Sofía corría incrédula por los alrededores del barco, indagando en cada esquina, esperando encontrar a Tanjiro. Esa mañana el chico no había dado señales de vida, ni se había comunicado con ella, ni siquiera le había enviado un mensaje, y para la castaña aquello representó una no muy grata sorpresa. Generalmente era el Kamado quien daba el primer paso para cualquiera de sus acercamientos, quien velaba constantemente a sus alrededores y quién aparecía de la nada para alegrar su día; sin embargo, hoy aparentaba haber desaparecido, ya había pasado la hora del almuerzo y ni siquiera estaba entre la muchedumbre, más que decepcionada estaba preocupada. Sabía que aquello seguramente era una de las jugarretas de su madre, y ya había intentado hablar con ella al respecto, pero Letizia tampoco aparecía por ningún lado, que casualidad que ambos hayan desaparecido a la vez. Por el momento solo podía seguir buscando con la esperanza de que todas sus malas corazonadas estuvieran erróneas.Se hayaba agitada, con las gotas de sudor descendiendo por todo su cuerpo, la respiración se le entrecortó y tuvo que detener su paso para tomar una calada de aire. Se agachó y apoyó ambas manos sobre sus rodillas, relajó sus hombros, inhaló y exhaló unos segundos; mas sabía que aquel descanso no duraría porque no quería perder ni un solo segundo de búsqueda. Se reincorporó después de decidir no detenerse nuevamente hasta ver a Tanjiro y, justo cuando iba a comenzar a correr, la voz de un chico se lo impidió.
—¡Sofía! —gritó decesperado alguien detrás de ella, al parecer no tenía vergüenza de lo que pensara la gente de alta clase.
La castaña se giró en el lugar para encontrar a un rubio con un peinado extraño, tenía los ojos color amarillos-dorados y una tez más blanca incluso que la de ella. El desconocido vestía elegante sin embargo se veía de lejos que no era rico. ¿De dónde le sonaba? Ah, si, uno de los violinistas del barco.
—¿Si? —inquirió ella. No quería sonar desagradable pero sin duda no fue el caso, se mostró con voz arisca y cortante. No era su culpa, estaba apresurada, ni siquiera había probado bocado desde el desayuno.
—Mi nombre es Zenitsu, no me conoces pero yo a tí si —dijo, colocándose frente a la chica, él también necesitó esa calada de aire que ella había estado buscando.
—Parece sacado de una novela romántica, o de un libro de terror —comentó ella, soltando una risita. Trataba de enmendar lo maleducada que fue antes.
—No hay tiempo para esto. Tanjiro está en la cabina del capitán, hace unas horas una mujer, tu madre, apareció ante nosotros alegando que era un delincuente, se lo llevó la seguridad del barco. Intenté detenerlos, pero al parecer si no soy dueño de un buen apellido mi opinión no vale. Pensé que a lo mejor tu podrías hacer algo —resumió, tociendo levemente.
—¡No puede ser! —exclamó horrorizada, llevando ambas manos a su boca. Trataba de procesar toda esa información, y cuando lo hubo hecho, supo que debía actuar rápido—. Me disculpo si mi madre fue descortés o cínica con usted, muchas gracias por la información —soltó, recuperada, haciendo una pequeña reverencia.
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ʟᴀ ᴘʀᴏᴍᴇᴛɪᴅᴀ ᴅᴇ ᴋʏᴏᴊᴜʀᴏ |•ᴛᴀɴᴊɪʀᴏ ᴋᴀᴍᴀᴅᴏ|• ✓
Fanfiction➢ "La historia como nunca te la han contado". Mas de mil doscientas personas arriban al RMS Titanic con el objetivo de llegar a Nueva York; de ellas sobreviven mucho menos de la mitad tras el naufragio ocurrido. Todos conocen la trágica historia del...