Tanjiro y Sofía caminaban por los pasillos de la cubierta uno al lado del otro, dedicándose fugaces miradas y sonrisas tontas cada dos segundos; el sol se estaba poniendo en el horizonte, bañándolos con hermosos colores naranjas; el tranquilizante sonido de las aves surcando el cielo, el bullicio producido por las palabras de otras personas y las mareas chocando contra el metal del Titanic eran lo único que se escuchaba. Habían pasado un día maravilloso, pero lamentablemente era la hora de decir adiós, al menos por ahora.—Lo siento, Tanjiro, le prometí a mi hermano que cenaría con él —se disculpó la castaña, adelantándose ligeramente para poder encararlo, logrando de este modo detener su paso.
A tan solo unos metros se encontraba Edward, observándolos con una sonrisa. Sofía no sonreía de ese modo desde hacía años. A su modo de pensar ella parecía un canario, uno que había estado encerrado en una jaula durante años, obligado a cantar la canción que su dueño prefería, en completa soledad y sumido en la tristeza; pero ahora estaba libre, alguien —Tanjiro— abrió su jaula y la estaba animando a entonar la más alegre de las melodías. Aunque una parte de él estuviera aterrada por la idea de verla partir lejos, la otra estaba desbordante de alegría al saber, que por lo menos, sería feliz y volaría con alguien que la apreciaba, porque podía ver en esa mirada borgoña, que aquel jóven estaba enamorado hasta las trancas de su hermanita.
—No te preocupes —Tranqulizó el de cabellos rojizos, colocando ambas manos sobre los hombros de la muchacha. Le dedicó una sonrisa sincera y besó su mejilla lenta y dulcemente —. Yo también tengo una hermana y lo entiendo. Me gustaría llevarte conmigo y no soltarte nunca, pero entiendo que tienes familia, incluso a mí me agradaría pasar tiempo con mi hermana.
El tono melancólico que empleó para decir esa última oración, la expresión tranquila y reflexiva en su rostro y el destello de amor que reflejaban esos ojos solo hicieron que Sofía ensanchara su sonrisa, embelesada por esos sentimientos que él profesaba por Nezuko desde que se conocieron. A veces, en sus conversaciones, la menor de los Kamado salía a bailar, Tanjiro le contaba de todo un poco; sus aventuras de niños, los regaños que recibían, como cuando fue creciendo tuvo que volverse más responsable y empezar a trabajar para ayudar en la casa y su hermana le reprochaba por eso, y como cuando murieron sus padres y hermanos tuvo que apañárselas para mantenerla.
—La quieres mucho, ¿verdad? —inquirió, y aunque se tratara de una pregunta, no había ni una pizca de duda en esas palabras.
—La amo —corrigó, posando su vista en el cielo que se podía ver más allá de las columnas y rejas. Sus ojos resplandecieron por el reflejo del sol —. Es mi pequeña, la vi nacer, dar sus primeros pasos, decir sus primeras palabras, crecer, la vi enamorada por primera vez y la vi llorar por un desamor también. He visto cada una de las cosas que le han sucedido, o bueno, lo había hecho hasta que me fui, por eso quiero regresar, no quiero perderme más nada, deseo volver a verla sonreír. Mamá siempre me dijo que cuando ya no quede nada ni nadie, siempre tendremos a los hermanos, que incluso cuando toda la familia se haya ido, cuando el mundo nos de la espalda, siempre nos tendríamos los unos a los otros, y que sería muy egoísta de su parte haberme tenido solo, porque Nezuko me ayudaría a caminar por el mundo.
—Eso es muy lindo —Depositó una de sus manos sobre otra que se hayaba descansando en su hombro desde hacía minutos, y con cariño acarició el dorso de esta, sin dejar de divisarlo ni un segundo.
—Bueno, encontré otra persona con la deseo estar. Me he perdido mucho de tu vida, pero quiero poder estar en lo que resta —Ahora, dirigió sus orbes a los de su receptora y aguantó la mirada sin vacilación alguna, sonriendo —. Puede que me haya perdido tus primeros pasos, pero quiero ver tus primeras arrugas; y puede que no haya escuchado tus primeras palabras, pero quiero estar ahí cuando digas las últimas; puede que no conozca a tu primer amor, pero espero ser el último.
—Haremos millones de cosas juntos —respondió, moviendo la cabeza con orgullo. Segundos más tardes dejó escapar una risilla, mientras se recogía un mechón de cabello tras su oreja, el maldito viento haciendo de las suyas—. Te prometo que de ahora en adelante haré mi mejor esfuerzo por demostrar que las palabras de tu madre no son del todo ciertas, porque yo estaré ahí incluso cuando el mundo te de la espalda.
—Y yo te prometo que mientras lo haces jamás te soltaré.
Sofía se puso de puntillas y apresó el rostro del varón entre sus finas manos, tallando con sus dedos cada curva de las mejillas que mantenía en cautiverio.
Sin hacerse de esperar, dedicando solo unos instantes a divisarla, tan hermosa y fuerte como una flor, Tanjiro juntó sus labios, en un roce audaz y pasional. La abrazó por la cintura y se atrevió a acercarla a él mientras exploraba su espalda, removiendo aquellos cabellos que la brisa no hacía danzar. Degustaba el exquisito sabor que había descubierto en la boca de aquella dama, jamás se había visto en la necesidad de besar a ninguna mujer, pero Sofía era capaz de despertar esos instintos masculinos que llevaba en su interior.
Estubieron así un rato, no lo querían, pero tuvieron que separarse. Más de una persona curiosa observó como los amantes se decían adiós sin palabras, solo con una sonrisa gigante y honesta.
Kamado sintió que alguien se colocaba a su lado y suspiraba, inmediatamente supo de quién se trataba, sin necesidad de girarse.
—Esa chica de verdad te trae loco, escuché que su compromiso con Kyojuro Rengoku fue anulado —comentó el rubio, encogiéndose de hombros —. Que envidia, ella es muy bella.
—Pues si, no se quería casar, lo supe desde que nos conocimos —contestó, aún medio sonso por lo anterior.
—Supongo que tenías razón. ¡Que suerte tienes! ¿Me puedo casar con Nezuko? Por tu foto parece muy bonita. Podríamos hacer doble boda, tú y Sofía y yo y Nezuko —ofreció, esperanzado.
—Zenitsu, deberías dejar de buscar una esposa y empezar a buscar el amor —aconsejó Tanjiro, para darle un golpecito en el pecho en modo de apoyo y comenzar a alejarse.
.
.
.Palabras del autor:
Bueno, aquí traigo un capítulo un poco más rápido.
Lo siento, en mis libros tiene que verse reflejado el amor de Tanjiro hacía Nezuko y el de Zenitsu hacía Nezuko uwu
Ahora sí, prepárense porque se acabó la tranquilidad, Letizia hará de las suyas y luego... Bueno pos... Iceberg ha entrado en el chat.
Recuerden seguirme en mi Twitter: Mio_Uzumaki, donde estaré publicando cositas de mis historias, adelantos, dibujos, etc.
Si te está gustando la historia vota y comenta para que llegue a más personas ~(˘▽˘~)(~˘▽˘)~
Lean comiendo palomitas ( ̄ω ̄)🍿
~Sora.
ESTÁS LEYENDO
ʟᴀ ᴘʀᴏᴍᴇᴛɪᴅᴀ ᴅᴇ ᴋʏᴏᴊᴜʀᴏ |•ᴛᴀɴᴊɪʀᴏ ᴋᴀᴍᴀᴅᴏ|• ✓
Fanfiction➢ "La historia como nunca te la han contado". Mas de mil doscientas personas arriban al RMS Titanic con el objetivo de llegar a Nueva York; de ellas sobreviven mucho menos de la mitad tras el naufragio ocurrido. Todos conocen la trágica historia del...