XXXIII. "Revelaciones"

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NOTA: Severus vuelve a narrar primero. 

XXXIII. "Revelaciones"

A la mañana siguiente despertó con la sensación de calidez que le daba estar frente a los ventanales y que el sol pasara por ellos, además de la cálida mano que acariciaba su rostro, entonces despejándose del sueño que sentía miro que sobre él se encontraba Remus, sonriéndole con tanto cariño como solía hacer cada mañana cuando despertaba a su lado.

Ayudando a que se sentara, Remus acomodo las almohadas tras de él y le paso un vaso de agua para que lo tomara antes de besarlo cariñosamente y murmurar buenos días aun contra sus labios. Dividido entre estar asqueado por ser besado sin antes haberse lavado los dientes y encantado por las acciones atentas y románticas de Remus, le devolvió el saludo y miro bastante curioso a su alrededor, descubriendo que nadie de los que habían dormido ahí estaban rondando.

—¿Y los demás? — pregunto, antes de Remus le pasara lo que suponía era una poción de reposición de sangre y otra para el mareo. Aceptándolas se las tomo sin pensarlo mucho, a pesar de que su sabor fuera desagradable.

—Fueron a desayunar, incluida Madame Pomfrey que solo acepto dejarte solo porque me quede contigo y solo necesitas, al menos por ahora, tomar esas pociones.

Sorprendido porque la enfermera hubiera aceptado dejar a un paciente, supuso que la verdadera y también un poco trágica razón, era que a través de los años los conocimientos en curación de Remus eran sorprendentes, por tenerse que curar a si mismo cada luna llena. Pero, sin querer hondar más en pensamientos tan deprimentes, jalo a Remus y lo obligo a sentarse a su lado.

—Me preocupaste demasiado, ¿Lo sabes? — dijo su novio antes de volver a besarlo, como disfrutando que aun estaba a su lado y dejándolo ser, si eso aliviaba un poco su preocupación, le siguió el beso.

—Estoy bien amor, no hay nada de qué preocuparte, solo estaré una semana como máximo en la enfermería y listo.

Aligerando el ambiente con sus palabras, se permitió volver a besar a Remus sin importar que el tiempo pasara, al menos hasta que ambos fueron interrumpidos por un suave carraspeo y luego el sonido de alguien corriendo para llegar a su lado.

Entonces, de inmediato reconoció a Bella abrazándolo, al menos por los risos que le estaban causando cosquillas en el rostro y entre ellos también pudo ver en la puerta a Narcissa, Regulus y Peter, como una extraña reunión familiar.

Y permitiendo que Bella lo apretujara cuanto quisiera entre sus brazos, para aliviar el susto que le había causado, palmeo su espalda con cariño. Pasados los minutos, Bella lo dejo libre y atrajo a su hermanita hacia ellos, para poderse reunirse a su alrededor y por fin verse correctamente después de tanto tiempo.

—¡Tonto! Casi nos matas del susto, debiste avisar de tu herida de inmediato.

Evitando rodar los ojos por la manera tan directa de Bella para dirigirse a él, miro a Cissy en busca de ayuda y está pellizco la mejilla de su hermana en reprimenda.

—Ni siquiera debió haber sentido la herida Bella, por eso no aviso, pero ya no importa, ¿Cómo te sientes?

Sonriéndole en agradecimiento respondió —Bastante bien, un poco cansado, pero no creo que dure demasiado.

Detrás de Narcissa pudo ver a Peter removiéndose incomodo y dispuesto a preguntar que sucedía, este dio un paso adelante y le paso envuelto en una servilleta unas cuantas galletas y un trozo de tarta de melaza. Sin haberse dado cuenta del hambre que tenía, recibió la comida con una sonrisa y le dijo a Pet —¡Gracias! tan encantado como siempre.

Come a Little CloserDonde viven las historias. Descúbrelo ahora