Maratón 1/3
Narra Belén
Toda la vida estuve bajo sus sombras siempre por debajo de la gran Carolina aquella que todos querían, que todos pedían, pero me cansé. Quiero tener todo y más de lo que ella tiene, me lo merezco porque soportarla todos estos años debe darme algo bueno.
Ella piensa que sufre sólo porque llegó siendo niña, en cambio yo nací ahí, crecí ahí y no pienso morir ahí.
Mi historia es peor que la suya, mi propia abuela vendió a mi madre sólo para conseguir alcohol y seguir drogándose. Mi madre llegó a Fire siendo una niña de 9 años, vivió lo que nadie merece vivir, ser violada es algo qué va más allá de lo doloroso, de lo cruel, de lo inhumano y ella lo sufrió, lo soporto y quizás nunca lo superó.
Hace unos años Fire no era lo que es ahora era un lugar desagradable en todo el sentido de la palabra y a mi madre le tocó vivir esa etapa.
Yo nací cuando ella tenía 15 años a esa edad muchas sueñan con la fiesta perfecta, el vestido de princesa, el comenzar a ser una señorita, otras buscan el viaje perfecto, pasarla bien, salir con amigas, conocer chicos, enamorarse y salir de fiestas. A nosotras nos tocó algo muy diferente, nos tocó el lado cruel, ese que todo el mundo ignora, pero que existe.
Cuando yo cumplí los 15 años el jefe me llamo a su oficina, me hizo arrodillarme frente a él y hacerle una mamada.
No conozco algo más allá del mundo en el que nací, pero estar toda mi vida ahí me ayudó.
Me convertí en la favorita, en la mano derecha del dueño. Hasta que llegó Carolina siendo la perfecta, la favorita, con su cara de mosca muerta, de niña que no rompe ni un plato a quitármelo todo.
Ella llegó y yo me conocía su vida entera. Pudo arrebatarme mi lugar, pero los métodos para conseguir la información que ella tanto necesitaba, sólo los tenía yo.
Hija de padres con dinero, con poder. Siendo la única heredera de todo fue a parar al mismísimo infierno y ardió en llamas como todas nosotras.
En ella hicieron algo especial, algo que no en todas hacen, usar brujería. En esos tiempos había una mujer, ya un poco anciana que se encargó de borrar ciertos recuerdos, bueno no los borró completamente, sólo los oculto en su memoria.
No sé si podrá recuperarlos, porque aquella mujer pasó a mejor vida, si es que el infierno es mejor que estar en vida.
Verla ahora tan ingenua creyendo qué tiene sentimientos por Diego es demasiado chistoso, pero el mismo hombre que ella cree querer, es el mismo qué le esconde la verdad, no sólo yo.
Narra Carolina
Hoy acompañaría a Diego al trabajo. Dijo que nos iríamos a las 8:00 de la mañana, pero no logró despertarme así que siendo casi las 10:00 de la mañana me estoy terminando de vestir para ir con su chofer.