Por Milena:24/ mayo/2021
Nada más llegar al hospital me encuentro con un caos, están siendo guardias muy duras porque a pesar de que te dejas la piel y el alma ves que todos tus esfuerzos no sirven para nada y la gente sigue muriendo, pues no hay recursos para salvar a todos.
Me siento abrumada al volver al trabajo durante la pandemia. Aunque mi compromiso es inquebrantable, la carga emocional y física es intensa. Sin embargo, siento el impulso a seguir adelante.
Deisy está en mi turno, su apoyo y compañía es fundamental en estos momentos difíciles. Juntas, encontremos fuerzas para enfrentar el turno y brindar atención a quienes más lo necesitan.
Siguen llegando casos de contagiados algunos son confirmados y por encontrarse estables son enviados a sus casas para que pasen la enfermedad con un cartapaso de retrovirales e indicaciones. A estás alturas ya España por cada 100 mil personas solo hay 10 camas de cuidados intensivos, se reutiliza material quirúrgico desechable y ya superamos el millón de muertes por la pandemia.
Mi móvil ha quedo sin batería, por lo que no puedo llamar a casa en el horario de la comida. Vamos a la cafetería por nuestro termo y nos encerramos en mi consultorio a comer.
Ninguna de las dos habla, acaba de fallecer un paciente y siempre nos queda la duda de si pudimos hacer más.
— Deisy, ¿alguna vez te has preguntado cómo sería nuestra vida si no estuviéramos aquí, en la primera línea de esta batalla? — digo rompiendo el silencio, para después tomar un sorbo de café.
— Milena, todos los días.— Sonríe y se apoya en la mesa—. Pero también sé que estamos donde debemos estar. ¿ Recuerdas aquel primer caso?
—Claro, fue en aquel turno agotador.— Asiento— Sentía un miedo que me moría, hasta que llegaste tú, con tu energía inagotable, y yo, tratando de mantenerme en pie.
— Amiga mía yo creo que hasta me cagué encima, nadie se dió cuanta por la mascarilla — reímos a carcajadas.— Pero luego vi cómo te enfrentabas a cada desafío con valentía. Tu discapacidad nunca ha sido una barrera para ti y me dije, si ella puede yo también.
— Ayer Marco y yo discutimos — Deisy me mira como si me hubieran salido 2 cabezas—. No quería que me expusiera tanto. Pero luego, cambió de opinión. Nos enamoramos en medio de la crisis.
— Marco es un buen hombre — dice con cariño .—Te protege como un león. Y tu familia, también te adora.
— Es lo que me mantiene fuerte. Mi familia, tú, Marco y Lucas— digo con emoción.— Todos somos un equipo. Cuando llamaba a casa después de un turno agotador, Lucas me dicía: “Mami, eres mi heroína”. Eso me llenaba y me sigue llenando de energía.
Deisy levanta su taza de café y se seca los ojos.
— Por nosotras y por todos los pacientes que confían en nosotras. ¡Salud!
Nuestros localizadores suenan y salimo disparadas a la UCI. La noche fue realmente larga y agotadora, pero al mismo tiempo favorable pudimos pasar a algunos pacientes por fin a sala, pero al momento todas las camas se volvían a llenar.
Para la hora de la cena han llegado los chicos que nos van a sustituir para tomar un descanso de al menos dos horas, Deisy, Luna, Diego y yo nos vamos al dormitorio de médicos donde me tiro agotada en la litera y al fin se me es permitido descansar. Decido llamar a la casa, busco el número de Marco en mi teléfono. Se ofreció para cuidar a Lucas y ellos dos cada vez se entienden mejor.
—¡Hola, amor! ¿Cómo estás? — su voz cálida al otro lado— ¿Cómo ha sido tu día en la trinchera?
— ¡Hola, amor!— suspiro—Intenso, como siempre. Hemos tenido más casos, más pacientes luchando por respirar. Pero también hemos tenido pequeñas victorias. Un abuelito que venció al virus y salió sonriendo. Esas son las que nos mantienen en pie.
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Para mi eres Perfecta
FanfictionEn el corazón de Madrid, dos almas destinadas a cruzarse se encuentran en medio de una pandemia global. Marco Asensio, la estrella del Real Madrid, ha estado luchando contra una lesión que amenaza su carrera. Pero cuando el Covid-19 llega a la ciuda...