En el corazón de Madrid, dos almas destinadas a cruzarse se encuentran en medio de una pandemia global. Marco Asensio, la estrella del Real Madrid, ha estado luchando contra una lesión que amenaza su carrera. Pero cuando el Covid-19 llega a la ciuda...
Acabo de terminar mi examen final de semestre de la facultad de medicina. Estoy recogiendo algunas cosas, pues en unas horas vuelo a Tenerife para el cumpleaños número tres de Lucas, mi sobrino. Anna no ha parado de hablar de todos los planes que tiene para celebrarlo.
Escucho el claxon del automóvil de Raúl, me asomo por la ventana de mi residencia estudiantil para ver a mi familia, la cuales se compone de mi madre, mi padrastro y mi hermanito menor.
Por orden de edad Anna tiene 25, yo soy la del medio con 19 y Teo tiene 14 años. Todos vivimos en Madrid, excepto mi hermana que tiene un buen trabajo como gerente general en un hotel en Tenerife.
—Felicidades mi niña, ya queda menos para tener una doctora en la familia. —dice Raúl bajándose del auto para ayudarme con la maleta.
—Gracias papi, ¡estoy muy feliz!—Raúl es mi padrastro, se casó con mi madre cuando tenía 2 años, es la única figura paterna que conozco porque cuando mi padre se largó de casa, mi madre aún no sabía que estaba embarazada de mí, así que llevo el apellido de Raúl.
— Se nota cariño. — Raúl me estrecha entre sus brazos y deja un beso en mi cabeza.
—Vámonos que se nos va el avión—dice Teo desde el interior del auto asomándose por la ventanilla, mientras se saca un audífono de su oreja, este niño no puede vivir sin la música —. Mili de verdad felicidades por tus notas.
—Estoy muy orgullosa de mis niños— dice mi madre. —Soy la madre más afortunada del mundo.
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Nada más llegar a Tenerife veo a mi hermana con el pequeño que mira con los ojos muy abiertos a la multitud que sale por la puerta del aeropuerto. Antes de que mi madre se adueñe de él corro y lo tomo en brazos y le comienzo a besar sus mofletes regordetes, provocando que a Lucas le dé un ataque de risa.
—Mimi, te extrañe—dice el chiquitín.
—Yo también—vuelvo a besar sus cachetes. — La tía le trajo un regalo al niño del cumpleaños.
—Es el cumpleaños de Lucas.
—A verdad, aquí tienes—digo entregándole un oso de peluche blanco con el uniforme de Real Madrid.
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