Capítulo veinticinco: Y me di cuenta de que yo era aún más frágil.

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Dedicado a:

_-Moomin-_

Xilcam

Yamiliti6311

Galaxia15445

dianisa69

Alex_bubul

PazV27

xlMareslx

PilarMendosa

¡Gracias por seguir!

Pd: Si les llegó la notificación, sorry. Estaba editando capítulo xD.

[...]

Miraba de reojo a todos los invitados con los pelos de punta. Aquel olor a madera inundaba sus fosas nasales recordándole su terrible infancia. Estaba paniqueado, pero encerrado en las rejas de su mente. España le daba algunas miradas de vez en cuando, notaba al mexicano algo nervioso. Eventualmente nadie puso atención a aquella reunión, ensimismados en sus pensamientos y en la conducta de otros, dejaron al estadounidense hablar con la nada.

Y mientras esta escena tranquila trascurría, del otro lado de aquel aeropuerto un alemán caminaba débilmente, con un papel en la nariz. Le dolía la cabeza y estaba deshidratado, buscaba preocupadamente a su pareja. No sabía a dónde había ido, pues habían quedado de verse justo ahí.

Cansado, suspiró y procedió a sentarse en una silla. El gusto de descanso no duró mucho, pues una silueta delgada y alargada entró a su plano de visión.

—Germany!

Aquel acento asiático marcado retumbó en su mente. Pensó por un momento que sería Japón, pero no era así. Se trataba de China, quien con una mirada vibrante fingía emoción por verlo, en una sonrisa ladina. Acomodó su saco y quitó algunos cabellos de su frente. Pueden decir lo que quieran, sin embargo el chino era totalmente impecable en su persona. Se sentó al lado de él, en aquellos sillones incómodos. Pasó su mano a su muslo y acercó su cara a la del europeo.

—¿Qué tal? ¿Estás solo? No veo a nadie aquí. —Miraba todo su alrededor buscando alguna pista de su acompañante o gente que los estuviera viendo.

—Estoy esperando a México, se supone que me esperaría por aquí...—habló cabizbajo, con un ápice de decepción y sentimiento. El asiático le dio unas tiernas palmadas en su espalda alta junto con unas palabras de aliento.

—De seguro fue al baño, o a la sala de equipaje.

Miraba la puerta escondida, donde él sabía que se encontraban todos. No obstante no iba a decirlo, puesto que no estaba en sus planes que Alemania se entrometiera en aquellos asuntos. Entonces en aquel momento un hilo de sangre salió de la respingada nariz del europeo.

—Uhm, parece que estás sangrando.

Cuando el alemán se dio una vuelta para sacar otro pañuelo de su maleta sintió un golpe en la parte baja de su cabeza, dejándolo inconsciente.

I Keep on Falling  [AleMex]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora