Tomé aire, me armé de valor y abrí la puerta llamando la atención de todos, pero no bajé la vista. Apenas visualicé al padre de Andy caminé decidida hacia él, toqué su hombro, se volteó hacia mi y rodó los ojos.
-¿Otra ves tú?
-Si, otra vez yo, y no me iré hasta que me explique qué carajo está sucediendo.
-Cuida tu boca. No tengo por qué darte ninguna explicación.
-Si, si tiene que hacerlo, él vive conmigo, es mi pareja, lo amo y no dejaré que se lo lleve.
-¿Disculpa? ¿Él vive contigo? -Asentí con la cabeza. -¿Cuántos años tienes niña?
-17 desde hoy.
-Vives con tu mami... -Rió, yo por mi parte obté por tratar de ser lo más cortés que pude fingir.
-Señor Biersack, mi madre murió al igual que sus sentimientos, pero no creo que sea de su incumbencia, ahora si no le importa, ¿podría explicarme por qué está Andrew aquí? -Suspiró fuertemente.
-Primero dime por qué mi hijo vive contigo.
-Su madre, Mariah, es la pareja de mi padre.
-Esa zorra... siempre se aprovecha de todos. -Susurró.
-¿Ahora me dirás por qué está él aquí?
-Ayer, vi lo que sucedió ayer.
-¿Qué? ¿La pelea?
-Exactamente. -Fruncí el ceño confundida.
-Ellos nos atacaron.
-Uno de ellos es mi hijo, y ustedes lo maltrataron, no tengo poder sobre ti, pero si sobre Andy.
-Debes estar jodiéndome... ¡Andy también es tu maldito hijo!
-¿Y tú piensas que me importa? Además, ese no es tu asunto... ya te dije lo que querías oír, ahora vete.
-No lo haré, pagaré su fianza. -Soltó una fuerte carcajada.
-No hay fianza que pagar, la cárcel es temporal, me lo llevaré a Inglaterra, a un internado.
-No, no te dejaré hacerlo. -Contesté decidida tratando de no ahogarme con el nudo en mi garganta, otra vez soltó una estruendosa risa.
-¿No me dejarás hacerlo? Por favor, solamente eres una pequeña y estúpida niña, vuelve a casa con tu padre y revuélcate sobre la tumba de tu madre. -Eso fue suficiente para mi, limpié mis lágrimas, observé su rostro furiosa y le di una fuerte patada en sus partes bajas, haciendo que gritara de dolor y se arrodillara dándome tiempo para salir corriendo hacia las celdas. Al llegar me quedé desconcertada, habían más de quince puertas, cerré la puerta con llave y corrí para visualizar por las diminutas ventanas para ver si lo encontraba... Lo encontré en la número 14 sentado en la sucia cama y todo mi mundo se vino abajo. Toqué la ventana y se volteó hacia mi. Tenía el rostro lleno de lágrimas, corrió hacia mi y dijo algo, pero no pude oírlo. Le grité pero opté por hablar sin voz lentamente así podría entender mis palabras.
-No sé como sacarte, ¿no hay alguna llave? -Le dije lentamente, apuntó con el dedo y me di la vuelta hacia esa dirección, donde había un escritorio vacío junto a otra puerta, tomé la llave con el número 14 colgado en un cartel de plástico y abrí la puerta. Apenas lo hice, sonó una fuertísima alarma que nos aturdió a ambos. Él tomó mi mano y nos paramos frente a la enorme puerta.
-No importa lo que pase, corre con todas tus fuerzas sin parar y no sueltes mi mano. -Dijo en mi oído, yo asentí aterrorizada. -Estarás bien preciosa, no dejaré que te hagan daño, lo juro. ¿Lista? -Colocó un mechón de cabello detrás de mi oreja y yo volví a asentir, tomó mi mano, quitó la llave de la puerta, por la cual se escuchaban golpes y cuando esta se abrió quedamos a la vista de todos los oficiales que se encontraban allí. -¡Ahora! -Gritó comenzando a correr empujando algunos de los cuerpos robustos que trataban de separarnos, pero pudimos salir. Nos subimos a la motocicleta y arrancó con las manos temblorosas. En unos minutos oí sirenas detrás de nosotros.
-Aléjate de ellos, si vas por el callejón podremos volver al bosque. -Susurré en su oído, asintió y en unos minutos los perdimos, subió la velocidad hasta que nos topamos con los árboles, siguió el camino de tierra y de pronto dejamos de oír las sirenas, lo único que se escuchaba era el motor de la motocicleta.
-¿Los perdimos? -Preguntó.
-Los perdimos, puedes parar. -Contesté suspirando y cerrando mis ojos, la motocicleta se paró, pero no pude bajar.
-¿Estás bien? -No pude contestar, sabía que si soltaba una palabra comenzaría a llorar. -_____, háblame por favor, ¿te sientes bien? -Tomó mi rostro entre sus manos pero no abrí los ojos, los apreté con todas mis fuerzas hasta que sentí el calor de su pecho y sus brazos enrollados a mi cintura. -Oh, cariño, cuánto lo siento, juro que lo siento, jamás hubiera pensado que volvería a ver a ese hijo de p*uta. -Al oír su voz entrecortada no pude soportar un segundo más y comencé a llorar en su hombro.
-¿Por qué siempre hay algo que intenta hundirme todo el tiempo?
-Shh, todo estará bien.
-No Andy, yo sé que no estará bien, nunca lo está, desde que mi madre se fue no puedo vivir en paz, es como si hubiera desatado a mis peores demonios y me estén apuñalando por la espalda cada vez más.
-Ambos lucharemos contra tus demonios, yo te ayudaré porque te entiendo, sé lo que se siente, lo sufro día a día. Pero desde que llegaste, te vi en el colegio y traté de ser duro contigo mi vida recuperó algunos de sus colores, porque sé que por fin encontré alguien como yo, alguien rota. Pero no te preocupes, porque yo también lo estoy, y sé que podremos superarlo juntos.
-¿Estás seguro de esto?
-Nunca estuve más seguro en mi vida. -Sequé mi rostro y observé sus ojos que, a pesar de que estábamos en medio de la oscuridad, brillaban más que nunca. Secó mis lágrimas y besó mis labios lentamente.
-Te amo _____, te amo más de lo que podría amar a nadie.
-Yo también te amo más que nada, y siempre lo haré.Cuando por fin nos serenamos, nos alejamos y Andy habló por fin.
-Creo que es momento de volver a casa. -Suspiré.
-Extrañaré la paz de este lugar.
-También yo, pero todos se preocuparán si no volvemos, lo sabes.
-Si, lo sé. Aunque los chicos deben estar en Europa en este momento... ¿piensas que están lo suficientemente lejos?
-Si, nos perdieron de vista hace una hora tal vez, aunque debemos ser cuidadosos. No trajiste el casco. -Me dijo con desaprobación.
-Estaba preocupada, salí rápido, el imbécil de tu padre me encerró en la habitación.
-Hijo de p*uta... igualmente debemos volver al hotel por tus cosas y mi dinero.
-No, mis cosas no tienen importancia y tu dinero está en mis bolsillos. -Sonrió.
-Bien, súbete y agárrate bien, será un largo camino de vuelta...
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Jamas cambiaras (Andy Biersack y tu)
Fanfic_____ Nicole Wells: Una chica para nada común con una vida muy difícil. 16 años, su madre murió en su cumpleaños número 13 a los 29 años. Desde ése momento su padre se ha vuelto alcohólico y jamás se ocupa de ella, jamás vuelve a la casa si no so...