Por Marco
Miré a Milena con una mezcla de asombro y ternura. La revelación sobre su pierna amputada no cambia en absoluto mi sentimientos. En lugar de verlo como una imperfección, la considero aún más especial. Me acerco a ella, sosteniendo su mano con suavidad.
—¿Por qué no me contaste?
—No lo sé, supuse en un momento que te habías dado cuenta, después vi que no, me tratabas como una chica normal sin discapacidad— sus ojos me miran cargados de emociones y dudas.— Me haces sentir única, volví a ser la chica de 5 años atrás, me aprendiste a conocer por quien soy y no por lo que aparento, temía que me miraras como lo haces ahora.
—¿ Según tu como te miro Milena?
—Con lástima, sientes pena por mí— su mirada abandona la mía y se pierde en lo oscuro de la noche.
—Tú no eres digna de lástima— toco delicadamente su rostro entre mis grandes manos para que me vea, porque es muy importante lo que voy a decirle. —Eres digna de admiración, al tomar esa decisión salvaste tu vida y te has hecho cargo de un niño, y por lo poco que vi lo has educado muy bien. Terminaste tu universidad, ayudas a los necesitados, has puesto en riesgo tu salud ante el llamado para combatir el virus. Yo solo puedo ver a una chica perfecta, el físico es lo de menos, tu Milena eres perfecta para mí.
En se momento, no me pude resistir. Mis labios estaban muy cerca de los de ella, y la besé. Fue un beso lento pero lleno de deseo, que sabía a gloria.
Cuando nos separamos para tomar aire. Milena parece abrumada por mis palabras. Las lágrimas llenan sus ojos mientras asiente. La abrazo con cuidado, tengo miedo de que si la aprieto se rompa entre mis manos y en ese momento, ambos sabemos que hemos encontrado algo especial entre nosotros.
—Marcos yo...
—Te amo— ya lo dije.—He recorrido medio Madrid para decírtelo, y el hecho de saber tu verdad no me hace cambiar de opinión, al contrario— limpio con mis pulgares las lágrimas que brotan de sus ojos y beso sus labios por un instante, haciendo que ella sonría. —Me importas tu como persona, y como soy a tu lado, quiero hacerte feliz, compartir juntos nuestras alegrías y penas, fuera de ahí no me importa nada más, yo amo tu alma, no al recipiente que la contiene.
— Yo también te amo— eso era todo lo que quería oír.
Mi corazón dio un vuelco ante su confesiones. Mi alma se llenó de alegría, como si no pudiera creer lo que estaba escuchando. La emoción me inundó por completo, y mi sonrisa se hizo más amplia.
—Ahora que todo está aclarado, me puedes decir que te pasó.—Me mira algo confundida.
—Nada de que preocuparse unos días sin la prótesis ortopédica y estaré bien.
—Estás segura— ella lo confirma con la cabeza. —Vale, ahora debo irme, mi novia debe descansar— la cargo en mis brazos, y ella rodea con los suyos mi cuello.
Sostiengo a Milena en mis brazos, sintiendo su calidez y la suavidad de su piel. La emoción me embarga mientras la miro a los ojos, y en ese momento, todo lo demás desaparece. El amor que siento por ella es demasiado profundo.
—¿Cómo que tu novia y qué haces? —pregunta Milena, con una sonrisa en los labios.
—Cariño, después del beso que te acabo de dar y de la aventura que me he trazado para encontrarte y confesar mi amor, te declaro oficialmente mi novia, a menos que no quieras —respondo, con una mezcla de nerviosismo y esperanza.
—Claro que quiero ser tu novia —dice Milena, acercándose a mi para otro beso tierno y lento. La sostiengo aún más cerca, sintiendo su corazón latir contra el mío.
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Para mi eres Perfecta
FanfictionEn el corazón de Madrid, dos almas destinadas a cruzarse se encuentran en medio de una pandemia global. Marco Asensio, la estrella del Real Madrid, ha estado luchando contra una lesión que amenaza su carrera. Pero cuando el Covid-19 llega a la ciuda...