Después de que la pelirrosa abandonara el lugar incómoda —lo que era completamente justificable—, la charla se desarrolló normal. Kyojuro había tratado con cariño a Sofía y le había mostrado que todos esos rumores que habían sobre él era ciertos. Era un hombre apasionado, vivaz y sincero. No fue tan difícil hacerse pasar por enamorada.
Sofia debió darle el parte a su madre, informarle que todo iba de acuerdo a su diabólico plan, porque si, la cabeza lidereante de ese matrimonio era Letizia; una mujer decesperada por conseguir la riqueza de los Rengoku, una madre lo suficientemente despiadada como para vender a su hija, un ser humano despreciable. La amabilidad de la protagonista le impedía ver esto, ella no podía distinguir más allá de su mamá fingiendo preocupación por ella, su familia y su futuro; al fin y al cabo, nosotros cerramos nuestros ojos y solo los abrimos hacia lo que queremos observar, lo demás, pasa desapercibido.
—¡Bendito sea el apellido de tu padre! —exclamó la mayor con alevosía, sin ocultar su entusiasmo con aquello.
—Tal parece que fue lo único bueno que dejó, mamá —siseó Sofia, apartando su rostro de desaprobación.
Se encontraban en su camarote, uno de muy alta clase, de los más lujosos del Titanic, cortesía de Kyojuro. Estaban solas, desempacando y deshaciendo las maletas. Letizia bailaba por todo el lugar con uno de los vestidos de su hija, alegre y tarareando una canción. La menor se encogió de hombros al observar aquello.
—Venga hija, muéstrate más feliz —le dijo, deteniéndose —. ¿No ves que vas a arreglarnos la vida?
—Entregándole la mía a alguien que no amo —conestó decaída, agachando su rostro. Con el tiempo había aprendido a no llevarle la contraria ni replicarle a su progenitora, nunca funcionaba.
—Oh, no digas eso mi niña —se acercó a ella, para tomar sus manos y alzar su barbilla —. Kyojuro es un hombre auténtico, estoy segura de que te enamorarás de él con el tiempo, así como él lo hará contigo, porque tú también eres auténtica.
—Podríamos darnos un tiempo, conocernos, todo esto es tan repentino, a penas lo conozco —razonó, soltando un amplio y decesperado suspiro.
—No tenemos tiempo, tu padre nos dejó demasiadas deudas, tu compromiso es la única opción que poseemos para saldarlas y vivir cómodamente —respondió en tono comprensivo, acariciando sus cabellos.
—Trabajar también es una opción —soltó al borde de las lágrimas, sabiendo que ella jamás cedería.
—¿Quieres que tú madre pase años trabajando para pagar las deudas de tu padre? ¿Te parece justo? ¿Crees que merezco eso? —inquierió una y otra vez, sin darle tiempo a hablar.
—¿Y si es justo que yo me case con un hombre al que no amo? —cuestionó la muchacha.
—Empezaré de costurera en una tienda por mi apellido, alguien se apiadará de mí. Luego, por mi falta de experiencia terminaré en la calle, teniendo que aceptar trabajo en un bar de borrachos, otra vez siendo degradada. Volveré a acabar sin empleo cuando rompa toda la vajilla del lugar y, sin escapatoria, me veré en la necesidad de vender mi cuerpo —relató con templeza, rudeza y seriedad —. ¿Sacrifico toda una vida y la de tu hermano por tu felicidad?
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ʟᴀ ᴘʀᴏᴍᴇᴛɪᴅᴀ ᴅᴇ ᴋʏᴏᴊᴜʀᴏ |•ᴛᴀɴᴊɪʀᴏ ᴋᴀᴍᴀᴅᴏ|• ✓
Fanfiction➢ "La historia como nunca te la han contado". Mas de mil doscientas personas arriban al RMS Titanic con el objetivo de llegar a Nueva York; de ellas sobreviven mucho menos de la mitad tras el naufragio ocurrido. Todos conocen la trágica historia del...