Soy Tu Dueño: PRISIONERA +18 (EDITANDO)

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Eres fuerte mi niña, serás grande...

Damián Mahajan

Observo como las gotas caen de seattle, el cielo sigue nublado y la brisa mueve ventanales. Me repito en mi cabeza las mil y un ideas de como podría matar a esa cría de mierda que no hace más que joder la paciencia en la vida de Zymond.

Las mujeres de la mafia son voluptuosas, ceñidas, veteranas. Sin el miedo de quitar cabezas delante de la realeza. Serviciales a la hora de ofrecerse y muy activas en lo que quieren.

La madre de Verenice murió siendo Esclava y Verenice esta terminando lo que ella empezó, siempre fue la esclava preferida de Zymond, pero como se ocupó tanto en Skylar decidí tomar riendas en el asunto.

Como si me oyera, sale del cuarto de huéspedes. Lleva una escoba en mano y un tobo para limpiar la baldosa. Su mirada se fija en la mía y tiembla, Lo noto. Nos hemos divertido tantas veces que sé como funciona su cuerpo desde su dedo meñique hasta la la última hebra de su cabello.

Suspiro, tomo un poco de mi coca cola y vuelvo la vista al ventanal, Gracias al mismo veo su reflejo en él. Observo como se agacha mostrándome sus piernas largas y perfectas, haciendo que mi respiración se entrecorte, enjuaga el trapeador y por las misma lo exprime.

Dios

Me mira y sonríe. A paso firme llego ante ella y mi mano queda alrededor de su cuello, el cual aprieto un poco pegándola contra la pared.

–¿Quieres que borre esa sonrisa a punta de cogidas o quieres terminar tu maldito trabajo? – Rozo mis labios con los suyos y esta abre la boca pidiéndome más

–Si, señor – Dice y la dejo caer, cae a mis pies y como está entrenada se arrodilla colocando la palma de sus manos en sus muslos, Me agacho en busca de sus ojos y estos también van dirigidos al piso

–No te pedí respuesta Verecine. – Digo y esta vez que tiene que responder, se calla.

Su silencio me enfurece y tomo su mentón acariciando cada centímetro de él, Sus labios tiemblan y me pregunto por qué habrá llegado a esta situación tan joven. Las esclavas suelen tener 28-30-36 años, Verenice solo tiene 20 y los cumplió ya estando en manos de la mafia italiana.

Nunca la he besado, todas partes de su cuerpo han sido probadas por mi parte, menos sus labios.

Siempre he tomado los besos muy personales,y toda esclava mía lo entiende. Pero ella tiene algo que me atrapa, me envuelve y me succiona. Es una mierda que no logro entender bien.

Va a hablar pero la callo, Toco su mejilla y me acerco a su oído susurrando

–La ventaja de quererte conmigo es la que te mantiene aquí ¿Lo captas?

Asiente, sus ojos me piden permiso para hablar y concedo

–Con su permiso señor... – Dice primero– Pero le tengo cierto aprecio. – Confiesa. – Me gustaría ser algo más que su sirvienta.

Me le hubiese reído en la cara si ella fuese otra, la hubiera pateado y castigado por confesiones que se debe ahorrar,mis oídos los único que desean escuchar es mierdas que valgan la pena.