XXIV. "Esa es la verdad"

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XXIV. "Esa es la verdad"

De la manera que esperaba, todo a su alrededor comenzó a tomar el rumbo que tenía antes de todo el alboroto del torneo de los tres magos, a excepción de pequeños detalles como Peter en la enfermería por una extrañamente lenta recuperación y Remus en su faceta de niño rebelde.

El mismo que le estaba causando algunos dolores de cabeza e incluso que estaba provocando que James siguiera frunciendo el ceño inconforme. Por lo que sabía, la pequeña bestia no había dormido en su habitación dentro de Gryffindor desde la partida de Sirius y en cambio se la pasaba en un lugar misterioso que James aun no le confesaba, negándole también tener el mapa del merodeador.

No lo suficiente preocupada por donde dormía Remus, se sentía irritada por su negativa a volver a ser su lacayo, dado que la chica que había estado haciendo sus deberes estaba dando terribles trabajos escolares que hacían que su puntuación bajara, o al menos era el rendimiento que le acaban de hacer llegar mientras volvían del pequeño descanso de inverno. Y si bien por el momento había pasado la inspección de su jefa de casa alegando que todo el asunto de Sirius la tenía demasiado distraída metiendo su recuperación o el trauma que esta le causo para que la dejara en paz, sabía que no duraría por siempre la excusa y debía hacer que el hombre lobo hiciera sus deberes de nuevo, por mucho que este cada que la veía la ignorara.

Por ello, cuando lo encontró parado fuera de la biblioteca hojeando un libro lanzo un hechizo pare hacerlo chocar un poco fuerte contra la pared y dejar caer el libro. Sonriéndole amigablemente se acercó a él y miro al chico que le fruncía los labios en una señal de desagrado.

—Tan poco creativa, ¿No lo crees?

Intentando pincharla con sus palabras decidió que Remus ahora era una mascota atrevida. Sin dejar de sonreír, rápidamente lo desestimo pateando el libro aún más lejos de su alcance y luego le respondió.

—No hay que tener demasiada creatividad con las bestias, no lo entenderían de todas formas.

Viendo que sus palabras si tocaban un nervio se acercó aún más para hablar del verdadero asunto importante, pero por el rabillo del ojo se dio cuenta de algo más interesante si se podía decir.

Su hermanito demasiado abstraído en un libro que tenía entre manos caminaba a donde estaban, dirigiéndose en voz baja al de cicatrices.

—Rems, ¿trajiste el libro de herbología? Porque necesito verificar las propiedades del acónito.

Mirando la preocupación cruzar por el rostro de Remus cayó en cuenta de que ambos se conocían tal vez demasiado bien, más aún que ambos parecían tener una relación romántica con Sirius. Sintiendo la desventaja en la que se encontraba, por su falta de conocimiento en las relaciones que Severus tenía o no, se dispuso a más tarde conseguir ese mapa, incluso si le costaba una confrontación con James, solo para confirmar sus sospechas.

Aplaudiendo moderadamente por fin capto la atención de su hermanito y este ligeramente sobresaltado la miro.

—Esto definitivamente es una sorpresa.

Sin responderle Severus alcanzo a Remus y le paso sus libros en un suave ademan, antes de decirle —Déjame con ella, te alcanzare más tarde.

Pacientemente miro toda la interacción, desde los roces demasiados casuales a la forma en que la frente de Remus se arrugo en preocupación e inseguridad antes de ir por el libro tirado a unos cuentos pasos de ellos.

—¡Anda!, ve por él, se un buen chico Remus

Tomando el libro con una clara tensión Remus por fin desapareció de su vista y ella se encontró sola con Severus, ambos dispuestos a tener el enfrentamiento que tanto necesitaban.

Come a Little CloserDonde viven las historias. Descúbrelo ahora