Come a Little Closer

IV. "Puentes quemados y construidos"

IV. "Puentes quemados y construidos" 

James se veía perfecto, bien vestido y con esa bonita sonrisa que dejaba ver sus dientes blancos de portada de revista completaba todo, tan lleno de confianza y superioridad que le había enseñado desde que se conocieron a los once años y le dio su total confianza era el campo en perfecto y tambien la pareja perfecta o al menos la que había deseado desde que comenzaron a crecer juntos y se enamoraron, el de su belleza y ella de la idea de poder que significaba la sangre que corría en sus venas y el estar juntos, pero fuera de eso, sabía que la influencia que tenía sobre él lo había vuelto quien era ahora.

El príncipe de Gryffindor que odiaba a los Slytherin como pestes y era un héroe entre aquellos que proclamaban justicia humillando a los más débiles, tambien un héroe para los mas jóvenes al ser el que llevaba cada año la copa de Quidditch, toda una personalidad a seguir y principalmente una a recordad.

Entonces todos los años invertidos en crear el personaje que James Potter interpretaba la habían llevado a ese momento, ayudando al morocho a arreglarse para una corta entrevista y una foto en la primera plana del Profeta, una muestra publica como uno de los campeones del torneo de los tres magos, que llevaba demasiado tiempo sin realizarse y ahora era un evento memorable que la hacía sentir orgullosa de su creación en siendo admirada en su máximo esplendor, una obra perfecta que la llevaría a la cima en cuanto la escuela terminara.

Sonriendo feliz lo beso por última vez y lo dejo en la puerta de la sala donde la reportera y el fotógrafo del periódico esperaban, ahí se despidió con un beso al aire y volvió a su camino dando perdida en su ensoñación hasta que se chocó con un cuerpo delgado que la hizo volver a la realidad. Inesperadamente su madre Eileen Prince estaba frente a ella vistiendo las más costosa de las túnicas que había visto, parpadeando sorprendida se dio cuenta que el negro la cubría de pies a cabeza con sus ojos brillando jocosamente por su encuentro, una diferencia notable a como ella se sentía por ello.

Asqueada intento buscar una salida para no tener que hablar con ella, pero se vio frenada por la presencia de tres figuras al inicio del pasillo. Severus estaba siendo escoltado por sus abuelos, notándose por su parecido entre sí, cabello negro, piel pálida y porte aristocrático, nada más que asquerosos sangrepuras llenos de poder, el que tanto deseaba, pero a la vez repudiaba por ser su sangre.

Suspendiendo sus movimientos, cada uno se quedó en su posición esperando la primera acción para ver que rumbo tomaba en encuentro y Eileen, tan ilusa como Severus fue la primera en actuar intentando tocarla, provocando que se moviera unos pasos atrás para evitarlo como si fuera un ataque, centrando aún más la atención de los Prince en ella y haciendo que Severus torciera sus labios en un gesto molesto mientras sus abuelos la miraban asqueados.

—Aléjate de ella Eileen, eres una Prince, no te rebajes ante una sucia mestiza— hablo el que suponía era el patriarca, moviéndose con firmeza a su dirección, temiendo una represalia camino para alejarse más, pero se sorprendió al ver como su madre era tomada por su abuelo que camino a su dirección ignorándola como si fuera nada. Severus los siguió de cerca sin darle una sola mirada, a diferencia de cómo había estado tratándola en todo el su tiempo de estadía en Hogwarts.

Humillada y temblando corrió por los pasillos hasta la torre de Gryffindor, donde se ocultó dentro de su habitación ignorando las llamadas de la buena Lily Evans, que la odiaba y sin embargo era capaz de preocuparse por ella. Sintiéndose impotente insonorizo la habitación y se soltó a llorar de rabia, pensando en la certeza de que su familia materna siempre había sido un problema en su vida, entrometiéndose cada vez que creía que las cosas irían justo como quería, destruyendo sus sueños e ilusiones y dejándola humillada tras de ellos.