Mala idea

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Haber conseguido el trabajo que tanto anhelaba le hacía sentirse nostálgica, había estudiado mucho para lograrlo y a medio año luego de su graduación por fin obtuvo un puesto como profesora en una buena universidad.

Jennie aún recordaba el primer empleo que tuvo. Una familia la contrató como niñera para su pequeña hija de diez años, en ese entonces la castaña tenía tan solo quince años de edad.

Lidia, pensó Jennie, creyendo que ese era su nombre. La pequeña niña estaba en primaria, pero pasaba la mayor parte del tiempo sola debido a que sus padres tenían que trabajar mucho, siempre estaban de un lado a otro y era poco el tiempo que destinaban a su hija, aunque no por eso dejaba de ser un rato de calidad.

Los señores le habían ofrecido cuidar a la pequeña a cambio de recibir algo de dinero, se preocupaban por el hecho de que su hija podría sentirse sola, entonces pensaron en que Jennie podría hacerle algo de compañía.

La castaña no pudo negarse a la propuesta, después de todo estaba buscando un trabajo y ellos se lo estaban dando, además de que la paga era bastante buena, lo que era muy importante para Jennie, ya que intentaba ahorrar algo de dinero.

Al principio, la hija de los Manoban, se mostraba algo tímida, pero con el paso de los días fue abriéndose más y terminaron por llevarse realmente bien. La pequeña rubia era muy alegre y divertida, todo el tiempo estaba con su cabello alborotado, corriendo y jugando por todas partes; esto hacía que Jennie amara su trabajo, pues no resultaba ser una carga para nada.

Kim estuvo al lado de la pequeña Manoban durante tres años, esta última ya contaba con la edad suficiente como para cuidarse por sí misma, aunque de cierta manera ya era capaz de hacerlo desde mucho antes; además con la universidad, clubes y acreditaciones el tiempo de la mayor se redujo, por ende no le quedó de otra más que renunciar.

Había un momento en particular que la castaña recordaba a la perfección. Las chicas se encontraban viendo una película, fue entonces que apareció una escena en donde los protagonistas declaraban su amor el uno al otro...

* Flashback *

—Cuando sea mayor, ¿podemos casarnos? —la pequeña de diez años preguntó inocentemente.

La mayor la miró con ternura, era demasiado linda.

—Claro que sí, pequeña —acarició su cabeza y respondió siguiéndole el juego.

—Promesa —la menor extendió su pequeño dedo meñique hacia la castaña.

—Promesa —terminaron por enlazar sus dedos sellando aquel juramento.

* Fin del flashback *

Esa misma tarde la niña pasó el resto del día pegada a la más grande, estaba muy emocionada por su "compromiso", eso era lo que la niña decía mientras sonreía enormemente.

Jennie dio un último vistazo a las afueras del campus y finalmente se decidió por entrar. El instituto era bastante grande; estaba conformado por diversos edificios de distintas áreas de estudio, entre ellos el de ciencias, artes y humanidades, ingenierías, y administración y negocios.

Caminó en dirección al edificio de artes, su especialidad era la música, por lo que era la clase que debía impartir.

En el aula que había sido asignada para Jennie solo se encontraban tres estudiantes, aún quedaba algo de tiempo para que los demás comenzaran a llegar. Kim saludó y dejó sus pertenencias sobre el escritorio, aprovecharía los minutos que restaban para el inicio de la clase y se pondría a organizar algunos materiales.

A Little Bit Of Jenlisa - One ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora