Sentí un escalofrío en todo el cuerpo y abrí los ojos adormilada, estaba entre la hierva, alcé los ojos hacia el cielo y este estaba totalmente nublado y gris. Me paré dificultosamente y noté que mis pies se hundieron en el césped, tenía tacones negros y un vestido hasta los tobillos del mismo color.
-Se cayeron tus anteojos _____. -Alcé otra vez los ojos asustada y suspiré al ver a Alex con un vestido hasta las rodillas del mismo color que el mío, sus ojos se veían llorosos. Recibí los anteojos de sus manos.
-Gracias.
-No hay de qué. -Me tendió la mano y luego tomó mi brazo con dulzura.
-¿Qué sucede? -Me mostró una media sonrisa triste.
-Te quedaste dormida en la hierba, ya casi terminan de enterrarlos... papá vendrá por nosotras en unos minutos, ya llevamos tus cosas a casa. Igualmente debemos hablar con el juez de menores mañana por la mañana. -La observé confundida.
-¿De qué hablas? ¿Qué entierro? -Tomó mi mano y juntas caminamos hasta acercarnos a la lápida de mi madre... estábamos en el cementerio. ambos lados de ella habían dos huecos llenos de tierra. A un lado habían dos cajones. Un hombre maartillaba dos lápidas de piedra al suelo, me acerqué a él y las observé. *Andrew Dennis Biersack - 1994 - 2014* *Robert Anthony Wells 1979 - 2014*
-¿C... cuándo sucedió esto? -Le dije a Alex sollozando sin apartar la vista de la lápida de Andy.
-_____, ¿te encuentras bien?
-No, dime ahora.
-Hmm, hace una semana tu padre se suicidó en la cárcel y Andy no pudo sobrevivir al accidente...
-No, mi dios, no puede ser, por favor, no. -Dije entre gritos y sollozos. -¿Cuál es el cajón de Andy? -Alex me apuntó al cajón de la derecha temblorosa. Lo abrí y allí estaba él, mis lágrimas cayeron sobre su blanco rostro que parecía de plástico. Tenía un traje todo color negro y era la primera vez que lo había visto peinado.
-¿Por qué? ¿Por qué a mi? -Tomé las solapas de su saco y acaricié su rostro.
-Señorita, no puede abrir el cajón... -Me comunicó el hombre de las lápidas acercándose a paso lento hacia mi.
-Aléjese de mi, no se atreva a tocarme. -Le ordené con la voz entrecortada.
-_____, papá vino a buscarnos, creo que deberíamos irnos. -Tomó mi mano, yo resbalé con mis tacones y sentí como caía al hueco donde iban las lápidas, el golpe en la cabeza hizo que mi vista se nublara.
-No... Andy... no te alejes... no te alejes de mi... por favor... -Susurré antes de que perdiera la conciencia y dejara de respirar de pronto.
Volví a abrir los ojos aterrada y miré a mis alrededores. Suspiré al ver que estaba en el hospital, en el mismo lugar en el que me había dormido, solamente había sido un horrible sueño... La enfermera se paró a mi lado con cara dulce.
-Cielo, tu hermano acaba de despertar, ya puedes entrar a verlo. -Me paré alegre.
-Gracias señora. -Me dirigió una sonrisa y la seguí hacia un pasillo frío, en donde estaban las habitaciones. Entramos a la número 11 y allí estaba, giró sus ojos hacia mi pero no le dió la menor improtancia a mi presencia, se volvió otra vez a la televisión desinteresado. Tenía un yeso en el brazo pero se veía mejor, o eso pensé.
-Los dejaré a solas, si necesita algo solamente avíseme Andy. -Asintió sin despegar los ojos de la pantalla. La enfermera cerró la puerta detrás de ella y yo me senté en una silla al lado de la camilla de Andy.
-Hola amor. -Susurré.
-¿Amor? ¿Acaso eres mi madre? -Guió sus ojos hacia los míos. Le mostré una media sonrisa.
-Tu... tu novia. -Coloqué un mechón detrás de mi oreja nerviosa.
-¿Hablas en serio?
-Claro.
-¿Cómo es tu nombre?
-_____ Nicole Wells.
-¿Te digo _____, o Nicole?
-_____.
-Bien _____, cuéntame sobre mi por favor, si eres mi novia necesito que me hagas recordar. Supongo que debes saber mucho sobre mi... no recordar nada apesta.
-Bien, ¿qué quieres saber? Sólo pregunta.
-Hmm... ¿qué me sucedió?
-Caíste por una ventana.
-Soy un imbécil... -Me hizo soltar una pequeña risita.
-No, no lo eres. -Acaricié su delicado rostro, pero quitó mi mano. Lo observé confundida.
-Quiero hacerlo yo primero. -Sonreí. Estiró su mano, en la cual tenía un pequeño cable que daba hacia una bolsa de sangre encima de ambos, y la colocó delicadamente en mi mejilla, haciendo que cerrara los ojos dejándome llevar por su tacto. -Tienes una piel hermosa... tú eres hermosa _____ Nicoe. -Abrí los ojos y le volví a sonreír. Cuando quitó su mano, tomó la mía y me devolvió la sonrisa.
-En serio eres hermosa. -Reí.
-Tú también lo eres.
-Bien hermosa novia, ¿cuántos años tengo y hace cuánto que estoy en este lugar?
-Tienes 17 y hace solamente algunas horas...
-¿Puedo hacerte una pregunta?
-Lo que quieras Andy.
-No es que estés desarreglada ni nada pero... ¿hace mucho que estás aquí? -Reí otra vez.
-Estoy aquí desde que llegaste, me quedé dormida en la sala de espera... y no traje ningún peine como habrás notado. -Lo hice reír.
-Igualmente estás muy bonita. -Sonreí tímida. -¿Cómo me llamo?
-Andrew Dennis Biersack.
-¿Y mi madre?
-De viaje.
-¿A dónde?
-Sabes que pareces un niño, ¿no? -Dije divertida.
-Me siento un niño, no sé absolutamente nada sobre mi, tú recierdas por mi, es horrible.
-Lo lamento. -Contesté arrepentida de mi comentario.
-No, no es nada. -Ambos nos quedamos un silencio por un minuto que se hizo eterno.
-¿No tienes hambre?
-Un poco, ¿podrías traerme alguna hamburguesa?
-Iré a casa a preparártela, no creo que encuentre un Mc.Donalds abierto a esta hora.
-Espero que seas buena cocinera _____ Nicole.
-También lo espero. Duerme un momento, trataré de ponerme bonita para ti. -Rió.
-¿Más de lo que estás? No lo creo posible. -Sentí mis mejillas sonrojarse y agaché la mirada, me paré de la silla y antes de salir volví a dirigirme hacia él y planté un dulce beso en sus labios.
-Te amo y nunca dejaré de hacerlo no importa lo que pase. -Susurré entre sus labios, me alejé de él, besé su frente, acaricié su mejilla y salí.
-¿Algún problema señorita Biersack? -Me preguntó la enfermera del otro lado del pasillo.
-No señora, solamente iré a traerle un poco de comida a Andy.
-Claro cielo, un poco de comida no le hará mal. -Me dirigió una sonrisa que le devolví y salí por la puerta de vidrio suspirando. Corrí hacia la parada del bus que se encontraba a pocos metros y logré que parara, me subí y esperé tratando de ser paciente.
Al llegar a la casa caminando algunas cuadras, abrí la puerta y tomé la llave que estaba a un lado. Corrí escaleras arriba pero oí un pequeño ruido que venía desde la habitación de mi padre. Caminé sigilosamente hacia ella y la abrí.
-Al fin te encuentro perrita del demonio...
ESTÁS LEYENDO
Jamas cambiaras (Andy Biersack y tu)
Fanfiction_____ Nicole Wells: Una chica para nada común con una vida muy difícil. 16 años, su madre murió en su cumpleaños número 13 a los 29 años. Desde ése momento su padre se ha vuelto alcohólico y jamás se ocupa de ella, jamás vuelve a la casa si no so...