No me moví de mi lugar solo podía observar a mi familia frente a mí. Ignore completamente la existencia de las dos personas detrás de mí y me enfoque solo en ese momento.
Mamá fue la primera en caminar en mi dirección y rodearme con sus brazos mientras soltaba lagrimas a montones. Cuando logré reaccionar le devolví el abrazo dejando caer todas las lágrimas que ya se habían acumulado en mis ojos. Unos minutos después se alejó de mi cuerpo, pero me sostuvo las manos revisando que yo fuera real.
- Realmente estás aquí, cariño. Pensé que no volvería a verte - yo no sabía que responder solo quería poder respirar un poco porque todo esto me estaba superando demasiado y no sabía que tanto podía soportar.
Nadie decía nada y solo se escuchaba el llanto de mi madre en la habitación.
Regrese mi atención a las dos personas detrás de mí, pero fijamente en Belén.
- ¿Desde cuándo lo sabes? - a este punto solo me queda ella y no quería perderla también
- Lo sabe desde siempre - intervino Diego.
- ¿Qué significa desde siempre? - mi voz y mis manos temblaban a causa del llanto que estaba aguantando.
- Vamos, díselo - Diego la miraba esperando una respuesta.
- Lo sé desde que él puso un pie en el burdel – hablo mientras señalaba a Diego -. Me di el tiempo de preguntar por tu historia y tu repentina llegada y llámame perra, pero tú eras mi único método de salida de ese lugar, de alguna manera debía ser libre, así fuera usándote.
Ya no podía soportarlo más, no entendía que debía pagar, pero sabía que esto no era justo, yo no me lo merecía. No cuando solo les di lo mejor de mí a los dos y su manera de pagármelo es haciéndome daño.
- Pues déjame decirte que tu único método de escape no te ayudara y si debes volver a ese infierno volverás, porque no te llevare conmigo, ya no más Belén, se terminó - trato de interrumpirme, pero no se lo permití.
》 Siempre te vi como lo único bueno y sincero que tenía en el burdel, pensé que tenía una amiga real y... y tu solo has podido pensar en cómo usarme a tu antojo. No es justo y no me lo merezco.
- Carolina, hablemos - sabía que debía dejar a Diego explicarme las cosas, pero no estaba lista, no ahora.
- No Diego, se terminó. Ya nos más mentiras, no más secretos, lo único que quiero ahora es alejarme de ti, de ella y de todo lo que pueda seguir haciéndome daño.
- ¿Eso quiere decir que te iras?
- Si, me iré con mi familia - los miré mientras hablaba para regresar la mirada a él -, de donde nunca debí separarme y a donde debí regresar apenas salí de ese sitio.
Ya todo estaba decidido, no pasaría más tiempo en aquella casa y rodeada de personas falsas como lo eran ellos.
No era muy valiente de mi parte el huir de los problemas, pero tampoco tenía la fuerza suficiente de combatirlos. Estaba herida, rota y los causantes eran personas en las que había depositado toda mi confianza, pero eso no les importó, porque todos parecían querer lo mismo, hundirme.
Envuelta en los brazos de mi madre salí de aquella casa, sin mirar atrás porque hacerlo me quebraría aún más y solo esperaría una explicación, un por qué de las cosas y sería muy manipulable. Terminaría creyendo todo lo que él me dice y no lo merece.
El trayecto a mi nueva casa fue en completo silencio, al parecer todos entendían que algo no iba bien y prefirieron no presionarle y se los agradecía demasiado.
Las presentaciones fueron rápidas y sencillas, el tour lo dejaría para cuando este mejor y solo pedí que me mostraran la que sería mi habitación.
Me sentía... de hecho no sabía cómo sentirme.
Era como si me hubieran arrancado el cuerpo por partes o quizás no era el cuerpo sino el corazón, el alma. Me sentía perdida no sabía qué hacer, solo pensaba en desaparecer y no ver a nadie.
Y este momento debería ser feliz porque al fin estaba de nuevo con mi familia, pero... pero al parecer ser feliz no estaba en mis planes de vida.
Quería recuperar el tiempo que se me había arrebatado, pero al mismo tiempo quiero solo huir y esconderme de todo y de todos.
Mis ganas de no ver a nadie eran más fuertes que las de salir y disfrutar mi vida, porque como podría divertirme, conocer o disfrutar mientras todo dentro de estaba en llamas.
Confié. De verdad lo hice, pero fue de personas que no buscaban mi bien.
Debía muchas explicaciones... explicaciones que no estaba lista para darle a nadie.
Mi familia sufrió por mi desaparición y los entiendo, pero yo sufrí que me separen de mi familia, de mis amigos, tuve que soportar ser una mercancía y tener que satisfacer a hombres de o peor solo porque alguien no estaba lo suficientemente cuerdo al pensar en sus ganancias antes que en lastimar a alguien. Y eso puede sonar a que soy una persona egoísta y que no piensa en lo que los demás sienten, pero quien piensa en lo que siento yo, en lo que yo viví y en todo lo que me costara seguir adelante y adaptarme a la vida día a día mientras desconfió de las personas que me rodean por miedo a que me vuelvan a llevar y tratarme como un simple pedazo de carne que sirve solo para dar placer.
¿Qué o quién me asegura que ya estoy a salvo y que no volveré al burdel?
Nadie puede hacerlo porque siempre corro peligro.
El ser mujer no debería ser aterrador, ni siquiera deberíamos de dudar al caminar, pero aun así lo hacemos porque existen personas que no razonan y que solo buscan lastimar a los demás pensando que por ser mujeres somos el sexo débil. Porque al parecer olvidan que han nacido de una y que ese es motivo más que suficiente para respetarnos y valorarnos, pero en todas partes existe el mal.
Debo admitirlo, pero este capitulo me tomo mas tiempo del que pensé en escribirlo.
Habrá un salto en e tiempo, pero igualmente la historia les ira explicando que sucedió en el tiempo que transcurrió.