Menudo día que he tenido, la universidad ha ido fatal, me quedé dormida y perdí la primera clase, justo en la que tenía que hacer una presentación y ahora me he quedado sin el puntaje. Luego seguimos con el trabajo de medio tiempo, atendiendo a cientos de personas en una cafetería sin parar, andando de un lado a otro y tomando solo pequeños descansos si es que surge la oportunidad.
Hace ya media hora que estaba en la misma parada de autobús, había dejado pasar dos que iban en dirección a mi hogar porque estaban demasiado llenos. Fue hasta el tercer autobús que pude subir y tomar uno de los asientos disponibles.
Cerré los ojos por un momento, necesitaba descansar un poco antes de llegar a casa.
—Oye, muévete que necesito sentarme —sentí un empujón.
—¿Qué te pasa, grosera? Este asiento lo tomé yo primero —me quejé con la castaña de mirada felina.
—¿Y a mí qué me importa? Yo quiero sentarme —nuestros ojos desprendían chispas en un duelo de miradas.
—Pues busca otro lugar, bruta —me giré para ignorarla.
Ya algunos comenzaban a poner su atención en nosotras y no quería hacer un escándalo.
Miré por el rabillo del ojo, la vi cruzarse de brazos y posarse sobre una pierna de tal manera que hacía notar su indignación.
—Mira que al fondo hay un lugar libre —le señalé a la chica.
Tenerla de pie a un lado mío y sentir sus ojos asesinándome me ponía ansiosa.
—Perfecto, puedes cambiarte sin problema —respondió.
Rodé los ojos, estaba empezando a irritarme.
—¿Sabes qué? Haz lo que quieras, pero este asiento es mío y no pienso moverme ni un centímetro —dije exasperada.
—Seguro no me conoces —la miré con desinterés —Eso explica tu cavernario comportamiento, déjame decirte que soy una duquesa.
—¿Bromeas? —en mi cara se reflejaba pura incredibilidad.
—Por supuesto que no, soy Jennie Kim, joven y bella duquesa de Brendy —recalcó los adjetivos con petulancia.
Las palabras que salían de su boca me sentaban mal, ese tono presumido y los gestos vanidosos de su cuerpo provocaban un mal sentimiento dentro de mí.
—Ah que bien por ti, supongo —volví a pasar de ella.
—No te atrevas a ignorarme, ¿qué no ves lo importante que soy?
—Me importa una mierda —me miró estupefacta —Si tanto quieres sentarte aquí tendrás que hacerlo sobre mis piernas porque no me voy a quitar.
—Si no hay de otra —dijo y procedió a posarse sobre mi regazo.
Tiene que estar jodiéndome.
Más de un par de miradas se enfocaron en nosotras.
Que vergüenza dios mío.
—Esto es incómodo y embarazoso —le dije.
—Te lo hubieras ahorrado de haberte cambiado de lugar —y todavía me viene con eso, que pesada.
—Me lo habría ahorrado si la terca "joven y bella duquesa" —imité sus palabras con voz chillona —se hubiera sentado en el otro puesto.
—No escucho, soy de palo —giró la cara pretendiendo no enterarse de mis palabras.
—A que te tiro de encima —una sonrisa malévola se deslizó por todo mi rostro.
—No lo harías —me amenazó.
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A Little Bit Of Jenlisa - One Shots
RandomHistorias Jenlisa que me vienen a la cabeza de vez en cuando y me place escribirlas. PD: El segundo libro de one shots ya está disponible en mi perfil. Créditos a quien pertenezca el fanart de la portada.