Tenemos que aceptarlo, no nos queda de otra — lo miró como solo ella sabe hacer para sembrar miedo — Aunque... Si es raro que se quiera ir. Estaba feliz viviendo con sus hermanos y la llegada de la niña la tenía super emocionada

— No sé, pero siento que puede ser porque le dije que me engañaste — miró al suelo

— ¿Qué hiciste? — esperaba que estuviera jugando

— Le dije que me engañaste — él se llevó las manos a la cara y soltó un gran suspiro — Obviamente no le conté los detalles, ni todo lo que pasó después

— ¿Porqué lo hiciste?

— Estaba enojada y no sé — se encogió de hombros — Pero ese no era el tema, el tema es que Lucrecia se quiere ir de la casa

— No — elevó la voz — Lucrecia se va a ir y no hay nada que tú y yo podamos hacer para que se quede. Habíamos quedado en una cosa tú y yo hace años... No le diríamos a Lucrecia porque nos separamos en realidad, para que no me odiara y tú aceptaste

— Ni modo, ya lo sabe y no te odia, porque si lo hiciera no te hablaría

— No le ha hablado a nadie desde el desayuno

— Lo siento — dijo la rubia

— Tranquila, no pasa nada — respiró profundo — Tarde o temprano tenía que enterarse

— Está bien — él tomó su cara entre sus manos y le dió un beso — Te amo Alice

— Yo también. Tratemos de estar bien — lo besó tiernamente

A la semana Lucrecia ya estaba lista para irse a vivir sola. Consiguió un departamento en el edificio de Hiram.

Toda la semana ignoró las llamadas de Guzmán y lloró todas las noches. No le dijo nada a sus papás ni a sus hermanos de que Guzmán la había engañado, porque sabía que esta vez FP lo golpearía o le haría algo, al igual que Juguead.  Fue a grabar y se enteró por Jorge, que lo había besado, así que tomó la decisión de alejarse de él.

Alice intentó de todo, en esos días para que su hija no se fuera, no quería perderla, pero todo fue en vano. Lo que no sabía era que lo que Lucrecia quería hacer, era estar sola para tratar de superar su ruptura con su novio.

Las cosas entre Alice y FP fueron mejorando poco a poco. Aunque claro, ahora Alice se encargaría de vender esa casa.

Betty y Juguead apoyaban a su hermana, sin saber el motivo real por el que se iba. La apoyaban porque ya tendrían donde quedarse cuando estuvieran borrachos para que sus papás no los vieran, aunque sabían que tomaban, era mejor que no los vieran.

— ¿Cuántas maletas faltas? — dijo Juguead que ya no podía con su alma

— Faltan otras dos Jug — respondió a su hija mientras bajaba con dos maletas en la mano

Detrás de cámarasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora