A pesar de escuchar a mi corazón que me pedía a gritos alejarme de él, decidí quedarme allí. Escuché atentamente su explicación:
—Si no lo haces tú, yo lo haré. No hay de qué preocuparse, los hombres son unos cobardes en cuanto alguien más los encara.
En esos momentos no entendí muy bien a lo que se refería, al madurar le fui dando mi propio significado.
Me dejó solo de nuevo en esa plaza vacía. Aterrado y sobre pensando las cosas. Pensé que todo había terminado allí, y que al otro día mi ciclo de abuso volvería a la normalidad, sin embargo no fue así. No volví a ver a Rusia durante muchos años, ni siquiera me dirigía la mirada. Dudaba que el germano le hubiera propinado unos bien merecidos golpes, pero al preguntarle, este lo negó.
Volví al mundo luminoso, pero con heridas que probaban las veces que fui impuro y sucumbí a la maldad. Intenté ser feliz sin las preocupaciones de ser lacayo de alguna nación tan burlona. Pero siempre quedó en mí esa pequeña espiga de placer al sentir sus zapatos golpear mi espalda. De alguna manera le comencé a añorar con deseo. Quería volver a sentirme miedoso, con lágrimas en los ojos suplicando por mi seguridad y siendo ignorado con una sonrisa de oreja a oreja en la cara del otro, que pisotea a con más fuerza y más profundo. Quería ser maltratado por él.
Me causaba un placer indescriptible que no podría describir, mi deseo por volverlo a ver y sentir se hizo más denso con los años. Alemania, a quien vi volverse un monstruo, me dio las esperanzas de volver a vivir ese ciclo de abuso tan placentero. Y aunque una vez me imaginé siendo pateado y amordazado por este, pero con placer, cuando llegó el momento solo sentí miedo y dolor, pero no del bueno. Fui atrapado en contra de mi voluntad, apresado en frías y claustrofóbicas habitaciones. No me torturaron, pero me encerraron, siendo aislado de todos y de todo, con mi presencia como acompañante. La experiencia me hizo hartarme de mi mismo, odiándome y despreciándome. Ahora me veía como basura que no podía hacer nada ya por su cuenta. Yo mismo me metí en una burbuja de dolor de la cual no quería salir.
Cuando fui liberado lo volví a ver. Tan grande y tan imponente, pero ya no era el mismo. Podría decir que la figura paterna que llegó a tener lo cambió por completo.
Lo seducí para regresarlo a esa forma por la cual yo babeaba. Lo logré, ¿Pero a qué costo? Me hice daño a mí mismo y herí a otro tanto mental como físicamente. Me sentía tan mal. Lo fácil que mis sueños e ilusiones se deshicieron en el aire.
¿Qué podía hacer ahora? Tenía el alma tan densa, llena de pecado humano, el cual no debería tener.
Podría redimirme y afrontar las consecuencias. Fingir ser la esposa divorciada que, desaliñada salía de las puertas de su casa a ser encarada por los fieles creyentes de su exesposo o, seguir negando mi culpa y hacer pagar las últimas consecuencias al culpable que más culpa tuvo.
En mi lucidez elegí la segunda opción, pero al ver los tiernos y cansados ojos avellana frente a mí, sentí todo el peso del daño en mi cuerpo.
Vi mi reflejo en sus ojos, era otro yo que me torturaba. Un ser del mal que sabía, debía ser encadenado en lo más profundo de mi corazón. Lo tomé en mis brazos y con caricias y toques lo desaparecí, dejando el bronceado cuerpo libre de todo mal.
Pensaba en cambiar de lugar, pero ya no quería. Era tan cansado y no quería dañar a nadie más, ¿qué hago? Los daños que hice ya están hechos, y, aunque podría darme la tarea de enmendarlos. Prefiero alejarme de todo esto, y no volver a meterme en ciertos asuntos. Había esta otra presencia que era parecida a mí, pero tan diferente. A él no le gustaba sufrir y dudaba que hubiera vivido mi misma experiencia, no quería estar solo.
Si bien, no había convivido constantemente con el latino, no es mala persona, pero pura no es. Viéndolo bien es el más humano de nosotros, y quiero que ese don se esfume de él. Es lindo, sí. No me meteré en sus problemas, pero no lo dejaré solo por ahora.
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I Keep on Falling [AleMex]
FanficMéxico y Rusia llevaban tiempo siendo pareja, sin embargo, por azares del destino, su relación fue empeorando cada vez más. Al punto donde lo único que mantenía su relación estable era tener sexo. Incluso, tras descubrir la infidelidad de Rusia, Méx...