Por Milena
25 de febrero del 2020,en Madrid
Puede que para muchos un día como hoy no signifique nada, puede que hayan estado celebrando un cumpleaños, iniciando un negocio e incluso preparando una maleta para ir de viaje, pero ese día en concreto marcó el día cero en la comunidad de Madrid y el principio de muchas cosas que cambiaron mi vida.
Martes, un día más de trabajo en el que despierto a las 6:00 de la mañana, tomo una larga ducha y me visto, voy a la cocina, pongo la cafetera a hacer café para luego ir a la habitación de Lucas. Entró sin hacer ruido, mi pequeño duerme plácidamente abrazado a su oso de peluche, cobijado con su manta del Real Madrid. Me acerco lentamente hasta sentarme en el borde de su cama. Le susurro una cancioncilla de buenos días que es parte de nuestra rutina, pero él muy perezoso hoy no está colaborador así que opto por mi arma secreta, el monstruo de las cosquillas.
—Ya, Mimi, detente— puso sus manos en modo de rendición, mientras trataba de apaciguar el ataque de risa que le ha provocado las cosquillas—. Ya estoy despierto.
—Más te vale, muchachito- le doy un beso en su frente—. Date un baño y ponte el uniforme— digo mientras voy hacia la puerta del cuarto—. Te lo dejé listo en el armario.
—Mimi— su voz suplicante llama mi atención y volteo—. Es muy temprano y hace frío, ¿me puedo duchar después de que regrese del cole? — junta sus manitas a modo de súplica.—Porfis.
— Está bien. — No es que sea blanda, pero me ha puesto la mirada del Gato con Botas a la que no se le puede negar nada. — Pero te lavas bien la cara y los dientes— le advierto, a lo que él responde con un saludo militar.
Lucas tiene 6 años, el mejor hijo del mundo, muy aplicado en la escuela, cariñoso y le gusta ayudar a los demás. Físicamente castaño, ojos verdes, tez blanca, cuando ríe se le forman hoyuelos en sus mejillas, es demasiado alto para su edad, cada vez que voy a comprarle ropa siempre termino con tallas para 1 año mayor.
Lucas no es mi hijo biológico, es mi sobrino, mi hermana murió hace 4 años, es una historia que ahora no voy a contar y desde entonces yo tengo la guarda y custodia del pequeño rompecorazones. Es el motor que ha impulsado mi vida en los momentos en que he pensado rendirme, el ancla que ha mantenido mis pies en la tierra. Se podría decir que lejos de yo cuidar de él, él ha cuidado de mí.
Entró a la cocina nuevamente, el olor a café recién hecho llena el lugar y me encanta, no concibo empezar mi día sin mi buena dosis de cafeína. Busco todo para preparar waffles, mientras doy un sorbo a mi taza de café, en casa tenemos un menú para cada día de la semana en especial en el desayuno, ya que en el almuerzo yo estoy en el trabajo y Lucas en la escuela. La cena depende de si llego a tiempo para hacer algo especial, casi siempre hago algo rápido por el tiempo justo, o de vez en cuando pedimos comida a domicilio que incluye pizzas y hamburguesas.
Veo a mi hombrecito entrar en la cocina e ir por los vasos, los cubiertos y el jugo a la nevera, cuando dispone de todo en la isla para desayunar, se sienta en un taburete y espera a que ponga los waffles con tocino y queso crema.
—Hoy vamos a una excursión con la clase y miss Lucia —me comenta, mientras unta el queso en su waffle.
—Recuerda que la abuela pasará por ti al cole, hoy me toca un turno de 24 horas en el hospital. —Mi madre ha sido de gran ayuda, insistió en tener a Lucas con ella, pero al final comprendió que con un adolescente en casa es más que suficiente como para agregar a un niño pequeño.
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Para mi eres Perfecta
FanfictionEn el corazón de Madrid, dos almas destinadas a cruzarse se encuentran en medio de una pandemia global. Marco Asensio, la estrella del Real Madrid, ha estado luchando contra una lesión que amenaza su carrera. Pero cuando el Covid-19 llega a la ciuda...