Era embriagarme o llamarte: Ya llevo dos botellas y media...
Zymond Mahajan
La madrugada se hace presente ante mis ojos, el balcón me ayuda a pensar con claridad y doy una pequeña calada a mi cigarrillo. La posesión que me invade la cabeza es enfermiza, no quiero a nadie con ella, no la quiero tener entre cadenas, pero la quiero mía. Y si es de apresarla a mí, lo haré. Seré su dueño.
Skylar, Es el cielo hecho mujer, un cielo donde todo demonio desea entrar, pero no a cualquiera le abren la puerta. Mientras sé que para mí siempre estuvo abierta. Ha podido detenerme cada vez que la he tocado y no pone resistencia entre mi cuerpo y el suyo, desde la primera vez que la folle contra la pared me di cuenta que desea esto tanto como yo.
Mi madre me daría un bofetón si estuviese junto a mí, y diría esa mierda de "Para verla desnuda primero necesitas ver su alma" ¿Para que quiero ver su alma si mi polla desea estar dentro de ella cada que se acerca?
Doy la última calada y me sumerjo adentro de la habitación. me importa una mierda si a nadie le parece lo que hago bien o no, la verdad ni una mierda, no me importa nada. Igual la gente nunca deja de joder y está vez tendré que mover piezas para que dejen el puto fastidio.
Saco mi camisa por mi cabeza y quito mis zapatos dejando mis pies descalzos. Salgo de mi habitación y entre la oscuridad me sumerjo para llegar a su puerta, la cual abro sin necesidad de ometer fuerza.
Skylar se encuentra dormida boca abajo, dándome un buen vistazo del perfecto culo redondo que tiene y una espalda tan perfecta que creería es que es una puta broma su existencia, Su cabellera negra está recogida en una clineja alborotada por las almohadas y me da a entender que me esperaba, cuando el sostén está en el piso y las bragas en una de las esquinas de la cama
Mujer inteligente.
Me adentro en su habitación cerrando la puerta tras de mí, y aunque me encantaría follarla ahora mismo, cogerla por la trenza mientras tomo sus caderas y la penetro con fuerza... su cara descansada me grita que la deje dormir.
¿Pero desde cuando mierdas soy un hombre paciente?, me acuesto a su lado y acaricio su espalda, mi amigo comienza a levantarse y estoy que me corto la cabeza por las mil y un ideas que me causa esta mujer. Ella se estremece bajo mi toque pero no se despierta, Pero prefiero dejarla dormir.
Coloco mi brazo tras mi cabeza y estiro mis pies mientras miro el techo preguntándome porque vine a su habitación, si para la mía las mujeres siempre era un puto problema porque no me dejaban dormir, pero ella es diferente, su manera de retarme me enloquece y su inteligencia a la hora de responder me pone dudoso a lo que quiero decirle.
Ella se voltea derrepente y su brazo pasa por mi abdomen, me abraza. La miro y somnolienta abre los ojos y me mira
–¿Por qué me elegiste? – Dice y me aprieta con fuerza, no le contesto.
Se acerca a mí, cellando un beso en mis labios, no es un beso de desprecio ni amargo. Es de esos besos dulces y delicados, esos besos de cuando te estas condenando... Los que haces con tanta delicadeza con el fin de no fallar
–Buenas noches, Señor. – Dice y cae rendida de nuevo pero abrazada a mí y desde este momento. Decidí aferrarla a mí.
Que arda el mundo, que estallen los problemas y que ella esté conmigo.
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Soy Tu Dueño: PRISIONERA +18 (EDITANDO)
Teen FictionNo te confíes, Nada es lo que parece.