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El lunes llega con rapidez acelerando los nervios que sentía desde que papá me propuso estar al mando de nuestras acciones.
Para mi muy mala suerte, hoy María había pedido el día libre por un problema médico y yo no podía negárselo. Así que hoy me tocaría llevar y recoger a Daira de la escuela y solo de pensarlo los latidos en mi pecho se aceleraban.
La mocosa había tomado la decisión de alistarse sola ya que era una niña independiente y estoy usando las mismas palabras que ella me dijo cuándo la levante.
Un pantalón palazo y chaleco blanco eran mi elección de hoy junto a un top dorado y uno sttiletos nude. El maquillaje es algo básico, pero notorio y una coleta lacea alta.
El reloj en la cocina me alarmó a causa de la hora y que íbamos tarde.
- Daira, date prisa que ya es tarde - sus pasos se escucharon en la escalera y entro en mi campo de visión.
- Ya estoy lista mami, ¿cómo me veo? - tenía una sonrisa de oreja a oreja por haber sido ella quien eligió su atuendo de hoy.
Se le daba bien vestirse no podía negarlo. Su pantalón celeste con algunas estrellas en unos tonos más oscuros, una blusa negra de tiras con vuelo en la parte baja y sus Converse se veían increíbles.
- Estas más que perfecta, mi vida.
Coloque un plato de cereal con leche frente a ella y se dio al ataque mientras le acomodaba su lonchera. Una vez terminé la dejé en la mesa y volví a mi habitación para tomar mi maletín para ya irnos.
El camino fue rápido y gracias a Dios el taxista no encontró tráfico en ningún lado a pesar de ser temprano. Le pedí al hombre que me esperara mientras dejaba a Daira para que me llevara a la empresa.
- Pequeña, mamá vendrá a buscarte en unas horas. Pórtate bien, no hagas travesuras y recuerda que mamá es la estrella más bonita, pero...
- Pero yo soy el ángel más hermoso del mundo - termino por completar.
- Te adoro, mocosa.
-Te adoro, mami - le di un último abrazo y un beso en la frente para dejarla ir.
Los 20 minutos de trayecto me la pasé pensando en todo lo que había avanzado y superado en estos años para centrarme en que no dejaría que nadie vuelva a pisotearme de ninguna manera.
La entrada principal de Konzern estaba frente a mi mientras yo solo podía observar a los dos hombres parados afuera de esta como seguridad.
Cerré los ojos para armarme de valor y con pasos seguros y firmes entre en el lugar.
Las miradas estaban puestas en mí y algunas personas me saludaban a lo que yo les devolvía el saludo.
El ascensor principal que era solo de los jefes estaba vacío y para mi suerte me dio más tiempo de prepararme mentalmente para volver a verlo.
