Detrás de cámaras

"63"

Al castaño terminó de cambiarse y vió a la rubia que lloraba sentada la borde de la cama.

— ¿Cómo pudiste?

— ¿De qué hablas?

— Te ví cuando iba a encontrarme con Gladys y Hermoine

— No te entiendo nada — se acercó a ella

— Te vi besándote con Lucy — gritó y estalló en llanto

FP se dejó caer a su lado, y se llevó las manos a la cabeza. Escuchar esas palabras de Alice le rompieron el corazón. No era su intención lastimarla, pero tal vez no estaba listo para un compromiso otra vez.

— Me doy cuenta de todo lo que haces y no haces. Si está todo en mi cabeza dímelo ahora. Dime qué de alguna manera me equivoqué — se levantó y se puso enfrente de él — Creo que solo toleras mi amor — ¿Desde cuándo me engañas?

— No creo que quieras saberlo

— Dímelo. Me lo merezco

— Desde antes de que nos comprometieramos

— Te daba la bienvenida siempre, como si fueras el mejor hombre del mundo — su voz se quebró — Tomaba todas tus indiscreciones en las entrevistas como si fueran chistes

— Alice

— Cállate. Mientras tú estabas construyendo otros mundos ¿Dónde estaba yo? ¿Dónde estaba el hombre que me juró que me amaba? Te hice mi templo, mi mural, mi cielo, mi todo y ahora estoy rogando por ser el pie de página de la historia de tu vida

— Lo siento, se acabó — tragó en seco

— ¿Qué tiene que ella que yo no?

— Nada Alice. Eres una mujer hermosa, talentosa, perfecta

— Entonces ¿Porqué me lo hiciste otra vez?

— No lo sé, pero no te lo mereces

— Eres un idiota. Quiero que te vayas de mi casa, no te quiero ver — sollozó

— Me iré, pero necesito hablar con mis hijos

— No — negó con la cabeza — Quiero que te vayas ya. No te quiero ni un minuto más aquí — se cruzó de brazos — hablaré con Gladys acerca de Juguead y Dylan. Lucrecia no vive aquí y no sé que vaya a pensar de ti

— Está bien. Después hablaré con Lucrecia

— ¿Qué hay de Mädchen?

— No quiero hablar de eso ahora — tenía lágrimas en los ojos

— ¿Por qué no? Has estado lejos de la niña desde hace semanas

— Créeme Alice, no quiero hablar de eso ahora

— Dímelo

— Siento que Mädchen no es mi hija

Esas palabras golpearon fuertemente el corazón de Alice. ¿Cómo podía pensar que la niña no era su hija?. La sangre le hirvió y lo abofeteó.

— ¿Cómo puedes pensar eso? — sus ojos estaban inyectados de sangre y el dolor que sentía era mucho que sentía que caería en cualquier momento

— Tu misma lo dijiste, terminaste con Fred cuando volvimos a tener relaciones

— Eres un idiota. Si la niña fuera de Fred se lo hubiera dicho. No soy de esas mujeres que hacen eso FP

— Las cuentas no me dan

— Claro — ladeó la cabeza y miró sus pies — Ella te está haciendo pensar eso