¿Quieres besarme?

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Llegar a casa y encontrar la puerta llena de regalos y un montón de tarjetas era de lo más casual para mí, desde que ingresé a la universidad ocurre esto, no hay ni un solo día que en recepción o en el corredor no haya un obsequio con mi nombre escrito.

Me encargaba de guardar cada regalo con cuidado, a pesar de no corresponder a los sentimientos de los remitentes, creo que ponen mucho esfuerzo y cariño en sus detalles, por lo que me parecía una idea fatal desecharlos así sin más. También me tomaba el tiempo de abrirlos y leer las cartas que me enviaban, es lindo escuchar palabras bonitas, sinceras o superficiales, todas tenían su toque; lo único que me desagradaba eran aquellas letras que solamente expresaban odio, esos papeles no valían mi tiempo.

Después de descansar un rato me dediqué a terminar los deberes, posteriormente abriría uno que otro regalo, tenía algo de tiempo antes de preparar el almuerzo.

Tomé el puñado de tarjetas, todas muy bien decoradas, con letras delicadas, hojas finas, colores preciosos, firmas, e incluso con rosas incluidas.

Deslicé varios sobres entre mis manos, entonces me encontré con una simple hoja de cuaderno, un poco arrugada. Era muy diferente a todas las demás cartas, esta solo tenía un par de líneas, no había ningún nombre escrito en ella, solo un par de iniciales, y la escritura era algo descuidada.

"Encuentráme en el parque a las cuatro. No llegues tarde" -LM.

¿Qué es esto? ¿Un intento para pedirme una cita? He recibido mejores invitaciones, tanto de chicos como de chicas, y he declinado a cada una de ellas, no veo el por qué tendría que aceptar esta.

La tarde transcurrió más rápido de lo que esperaba. Pasadas las seis escuché sonar el timbre de la puerta.

Caminé con calma, al abrir no me encontré con nadie aparte de un pequeño sobre pegado a la pared con un trozo de cinta adhesiva.

Entré analizando aquel sencillo envoltorio.

Pensaba dejarlo para mañana o cualquier otro día, pero me causaba intriga su simplicidad.

"Palabras bonitas, corazón sincero,
Déjame enseñarte cuanto te quiero,
Girasoles y rosas por el sendero,
Entre todas la flores yo te prefiero.

Camino sin penas tal cual viajero,
Cargando la pinta de un mensajero,
No necesito ser caballero, para que sepas que por ti yo muero."

-LM.

Nunca antes me habían escrito un poema, solo había leído declaraciones y halagos, pero nada comparado con esto, al igual que tampoco había experimentado esta sensación de calor en mi pecho.

Que extraño.

A la vuelta del sobre había una pequeña nota.

"Si la montaña no va a Mahoma, Mahoma irá a la montaña"

Guardé el detalle en una cajita de madera en mi habitación, me había gustado lo suficiente como para mantenerlo separado del resto.

A la mañana del sábado, nuevamente una nota permanecía pegada a la pared, sencilla pero llamativa, sellada con cera y unas cuantas florecitas.

"Estaré a las cuatro en el parque" -LM.

El mensaje me resultaba familiar. Busqué entre las tantas cartas que tenía almacenadas, hasta encontrarme con aquel trozo arrugado de papel; ciertamente lo que tenían escrito era similar, entonces, ¿se trataba de la misma persona?

A Little Bit Of Jenlisa - One ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora