C#05: Las sirenas exiten.

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Me duele la entrepierna, juro que siento que este maldito traje de baño me está cortando la circulación, y eso no es nada lindo. ¿Qué esto le entra a Excel? Pura mierda. Es un mentiroso, de seguro me dio esto para burlarse.

—Lindo trasero—Comenta uno de los idiotas de mis compañeros. Típicos inútiles que malgastan saliva en estupideces—. ¿Me dejas comer un poco de ese manjar, lindura?

—Muérete, maldito pervertidos. —digo entornando los ojos, irritado—. ¡¿Y ustedes que demonios miran?! Si tanto les gustan los pitos, pues ¡chupen el de ese depravado!—gruño en dirección a mis compañeros, también señalo al idiota de hace un momento, el cual se nota avergonzado por mis palabras.

Estos idiotas sin cerebro. ¿Quieren burlarse de mí? Bueno, pueden intentarlo, ya veremos qué tal les va.

Cubro la mitad de mi cuerpo con mi toalla, salgo del vestidor bajo la risa y burla de algunos de mis compañeros, los demás no le dan relevancia al asunto.

—Hola, Noren.

—¿Qué haces aquí? O una mejor pregunta, ¿Qué quieres?—Una sonrisa se desliza por sus labios rosados.

—Solo vine a ayudarte. —Me extiende un short—. Seguro que con esto te sentirás más cómodo.

—Gracias. Aunque no te he pedido nada.

[...]

Los chicos ya han hecho las pruebas, pero no he tocado el agua, mi cobardía ganó esta batalla. Ahora mismo me encuentro sentado viendo como todos se marchan en dirección a los vestidores.

—Eres extraño. —presto atención a las palabras de Maya, la cual está sentada junto a mí. Aparecer de la nada es su especialidad—. Veo el deseo en tus ojos, ese que grita “Agua, agua y más agua” pero también hay miedo y resistencia. ¿Tienes algún trauma?

—No fastidies con preguntas que no tengo interés en responder.

—Qué gruñón.

—Igual te gusto. —digo sin intención de coquetear, solo lo digo porque es verdad.

—Amo a mi novio, pero admito que tienes algo que me llama la atención.

—No tengo interés en saber qué es eso. —Estoy a punto de levantarme e irme cuando me sostiene por la muñeca, giro en su dirección, algo extraño le sucede a sus ojos—. Sirena… —murmuro sin darme cuenta, arrugo mi entrecejo y me suelto de su agarre.

—¿Cómo es que sabes que soy una sirena? —inquiere, pasmada.

—Ahg—Chasqueo mi lengua, esta chica me está jodiendo los cojones—. ¿Por qué demonios me preguntas eso?—Me levanto molesto de mi asiento—¿Crees que con esto ganaras algo conmigo? Porque te aseguro que no es así. Que seas una rara no es mi asunto.

—Ya que viste mis ojos… Solo te pido que guardes el secreto, por favor. —Se levanta y toma mis manos.

—. ¡¿Por qué demonios...Crees que lo haré?!—Intenta besarme, pero no la dejo, hacerme el duro es lo mejor en este momento. Además es una ¿sirena? No se que puedan provocar sus besos.

—Guarda el secreto por favor. —Sus jadeantes palabras me hacen querer azotarla una y otra vez sobre una cama, es que se ve muy caliente luciendo así… desesperada—. ¿Qué obtendré a cambio?—Abro mis ojos, su rostro totalmente sonrojado me es adorable, muerde su labio inferior.

— Lo que quieras. —Empiezo a ver sus ojos cristalizarse, y eso me jode.

—Lo que ahora quiero es que salgas de mi vista… vete si vales la pena como para no decir nada—La empujo con mi hombro y me pierdo vestidores adentro.

Me fastidia saber que hay gente tan ingenua como ella… Ni siquiera me importa que sea diferente, tampoco quiero algo, simplemente estoy molesto porque debo agregar este momento a los muchos insólitos que he pasado durante mi vida.

[...]

—¿Pudiste entrar en el equipo?—Relamo mis labios

—No. —Suelto sin dar vueltas—No me aceptaron porque no soy lo suficientemente bueno para ellos. —Miento, ni siquiera entre en el agua.

—¿Me estás mintiendo?—La veo cruzarse de brazos.

—Cree lo que quieras—Salgo de la cocina donde degustaba un rico helado, ahora el pobre me hará indigestión por culpa de mi querida hermana.

Llego a mi habitación, puedo oír reír divertido al niño que alegra mis días, no sé como esa hermosa criatura salió de dos bestias como lo son sus padres, sonrío al oírlo reír más fuerte.

—¡Tío Nono!—Me sobresalto ante el grito del pequeño.—Ayúdame, ahí viene—Lo tomo entre mis brazos, encoge su cabecita en mi cuello.

Sonrío al verlo tan alegre.

—¡Grrrr!—Llega Excel de un salto a la habitación, haciendo que el pequeño ría a carcajadas, no les mentiré, me es adorable por completo esta escena.

—¡Noren te buscan afuera!—El grito de mi hermana no es para nada sutil.

Suspiro exhausto, hoy ha sido un día realmente largo.

*Maya*

—Eres una maldita idiota—Entorno mis ojos—Tienes bien merecido lo que te sucedio, idiota.

—¿Quieres callarte? Trato de pensar en cómo haré que ese tío guarde el secreto—Relamo mis labios, no debí mostrarle mi verdadera cara.

—Eres una tonta si crees que Noren va a sentarse a dialogar contigo. —Odio admitir que la muy perra tiene razón.

—¿Qué sugieres entonces?—Coloco un poco de labial color durazno en mis labios.

—Tenemos que ahogarlo.

—No estamos en el siglo 19, además, ¿no sabes de quién se trata...? Es Noren.

—Entonces lo obligamos a que no diga nada. —Ese brillo macabro en sus ojos me hace sonreír.

[...]

—Eh. Hola ¿Está Noren en casa?.

—¿Quién lo busca?—Ya veo de donde Noren sacó su carácter.

—Somos sus compañeras de clase, vinimos a hablar con él.

—¡Noren te buscan afuera!—grita.

No pasaron ni veinte minutos para cuando Noren ya volaba por los aires de los pasillos de este edificio.

—Si dices algo te convierto en sándwich de atún ¿Entiendes, cariño?—Hay veces en la que me siento orgullosa de tener a Korah como prima.

—Eres una maldita perra loca. —escupe Noren contra la pared.

—Gracias, me lo dicen a diario, ahora si dices algo, voy a picarte en pedacitos y jugar tenis con tus pelotas. —Ahora Noren está en el piso, recuperando el aire que perdió cuando Korah lo estampó contra la pared.

*Noren*

—Ésta me las pagaran—digo sosteniendo mi costilla izquierda, creo que tendré un gran hematoma.

—Vete a la mierda, niño bonito.—La de cabello rizado se pierde una vez el ascensor llega.

Puedo ver como la rubia se acerca hasta mí, toma mi rostro y estampa sus labios contra los míos, muerde levemente mi labio superior, nos separamos tras unos segundos, no dejo de mirarla mal—. No quise recurrir a esto, pero no me dejaste opción. Solo quise mostrarte mi verdadero rostro, no pedí nacer así, pero esto es lo que soy.

Me jode que tenga razón, sin embargo haberme hecho esto tendrá consecuencias.

— L-Lo siento. —Me quejo por el dolor.

—Tranquilo, para mañana estarás bien, los besos de sirenas pueden sanar lo que sea.

—Créeme, te vas a arrepentir de haberme curado. Pero gracias.

||Rhen||

Nuestro reflejo en el mar.©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora