Me encanta que seas diferente

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Dos horas luego la última clase finalizó sin ningún otro problema con el nuevito, que tomó sus cosas a la velocidad de un rayo y se alejó por el pasillo sin mirar atrás. Paul me tomó del brazo y besó mi mejilla.

-Quiero hablar contigo. -Me susurró al oído, logrando estremecerme.

-Bien, espérame. -Asintió y corrió hacia afuera. Alex se situó a mi lado mientras caminábamos tranquilamente.

-Que raro que Travis no haya aparecido en todo el día. -Dijo Danna, a mi otro lado.

-Cierto, le deben haber cerrado las puertas Danna. Oigan, lo siento pero no puedo llevarlas a casa hoy, Paul quiere hablar conmigo. -Ambas levantaron las cejas una y otra vez, las golpeé a ambas en el hombro.

-Ya, lo lamento. No hay problema, diviértete con el rubiecito, pero no tanto... a la noche pasaré por ti, es la fiesta de principio de año, ponte sexy. -Contestó Alex animada y ambas salieron corriendo hasta la concurrida calle. Cuando llegué al auto Paul me esperaba observándome con una mirada tierna, abrí el auto y ambos subimos.

-Te llevo. -Dije irónica, él rodó los ojos.

-¿Vas a tu casa? -Asentí. -¿Podemos hablar allí?

-Claro, la perra no llega a casa hasta las 17:30, apenas son las 12 del mediodía, nos sobra tiempo. Sonreí y comencé a conducir me atoré en el tráfico.

-Odio ésta mierda de ciudad. Sé que algunos darían todo para estar aquí pero para mi es horrible. -Me quejé.

-¿Hay alguna razón? -Preguntó Paul pasivo.

-Miles... muchos autos, mucha gente, mucho ruido, personas ignorantes por todas partes a las que les gusta seguir la moda, muchas luces...

-Siempre fuiste muy reservada.

-Lo sigo siendo, con todo el mundo menos con ustedes, me gusta como soy, mi actitud me hace diferente.

-Me encanta que seas diferente. -Sentí como mis mejillas comenzaban a sonrojarse. Por fin los autos comenzaron a moverse y pude doblar hasta llegar en un minuto a mi casa. Era normal, color beige de dos pisos, patio delantero con flores marchitas que alguna vez pertenecieron a mi madre, un lindo tapete de bienvenida... cualquiera que viniera pensaría que era una bellísima casa familiar, pero lo nuestro estaba muy alejado del prototipo de la "familia ideal". Nos adentramos y rápidamente subimos las escaleras hacia mi cuarto. (foto en multimedia), definitivamente, el lugar en el que más me gustaba estar en toda la maldita casa. El cuarto de mi padre estaba llenísimo de colillas de cigarrillos y algunas botellas junto con ropa sucia amontonada. La inútil Mariah ni siquiera era capaz de lavar la ropa o tocar una escoba, todo lo debía hacer yo o mi tía, como siempre. Ambos nos sentamos en la cama.

-Bien, ¿de qué querías hablarme?

-Ésto es muy difícil de contar para mi _____, me lo he estado guardado todo este tiempo pero creo que ya es el momento de sacarlo.

-¡Ya, dilo! -Lo animé.

-Me gustas, y mucho. -Me quedé totalmente sorprendida.

-¿Por qué yo?

-Porque, como te había dicho, eres diferente, y éso es algo asombroso en ti. Eres hermosa, tu personalidad dura es asombrosa, al igual que todo de ti. Por éso me atraes, por éso te amo, por éso me gustas.

-Oh mi dios... Paul, yo...

-Si no sientes lo mismo que yo, lo entenderé... -Agachó la mirada, pero tomé su barbilla levantando su rostro.

-También me gustas. -Sonrió y se abalanzó hacia mi en un fugaz beso. De pronto sus manos comenzaron a subir mi camisa hasta sacarla por completo, me dejé llevar y quité la suya, me acostó suavemente en la cama y se colocó encima de mi, no dejó de besarme en ningún momento hasta que se oyó el ruido de la puerta abriéndose, ambos paramos y observamos al mismo tiempo aterrados.

-Oh, siento interrumpir. -No lo podía creer, era el chico nuevo.

-Me tienes que estar jodiendo. -Quité a Paul de encima mío y me paré en frente de él sin darme cuenta que seguía en sujetador, su mirada bajó hacia mis pechos pero volvió a mirar mis ojos muy serios.

-¿Puedes explicarme qué mierda haces aquí?

-Es mi nueva casa. Carajo, ¿eres hija de John?

-No, soy la hija perdida de Mariah, ¿qué crees? -Dije irónica. -Pues claro que soy la hija de John, no me digas que la perra es tu madre.

-Mucho cuidado con lo que dices sobre mi madre. -Contestó furioso.

-Oye, tranquilo, solamente digo la pura verdad. -Le sonreí.

-Ya, sabes que éste será mi nuevo cuarto, ¿verdad? -Levantó una ceja, yo solté una carcajada.

-Claro, como no nuevito, toda tuya. -Volví a reír, lo empujé hacia afuera y cerré con llave la puerta, me volví a dirigir a Paul que me observaba sorprendido y desconcertado.

-¿Qué fue éso?

-No tengo ni idea, pero no me importa. Ahora... ¿en qué estábamos? -Me sonrió y volvió a tomarme de la cintura para colocarse encima de mi.

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Heyy que interesante se pone esto no? comenten denle a la estrellita y SIGANME porfiis asi se que alguien lee esto y me anima a subir mas capitulos xDD

Jamas cambiaras (Andy Biersack y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora